Entrevista breve con dos mujeres excepcionales, Anna Barrachina y Elisabet Casanovas: “Se pueden banalizar discursos muy fácilmente en nombre de la libertad”
Las dos actrices protagonizan una nueva obra de Joan Yago en que el espectador se enfrenta, con humor e incomodidad, a discursos muy presentes en la sociedad
2 marzo, 2024 13:35Noticias relacionadas
Anna Barrachina (Sitges, 1968) tenía sólo 18 años cuando entró a formar parte de La Cubana. Han pasado cerca de 40 años de ese momento y no se ha detenido. Triunfó con Cegada de amor, pero al abandonar la compañía llegó la televisión, el cine y el teatro, mucho teatro donde ha demostrado que además de hacer comedia puede meterse en la piel de personajes muy intensos y dramáticos.
Elisabet Casanovas (Sabadell, 1994) empezó a los 19 años en el teatro en Cróniques de nits senceres, de dies sencers de Alberto Díaz. Miembro de otra generación, participó en una web serie un año después, pero su fama llegaría en 2015 con su Tània Illa, personaje de la serie Merlí. Destacó en Chavalas, nominada a los Goya y los Gaudí. Eso sin contar con su enorme trayectoria teatral en obras dirigidas por los grandes nombres de la escena: Sergi Belbel, Alfredo Sanzol, Josep Maria Mestres y Julio Manrique, entre otros.
Ambas son actrices extraordinarias y coinciden en una obra cuyo título les va como anillo al dedo, Entrevistes breus amb dones excepcionals, la primera obra que Joan Yago dice haber escrito de forma “libre” y no por encargo como sucede con La calórica u otras obras que le piden los teatros. Aquí ambas actrices, junto a Muntsa Alcañiz, Mònica Almirall, Miranda Gas y Yolanda Sikara interpretan a personajes con una concepción particular de la libertad y los derechos. Casanovas hace de a una influencer que defiende los valores de la muñeca Barbie, Barrachina de una especie de Sarah Palin defensora de portar armas. Personajes ubicados en Estados Unidos, escritor por Yago en 2016 y que en cambio tienen unos discursos que cada vez suenan más familiares.
Estrenada por primera vez en España esta obra tiene el sello particular de Yago. Cargada de humor, mucha ironía y sentido del espectáculo la pieza dispara al espectador donde más le duele. La empatía que uno puede sentir con personajes que difieren mucho (o no) de su manera de ver el mundo puede generarle incomodidad, una risa nerviosa que oculta cierta comprensión, a la vez que alerta de lo fácil que uno está de caer en ciertos mensajes que, en principio, rechaza.
Aprovechando el estreno del montaje de Mònica Bofill en en la sala Petita del TNC, Crónica Directo entrevista a estas dos mujeres excepcionales que son Anna Barrachina y Elisabet Casanovas para saber algo más de lo que propone Joan Yago en esta ocasión.
- Sus personajes son muy diferentes, una de ellas es una política americana y otra una influencer que defiende los valores de la muñeca Barbie, ¿es así?
- Elisabet: Me cuesta mucho definirlo, porque llevamos un tiempo ensayando, y no es el único personaje que interpretamos. Tanto Anna como yo, así como el resto de personajes, pasamos por bastantes lugares. Tengo la sensación de que, como llevamos un tiempo trabajando, tengo más que explicar en escena de lo que ahora te pueda decir. Porque hay cosas que aún estoy descubriendo. En cualquier caso, son personajes que abarcan la contradicción. Joan Yago tiene una manera de escribir tan absolutamente fina que como intérprete te hace acercarte al personaje de una manera no obvia. Lo chulo del proceso creativo ha sido no buscar lo obvio, por tanto, en mi caso no buscar lo que se espera de una influencer. Yo he necesitado alejarme de todo eso y buscar la persona que Joan Yago había escrito. Que en este caso es una persona que sí, que defiende a Barbie como ideal de belleza y como manera de hacer mejor el mundo. Hasta aquí. Prefiero hablarte del proceso creativo de lo que verás, porque ya lo juzgarás tú.
- Bueno, ahora hablamos del proceso. En su caso, Anna, ¿diría que su personaje es algo así como una Sarah Palin?
- Anna: Total. Ella y todas, porque no me hecho del Tea Party en el proceso de investigación, por casualidad. Y defiendo que Joan tiene una manera de escribir que es increíble. Sólo has de seguir, no sólo las palabras que están buscadas, encontradas, también la ironía, las comas, los puntos y los silencios, que a veces no se respetan. Aquí todo está milimetrado. Todo está en el texto. Pero bueno, mi personaje sí, es Sarah Palin, totalmente, y no solo, también Dana Loesch, que es la portavoz de la Asociación Nacional del Rifle y muchas otras. En cualquier caso, lo bonito de este oficio, para mí, es poder hacer un trabajo de investigación para poder comunicar. Al fin y al cabo, nos dedicamos a eso, a comunicar, y en este caso, estamos comunicando personas que son reales, que existen, que defienden la libertad escondidas tras el miedo, porque todos estos personajes tienen miedo. El miedo lo tenemos todos como sociedad.
- Elisabeth: Sí, y el salvarse.
- Anna: Exacto. La libertad individual, ir armado, va con eso. Entonces, meterme aquí es fuerte, porque lo que pretende Joan es que el espectador se pueda sentir identificado con este discurso de derechas, liberal y defensor de las armas. Porque seguramente ahora estaremos de acuerdo en que este discurso no es normal, porque no es nuestra cultura. Pero estos discursos y estas mujeres, como actriz no los juzgo, y lo guay será es que tú, como espectador, tampoco los juzgarás, porque igual en algún matiz las entenderás. Eso es lo bonito de estas entrevistas y estas mujeres excepcionales. Luego hay personajes que muestran que las cosas cambian y hay gente que no está dispuesta a cambiar, a ver gente diversa y a cambiar ellos mismos, que sería sano, ¿no? Pero lo que me gusta de mi Lady Trump es ese posicionamiento muy liberal, qué te hace pensar.
- Hablan mucho del proceso, de cómo es meterse en el papel. Hablen de ello. ¿Cuán difícil o no resulta ponerse en la piel de estas mujeres? ¿Cuán difícil ha sido indagar en el personaje y sentirse identificada con ella?
- Elisabet: ¡Pues allí está la gracia! Cuando lo lees piensas “qué fuerte todo”, pero buscas de dónde viene, te acercas y, de alguna manera piensas que esto tiene mucho sentido. O luego te das cuenta de que algunas colegas tuyas dicen lo mismo articulado de otra manera.
- Anna: Pero lo que lo ponemos en el teatro. Claro. Porque si hablamos sobre las armas en América, seguramente nos pondremos de acuerdo, porque somos de esta cultura, porque vivimos en a Barcelona. En cambio, ellos no entienden cómo nosotros vamos desarmados, se preguntan si esperamos ser salvados por el Estado o la policía. Por eso me apasiona mi trabajo, porque te obliga a hacer personajes, buscar la humanidad en ellos y hacerlos creíbles.
- Pero tiene que ser más difícil encontrar la humanidad en unos que en otros.
- Anna: ¡Es que yo puedo hacer una asesina y que tenga humanidad! Porque a todos nos pasa algo, pero la he de intentar entender.
- En resumen, ¿podemos decir que la libertad también genera monstruos?
- Elisabet: Yo no me atrevería a decir monstruos, pero sí creo que estamos en un momento en que la libertad individual tiene mucha presencia. Estamos reflexionando mucho en torno a esto y creo que eso tiene cosas buenísimas y tiene cosas perversas. Y aquí aparece la contradicción. ¿No crees que estamos en un momento muy del yo?
- Anna: Absolutamente. Pero también hay una barrera que cada vez se está rompiendo y es la de la normalidad. ¿Cuál es la normalidad? ¿El señor de toda la vida que se casa con la señora y tiene hijos y forma una familia?
- Elisabet: Y poner el foco en la libertad individual abre puertas.
- Anna: Y nos hace una sociedad enferma, también.
- ¿Pervertimos la palabra libertad para usarla a nuestro antojo?
- Elisabet: Inevitablemente sí, cuando los discursos se convierten en altamente colectivos y se traspasan de unos a otros casi como a una bandera. Se pueden banalizar discursos muy fácilmente en nombre de la libertad. Mira lo que está pasando con el feminismo, por ejemplo. Pongo un ejemplo de mierda, pero ¿por qué H&M ha hecho durante muchos años camisetas de Futur is feminist y no pasaban de la talla 38? O conceptos muy perversos, como “películas para mujeres”, pero ¿qué dices? ¡Se te fue la olla!
- ¿Es más un eslogan que oculta mucha oscuridad?
- Anna: Totalmente. Mira Trump, que dice que él es el nuevo Navalny y que lo están intentando eliminar los comunistas. ¡Cuidado! Porque es tan fácil dar la vuelta y hacer creer lo que uno quiere. De alguna manera esta política y todos estos personajes que veréis se esconden detrás de esta libertad, pero una libertad muy confusa. No todo puede esconderse detrás de la palabra libertad.
- Elisabet: Y Joan Yago condensa muy bien el espíritu de la obra cuando dice que estas entrevistas son como chupitos muy condensados de la occidentalidad. Recoge el capitalismo más salvaje.
- ¿Qué papel juega el capitalismo en la compraventa y la perversión de la libertad?
- Anna: Más bien, yo creo que el trasfondo de todo es el miedo. (calla) Es muy heavy.
- ¿Y allí es cuando caen en defensas de las armas, pero también de discursos sobre la familia?
- Anna: Yo vi imágenes de una convención del partido republicano, donde estaba una española que se fue a vivir a Texas y decía sentirse protegida. Decía que en los partidos de hockey se sentía protegida cuando veía que su marido llevaba un arma. Reconoce que a ella no le gustaba mucho llevarla, pero asegura que cuando ve a que la gente las lleva, se siente protegida, porque si entra un loco sabe que lo matarán. Es… (guarda silencio).
- Claro, pero si la obra, además de hacer reír al espectador, hará que se identifique con estas mujeres o tenga que escuchar defensas de este estilo, ¿podrá llegar a incomodarse?
- Anna: Se plantearán cosas.
- Elisabet: Yo creo que sí, inevitablemente sí. Son personajes fuertes a los que impresiona escuchar.
- Y en la obra hay un papel de los medios. ¿Qué papel juegan los medios a la hora de difundir estos mensajes tergiversados de la libertad?
- Elisabet: Un papel clave. Porque cuando haces preguntas de una determinada manera ya estás poniendo un punto de vista sobre un relato, y estás extrayendo un relato de la realidad.
- Anna: Hay preguntas y respuestas que emitidas en según qué sitios puede ser muy peligrosa para quien la está viendo. Uno ha de tener en cuenta que su opinión como periodista puede contar mucho.
- El teatro también desempeña un papel social igual que los medios. ¿Qué papel juega esta obra en el panorama actual?
- Anna: A mí me encantaría ir al teatro y ver una obra así, porque me haría pensar. Yo saldría de aquí y me pondría a buscar como una loca quiénes son estos personajes, de dónde vienen. Como dice Eduardo De Filippo, mientras haya una brizna de hierba seguirá existiendo teatro, porque es un reflejo de la sociedad. Pero si además ves una obra que te abre ventanas, que te da una información que tú no tenías y además te lo pasas bien, es un puro divertimento.
- Elisabet: Esto es puro teatro.