Juan Muñoz ha sido el nuevo expulsado de Supervivientes. Todavía no es la expulsión definitiva, ahora se muda a la playa parasito y la audiencia debe decidir entre él y Ainhoa Catalapiedra.
El cómico ha mostrado su pesar al ver que la audiencia ha preferido que se vaya él en vez de Ignacio de Borbón, con quien ha quedado compitiendo por decisión del programa. Razones no le faltan.
Un cómico en la isla
Son varios los testigos que aseguran que al humorista le acechan las deudas. Un hecho que le habría llevado a aceptar la propuesta de Supervivientes, no sin condiciones: desde vetar a gente en los platós a reclamar un determinado caché.
Más allá de eso, Muñoz se ha encontrado con la realidad de Honduras que ha sido bastante dura. Ha tenido enfrentamientos con algunos de sus compañeros, la salud le ha jugado malas pasadas y esta última semana ha sido especialmente dura.
Días negros
En los últimos días, Los pies le duelen como nada en el mundo. Al principio, él lo atribuyó a "la gota". Tal vez por los cangrejos o el pescado, pero ahora duda al respecto. "Llevo todo el día jodido*. Es una putada, no salgo de una y me meto en otra. Lo que no sé es si es la gota o un esguince, pero no creo que me haya torcido yo nada", señala en los momentos en que el dolor le permite hablar. Incluso el mismo Anuar se ha apiadado de él: "Le veo muy jodido".
Ya recuperado, al humorista le ha tocado la moral tenerse que ir. La audiencia ha salvado al Borbón, Alejandro Nieto y Kiko Matamoros. Ahora, el cómico es ya un parásito y será el público quien decida si se va definitivamente o no.