Carolina García, la joven que con sus pendientes de antígenos conquistó a Cavalli y a Katy Perry
Confiesa que se siente mal por haber triunfado sin haberse dedicado al diseño, al tiempo que reconoce haber suspendido dos asignaturas de la carrera para realizar el pedido de la cantante
21 febrero, 2022 00:00Poco se imaginaba Carolina García, esta joven granadina de tan solo 21 años, que su vida daría un vuelco de la noche de a la mañana. Como miles de jóvenes de su edad, esta estudiante de Literatura Comparada decidía pasar la Nochevieja en compañía de sus amigos. Antes del gran jolgorio y como medida preventiva para frenar el avance de la pandemia del coronavirus, decidía someterse a un test de antígenos. Tras dar negativo, reparó que no tenía ningún complemento rojo que ponerse en tan señalada fecha, tal y como manda la tradición.
Fue entonces cuando pensó en elaborar un complemento idóneo que lucir el 31 de diciembre, hecho a partir de la prueba de detección. Un gesto cargado de doble significado, ya que lo único que desea negativo para este 2022 son los resultados de los antígenos. Días después, sus pendientes se hacían virales. Sin saber por qué, Internet hizo su magia y rápidamente viajaron a la otra punta del charco. Robin Cavalli o Katy Perry son tan solo algunos de los conocidos nombres que han caído rendidos ante ellos.
Entrevista
--Pregunta: ¿Cómo surge la idea?
--Respuesta: Estas Navidades había estado en contacto con varios positivos y dije pues voy a poner brillitos a los tests, los pongo monos y me hago unos pendientes con ellos. Surgió así de la espontaneidad, como no tenía nada que hacer me pongo a hacer esto.
--¿Se planteó en algún momento dedicarse a la bisutería o la joyería?
--No, a pesar de que había hecho el bachillerato de Arte en Málaga. Todos mis amigos estudian algo relacionado con este ámbito y siempre me ha gustado mucho. No obstante, lo único relacionado con la joyería en mi vida era que de pequeña ponía, como muchas niñas, mis paraditas de pulseritas en la playa. Ahora mismo sí que me lo estoy replanteando más y podría ser una opción que me gustara mucho.
--Su foto cruzó fronteras sin saber cómo, ¿no es así?
--Sí, se hicieron virales no sé cómo. Mi foto llegó a Italia y se hizo super viral. Me escribió mucha gente que me decía que mis pendientes estaban en Facebook, Instagram, Twitter, en todos los lados, todavía hoy me parece un misterio. Un día los subió Robin Cavalli, hijo del diseñador, en plena semana de la moda, pero no me etiquetó. Entonces yo le escribí y le dije que eran míos y luego me etiquetó, me dio crédito en las fotos, fue allí donde empezó el éxito. Camila Cabello, Debby Ryan, influencers y diseñadores compartieron la foto.
--¿Cuál fue su primera reacción, cómo se sintió?
--Me llegué a sentir hasta mal porque pensé por qué no le ha pasado esto a mi amigo Álex, que él ha estudiado moda. Pues cuando parecía que ya no me podía sorprender más, me escribe el estilista de Katy Perry diciendo que quiere unos pendientes, que le han gustado mucho y que quiere un par para un show que tenía ella en Las Vegas.
--¿Cómo reaccionó?
--No me lo creía. Luego ya empecé a hablar con él. Los quería para el 29 de enero, que era cuando Katy iba al Saturday Night Live. Lo gestionamos todo a través de Instagram y el estilista nos hacía de intermediario de cómo quería los pendientes.
--¿Ha habido más famosos?
--Famosos de calibre internacional con tanto nombre no, pero sí que Itziar Castro me ha escrito. Ahora, también te digo que fue una experiencia tan divertida como estresante.
--¿Cómo fue el proceso desde que se confeccionaron hasta que se enviaron?
--Estuvimos ocho días, hicimos incluso un packaging muy mono con una tarjeta de agradecimiento. Ella quería unos pendientes especiales, le hicimos varios bocetos digitales con lo que habíamos pensado. Primero compramos los materiales para hacerlos de una forma, luego los quería de otra, fue muy estresante. Hubo un día que nos dijo que los quería lo más parecido a los originales. Claro, los originales tenían unos colgantes en forma de corazón que eran ya reciclados de otra cosa que tenía yo por casa. Recorrimos toda Granada en busca de unos, cuando los encontramos, nos dijo que los quería más dorados y los tuvimos que pintar. Los hicimos entre cuatro personas, Alejandro, Asier, Nagore y yo en el piso de un amigo, yo me quedaba a dormir allí y todo. De hecho, me tuve que saltar dos exámenes de la carrera y ahora tengo que recuperar las asignaturas, pero ha valido la pena.
--¿Le cobraron a Katy Perry?
--Ella quería pagar. Nos decía que querían pagarnos una comisión, pero yo pensaba: "¿Cómo voy a cobrarle yo a Katy Perry?". Total, que echando cálculos le cobramos los gastos materiales y todavía nos quedaron 50 euros de beneficio.
--¿Siguen teniendo pedidos?
--Sí, cada día me escribe gente desde Vietnam, Colombia o Hungría. De hecho, hemos aprovechado para profesionalizarnos, ya que hacerlo todo por Instagram era un caos. Estamos creando una web y venderlos a través del portal es una forma de garantía también. A la semana podemos tener unos 20 o 30 pedidos, la gran cantidad fue entre finales de enero y principios de febrero.
--¿En qué más aspectos se han profesionalizado? ¿Han registrado la marca?
--Sí. Eso está en proceso. Es la parte más complicada y lo están llevando mis padres. Sinceramente, yo no he hecho empresariales y no tengo ni idea.
--De cara al futuro, ¿estudian centrarse solo en una línea de pendientes?
--Más adelante veremos cómo va la línea de los pendientes y, si podemos, haremos collares y algo más de bisutería, como gargantillas. La pandemia va a seguir y me da cuartelillo para seguir haciendo. En un futuro, sí que quiero dar el salto a la moda, a lo artístico, lo conceptural. Queremos crear una imagen de arte, un estudio multidisciplinar. De aquí el nombre de Rakkatta Studio.
--¿Cuánto tiempo puede llevar elaborar unos pendientes?
--Hacemos un poco cadena de montaje: uno pone los brillos, otro las argollas, otro los limpia... Por pack estamos tardando unos 15 o 20 minutos.
--¿Por cuánto pueden salir?
--Está en unos 50 euros, pero depende de los materiales, los envíos y los costes web. Una vez esté bien definido, saldrán por entre 50 y 100 euros.