Laia Marull: "El mal común de los políticos de hoy es querer mantenerse en el poder por encima de todo"
La actriz se mete en la piel de un personaje icónico del teatro de Shakespeare, Lady Macbeth
11 febrero, 2024 19:37Noticias relacionadas
Laia Marull vuelve a meterse en un papel de lo más intenso, el de Lady Macbeth. La más mala de todos los malvados de Shakespeare. Una mujer corrompida por la ambición de ostentar el poder y vivir bien. Un papel que la catalana, curtida en las lindes de los papeles cargados de tragedia, le va como anillo al dedo.
La actriz reconoce a Crónica Directo que lleva "toda la vida" con este tipo de papeles. Pero le encantan. ¿Pero qué tal una comedia superficial y estereotipada? Diría que sí, pero con peros. "Una comedia tonta, pedorra y de estereotipo, ya te digo que no. Porque los estereotipos existen para afilarlos, distorsionarlos, cambiarlos, hacernos ver que son estereotipos. Pero una comedia sí, evidentemente que sí".
Lo hice recientemente con Love, Love, Love, obra triunfó en la Villarroel de Barcelona y espera que regrese en breve. Claro que, "al final, en realidad, no era mucha comedia", se corrige ella misma. "Pero pasaba por la comedia y disfruté muchísimo. Fue un oasis para mí, en el sentido de que sé que puedo hacer otras cosas". Pese a todo, admite que "de alguna manera supongo que es lo que me va al final", el drama la tragedia. Y Macbeth es una de las más importantes.
La propuesta en la que participa se presenta en el Teatre Lliure por San Valentín y tiene una potencia como pocas. La sala Fabià Puigserver se cubre de un negro austero y tenebroso para meterse en la cabeza de un personaje atormentado por su propia ambición, que lo vuelve loco. A Macbeth y a su esposa. Un retrato de los increíbles efectos perversos del poder del que, como señala Laia Marull, parece que hemos aprendido poco.
- Bueno, Lady Macbeth, ¡qué papelón!
- Es de esos que ponen nerviosa a la persona. Es entrar un poco en el universo Shakespeare, que es el de la acción y la palabra. De alguna manera, la palabra lleva los pensamientos y llevarlas a escena es un reto importante.
- ¿Qué provoca que Lady Macbeth sea tan ambiciosa?
- Como pareja se creen un poco superiores y ella tiene esta idea de que lo harán muy bien y vivirá mejor siendo respetada, siendo la puta reina. La cuestión es que ella lo ve así y él, ya desde el principio, tiene la paranoia de que tiene que seguir matando gente para seguir siendo rey. Ella, de alguna manera, es la que le reclama que eso no se puede, que disfruten de ser reyes, sino ¿qué gracia tiene? Allí empiezan a separarse como equipo.
- Ella, junto a Medea, es la mala del teatro por excelencia. ¿O no podemos llamarla mala?
- A ver, buena persona no es (ríe). Eso quitémoslo de la cabeza. Generosa, que piensa en los demás antes que en ella misma y en su marido, no. Ahora sí, aquí hemos querido resaltar la unión de ellos dos. Son un equipo, una pareja, con un objetivo común. No es que él pasara por ahí y por culpa de ella lo tentara como Eva con la manzana. Es un mal planificado en equipo.
- ¿Es una ambición desmedida?
- La ambición sería buena si quisiera ser rey para hacer algo mejor, pero es desmedida en el sentido de que pasará por encima de todo para seguir siendo rey. Allí es donde falla todo y fallan sus almas, también, porque no quedan inmunes a este mal. Les pasa factura a los dos, de mala manera, además.
- Han pasado años desde que Shakespeare retratara esta ambición por el poder ¿y sigue ahí?
- Hombre, ¡por favor! Es nuestro pan de cada día. Shakespeare sabía retratar el alma humana y, en este sentido, se mete en el terreno del poder y de la voluntad de querer mantenerlo por encima de todo, por encima de, incluso, lo que estás haciendo como poderoso. Es un mal de los políticos de hoy. Salvo algunos que sí llegan al poder por querer cambiar las cosas y consiguen cambiar algo, aunque tengan que remover mierda. Pero el mal común es querer mantenerse en el poder por encima de todo. Entonces, ya no importa tanto si estás haciendo el bien común, sino que te proteges para que nadie te quite el trono.
- ¿Pero es el poder el que corrompe o viene con el ser humano?
- Seguramente sí. No sé si lo hemos ido creando como sociedad o es intrínseco al ser humano. Shakespeare también se lo pregunta y por eso escribe sobre ello.
- Otro factor que hace vigente la obra es esa guerra que se mantiene de fondo. ¿Qué papel juega aquí?
- Sí, aquí estamos como en constante guerra. Pau ha querido jugar con un vestuario militar y un tiempo entre guerras.
- En la escenografía vemos un montón de camas con muertos y heridos. ¿Qué función tienen?
- Están allí para recordar que estamos en un momento de guerra, que se está muriendo gente a su alrededor. Macbeth viene de ganar una guerra a base de cortar cabezas, y aquí estamos nosotros... Nadie está limpio de esto. Es un momento muy oscuro, muy infernal.
- ¿Es por eso que se está representando tanto? En los últimos años, en el panorama teatral nacional e internacional se ha empezado a representar más 'Macbeth'. ¿Es el Shakespeare que nos habla más del presente?
- Puede ser, porque yo creo que hay un peligro mundial y es que están volviendo las derechas, las derechas más duras, y el fascismo que busca el poder por el poder. Quizás sí que hay una necesidad de decir: ¡cuidado, que ahora estamos aquí, pero en un segundo estamos allí! Estamos en un mundo oscuro. La cuestión es por qué caemos.
- ¿Por qué caemos?
- Yo creo que la gente se autoengaña. No ven todo el pastel, todos los fantasmas de la naturaleza. Muchos ven la parte que quieren ver del poder. No paramos de ver sentencias políticas que lo que hacen es darse la razón a ellos mismos. Hay gente que no quiere verlo. Y, tal vez, cuesta pensar a nivel colectivo y no sólo en lo que uno quiere y necesita. Hay mucho individualismo. Por lo que sea, este poder es más fuerte que el colectivo.
- ¿El teatro nos puede hacer pensar en colectivo, al ser una experiencia colectiva?
- El teatro, la ficción y el arte, en general, es fundamental para ser más personas. Para poder compartir esto y vivirlo en común. Además, nos hace reflexionar y ver que esto nos podría pasar a nosotros.