Los responsables de Supervivientes decidieron aplicar una serie de cambios para darle más vida al programa, aunque no parecen haber funcionado demasiado. Uno de ellos fue separar a los concursantes en dos grupos: el de los isleños, que sí competían en el reality, y los encallados, que debían esperar su oportunidad.
Eso provocó que cada semana se nominara para la expulsión a los concursantes de pleno derecho, y de éstos caían la mitad. Un número que esta semana se ha incrementado al sumarse, al fin, el resto de participantes, pero que demuestra la importancia de que el nombre no aparezca en los temidos papelitos. Eso parece haber descubierto Carlos Alba, cuya táctica para librarse ha sido muy cuestionada: mentir a sus compañeros.
La mentira de Carlos Alba
El cocinero de la edición de Supervivientes 2021, Carlos Alba, está siendo muy cuestionado desde que un usuario de Twitter relacionara sus tatuajes con símbolos nazis. Además, son muchos los que sentían animadversión hacia él tanto por su paso por Masterchef como la supuesta ideología política que le atribuyen. Pero esta semana, sus actos han hablado por sí solos.
Como cada jueves, los concursantes de pleno derecho nominaron a uno de sus compañeros para la expulsión. Este año, más que nunca, que su nombre no aparezca en los papelitos está muy cotizado, y Carlos lo sabe. Por ello, para ganarse el favor de sus rivales y evitar enfrentarse al televoto, les mintió sobre a quién nominó.
El cocinero pierde apoyos
Una vez termina la nominación, las celebridades especulan sobre quién ha votado a quién, para saber a quién apoyar y a quién odiar. Por ello, Carlos Alba traicionó a Tom Brusse y Gianmarco Onestini al decirles --sin mediar palabra pero sí con gesticulación, para no ser oído por el resto de concursantes-- que su papel llevaba escrito el nombre de Alejandro Albalá.
El cocinero votó al mismísimo Tom para que abandonara la isla, pero prefirió decirles el nombre de su máximo enemigo en Honduras para salvar el culo y ganarse su amistad. Y antes de que los otros dos echaran cálculos, cambió rápidamente de tema para evitar ser descubierto. Un movimiento que sus compañeros aún no han descubierto, pero la audiencia sí... y ese feo gesto no le deja mejor de lo que estaba.