Marina García ha sido una de las concursantes más famosas salidas de la tercera edición de La isla de las tentaciones. Su relación con Lobo y la consecuente ruptura con Jesús, la separación posterior con Isaac y su reconciliación con su novio la han hecho carne de la prensa del corazón.
Además de su vida sentimental, la imagen de la sevillana también ha sido muy comentado. Ella no ha ocultado en ningún momento que se ha hecho retoques. El primero que confesó fue el de los pechos pero las fotos del pasado delatan que hay más.
La primera
Ante comentarios que circulan por Internet sobre el antes y el después, la joven ha tomado el toro por los cuernos y ha sido ella misma quien se ha puesto delante de las cámaras de televisión para hacer un repaso detallado de sus intervenciones.
El primer paso no fueron los senos, sino la nariz. "Tenía el tabique desviado, sangraba a veces, no respiraba bien, tenía el caballete algo pronunciado... pero lo peor es que cuando hablaba se me movía la punta hacia arriba y hacia abajo. Feísima", alega.
Explicaciones varias
Tampoco es que quedara muy contenta con ello, y ya que sabía lo que era repitió y se hizo una nueva rinoplastia para cambiar la forma de su nariz. Y como no hay dos sin tres luego vino el pecho. Y otra vez con justificación.
La primera vez fue porque cree que tenía muy poco pecho para lo alta que es. Y una vez hecho, vio que" tenía una teta aquí y otra más arriba", así que su puso más silicona en el peso derecho para compensar. Y ya sí, “supercontenta”. ¿O no?
De aquí a los pinchazos
Las intervenciones que requieren quirófano ya quedaron aparte, por ahora, no el resto. Luego llegaron el ácido hialurónico y el bótox. Los labios se los pinchó tres veces. ¿Por estética? No, claro, también hay razones de peso. “Yo estuve dos años con ortodoncia y el labio de arriba se me metió hacia adentro, así que me puse un poco de ácido”.
Ella repite que no se pincha nada si no le hace falta y que no le gustan ni “los labios gigantes y los pómulos enormes”. Una vez solucionado ese problema recordó que cuando era pequeña una amiga le pegó un arañazo en el ojo.
Todo por una razón
Tan terrible fue ese accidente que, “a partir de ahí, el párpado derecho fue cayendo y se me quedó un ojo 'cagao'". Nada que no solucionara una buena blefaroplatia. “¡Pero sólo de un ojo!”, matiza.
El bótox tampoco es estético en su caso, obviamente. Se lo ha inyectado "en el entrecejo y en la mandíbula”, eso sí, “por el bruxismo". Y es que Marina repite por activa y por pasiva que no lo hace “por querer ser perfecta”, de ahí que todo tenga su explicación. Eso sí, el resto, si que es fruto de los cuidados con cremas, ejercicios y dieta equilbrada.