El programa Viva la vida transcurría con total normalidad este domingo 14 de marzo, con nostalgia, risas y muy buen rollo. La presentadora, Emma García, ha dado paso a la publicidad para descansar un poco de la tertulia, pero la tensión ha invadido el plató justo en ese momento.
Un invitado sorpresa estuvo a punto de destrozar el programa, con chillidos y carreras incluidas por parte de los colaboradores. Durante la publicidad, se les ha colado un abejorro tan grande que se ha llevado todo el protagonismo: "Madre mía, esto parece un sketch. Es que parece un dron", ha bromeado una asustada Emma García.
"Qué sofocón tenemos"
"Hemos tenido un pequeño contratiempo. Menos mal que estas cosas nos pasan en la publicidad y no se graban, porque esto es para filtrarlo a las revistas. Es que ha aparecido un abejorro enorme, pero bueno, venga, vamos a tranquilizarnos", ha informado Emma García a la vuelta de la pausa publicitaria.
Pero el percance, pese a los intentos de los técnicos del programa, ha sido retransmitido en directo. Y la tensión era tal que el insecto ha obligado a parar Viva la vida. José Antonio Avilés trataba de dar una información relacionada con Isabel Pantoja, pero la propia presentadora le ha reconocido que nadie le había prestado atención: "Qué sofocón tenemos. Todos estamos un poco tensos".
Risas, miedo y tensión por igual
En ese momento, Suso Álvarez ha saltado de su asiento asegurando que el abejorro se le había posado en el cuello. El miedo se ha traspasado a los demás colaboradores, excepto a Kiko Matamoros y a Diego Arrabal, que ha bromeado con su compañero al señalar que "si este señor ha estado en Supervivientes...". Un chiste que ha desatado las risas en el plató.
Pero la cosa no ha quedado ahí, porque el bicho ha vuelto al ataque y ha levantado de sus sillas a Alejandra Rubio, Avilés y Suso iniciando una carrera de 100 metros en la que solo se oía algún que otro chillido. "Los que lleváis mejor lo de los bichos podríais hacer algo. Es que parece un dron", ha señalado Emma García antes de asegurar a su director, Raúl Prieto, que "yo no voy a pasar las cinco horas de programa así" en un intento para que abrieran puertas y ventanas y sacaran al intruso de su plató, con lágrimas en los ojos del ataque de risa que estaba teniendo.