El doctor Enric Benito

El doctor Enric Benito JOAN COLÁS Crónica Global

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Enric Benito, doctor: “En la facultad de Medicina enseñan a los médicos a tratar cuerpos, no a personas”

El miembro de honor de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos asegura que "la gente sufre mucho porque los médicos no atienden el sufrimiento, sino el dolor"

1 noviembre, 2023 23:30

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La eutanasia ya es un derecho en España. Tras muchas polémicas y debates éticos que se mantienen en pie, uno puede solicitarla en determinadas circunstancias, cuando la salud no acompaña y el cuerpo y la persona no pueden más.

Ponerse en la cabeza de una persona que solicita este deseo de morir dignamente no es fácil. Colocarse en la piel de un profesional que acompaña este proceso tampoco. Lo único que uno puede hacer es abrir los ojos, poner la oreja y poco más.

Facundo y Juan Ponce de León estrenan este 1 de noviembre un documental en el que se ve a dos de estas personas en acción. Uno es el médico especialista en oncología y miembro de honor de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos, Enric Benito, el otro, Fernando Sureda, un contable uruguayo que necesita ayuda en este proceso de final de vida, cuando en su país la eutanasia no es un derecho.

El doctor mallorquín no está muy de acuerdo en eso de llamar documental a Hay una puerta ahí. En realidad, son extractos de unas conversaciones entre médico y paciente, un acompañamiento mutuo en el que ambos aprenden el uno del otro, a pesar de sus peleas y desencuentros. Un acompañamiento al que el espectador puede asistir para ver de qué se habla cuando se habla de eutanasia. "La ternura, el vínculo, la conexión, el sentido es lo que te ayuda a hacer el proceso" de morir, asegura.

Una ciencia particular

Benito y Sureda discuten y debaten. El doctor quiere evitar que el contable apueste por la muerte antes de enfrentar el sufrimiento, pero también se derrumba y se ve impotente a la hora de convencerle. Se trata de un debate que se sigue dando.

A pesar de ser partidario de la eutanasia, el médico se resiste a creer que deba darse facilidades para acceder a ella sin pensar en los cuidados paliativos, algo que le indigna. Tiene una visión espiritual de la vida y eso, en ocasiones, entra en conflicto con la ciencia médica. Al menos así se desprende de la conversación que mantuvo con Crónica Directo a raíz de la película.

El doctor Enric Benito

El doctor Enric Benito CEDIDA

¿Teme que la película vuelva a abrir el debate sobre la eutanasia?
Esta no es una película a favor o en contra de la eutanasia. Es una película para hacer pensar sobre la vida y cómo estamos conectados con los demás. Eso hace que la gente se plantee muchas cosas. La película está para disfrutarla y hacer pensar.
Habla de conexiones. ¿Estas conexiones no escapan a la ciencia?
¡Y tanto! Pero la ciencia está muy limitada. Yo no soy científico, soy científico con conciencia. Lo que ocurre es que la ciencia actual es fruto de la mecánica newtoniana del siglo XIX. La mecánica cuántica del siglo XXI, la concepción de que la conciencia forma parte de la realidad, no está incluida en el modelo científico. En la facultad de Medicina se enseña la ciencia materialista, enseñan a los médicos a tratar cuerpos, no a tratar a personas. Yo no soy un médico standard, yo he hecho un proceso. Mi trabajo es enseñar el acompañamiento espiritual en el proceso de morir. Esto no es científico, porque la ciencia no puede entrar en esto, pero es real, es auténtico y es verídico. Pero es científico en una ciencia postmaterialista. Desde la sociedad europea Scientific Medical Network estamos trabajando en el desarrollo de una ciencia postmaterialista. Puede que haya más que un cuerpo. La persona tiene una conciencia y es eso. Y ¡alerta! No hablo de religión, estoy hablando de espiritualidad, ciencia y conciencia. La religión son constructos que han hecho las distintas sociedades para llegar a la profundidad de saber lo que somos, pero tú puedes llegar sin tener que ir a misa, sin creer en Buda ni en nadie. Esto es lo que trato de transmitir.
En cualquier caso, hay gente que se resiste a la idea de conceder una muerte digna.
La muerte no es digna. La muerte no existe. La dignidad es ontológica. Tú eres digno, yo soy digno, la vida es digna, pero la muerte no. ¡La muerte digna es una expresión de alguien que no tiene ni idea de qué está hablando! No se puede hacer una ley de muerte digna. En Baleares, lo que hicimos fue una ley de derechos y garantías de las personas en el proceso de morir. Se trata de hablar de personas, proceso de morir, pero no final de vida. El lenguaje te traiciona o te demuestra quién eres. Cuando a mí me hablan de final de vida pienso: este tío no sabe de qué está hablando. ¡La vida no tiene final! ¿Estás pensando que esto acaba? No te has entrado de cómo va esto. Esto no tiene fin, esto es una fiesta. Pero no lo digo desde la creencia, lo digo desde la experiencia.
Bueno, hay gente que no lo puede experimentar esto que dice. ¿Cómo lo hace?
Sí, todo el mundo puede plantearse la pregunta tan sencilla de quiénes somos. No un nombre, una profesión, un género, una edad. Descubre esto y sabrás quién eres.
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El doctor Enric Benito CEDIDA

Pero esto implica una creencia.
No, implica haber tocado fondo, haberte encontrado en una situación límite, que se te rompa el modelo mental que tú tenías de ir por la vida y descubrir que hay mucho más de lo que pensabas. La primera mentira que uno descubre es la de los reyes magos, luego descubres más, y que la vida no es lo que te han contado. Cuando tú te rompes es en situaciones límite que te pueden dejar jodido o trascender, es decir, atravesar y ascender. Pasar a través de allí y adquirir otra mirada de la realidad. Si no te ha pasado nada, puedes ser bastante superficial, que es lo que hoy en día pasa. Todo es una obscena superficialidad, donde la gente está viviendo el espectáculo que hay. La gente vive el espectáculo, no vive la vida.
¿Pero ahí entra la ciencia?
Si el método científico no integra el mundo interior y sólo explora el cuerpo, cuando tú tienes un problema existencial, la ciencia, la medicina no tiene respuesta. Medicalizan para atender una demanda que no es física ni orgánica. Esto es un sistema que colapsará. La gente sufre mucho porque los médicos, el sistema de salud, no atiende el sufrimiento, atiende el dolor. El dolor es físico. Los cuerpos duelen, las personas sufren. El sufrimiento es existencial. Yo sufro porque mi madre está enferma y estoy sufriendo porque veo que ella se va a morir y no sé qué hacer con esto. Esto es un sufrimiento, no se trata con fármacos. Aquí uno puede hacer varias cosas, o entiendo que ella marchará, entiendo cómo va esto y me pongo a su lado, o busco todas las opciones médicas posibles. Como los médicos no sabemos qué hacer con esto porque no tenemos formación, la gente, lógicamente, va al Parlamento para poder no sufrir más. Y los políticos, que no preguntan, hacen una ley muy barata. ¿Por qué no hacen una ley de paliativos para apoyar y atender a todas las personas que necesitan ayuda? Así, algunas de ellas también necesitarán que le administren la eutanasia, pero no todas. ¡Hemos empezado la casa, no por el tejado, sino por la antena que hemos de poner en la azotea cuando todavía no tenemos los cimientos! Y no estoy en contra de la eutanasia, estoy en contra de las prioridades que hemos establecido. No tenemos una ley de cuidados paliativos, no hay un presupuesto para ayudar a la gente a sufrir.
¿Por qué cree que se desplazan entonces estos cuidados paliativos?
El miedo a la muerte de la gente. La ignorancia. El papel de los periodistas en este momento es visibilizar que hay una mirada diferente a esta realidad. En 2020, en Baleares hubo sólo nueve peticiones de eutanasia y se han llevado a cabo seis. Eso implica que han muerto 3.000 personas con sufrimiento, que no están atendidas ¿Cuál crees es la prioridad, las 3.000 o las seis? No estoy hablando de moral, estoy hablando de prioridades. Hay mucha gente que está sufriendo y no tiene una atención que necesita porque nos hemos hecho primero la foto. Las cosas claras: se puede ofrecer una vida con más sentido, se puede trabajar con el sufrimiento, pero para ello debemos tener herramientas. ¿Por qué no invertimos en enseñar a la gente a manejarse con el sufrimiento? La cultura necesita hacer este proceso, la culpa no es de nadie.