Anabel Pantoja ha acudido al plató de Sálvame para enfrentarse a una de las tardes más duras de su vida. La sobrinísima tuvo que lidiar con el conflicto general que tiene con sus compañeros, solucionar su polémica con Belén Esteban y batallar contra la metralleta de preguntas sobre la segunda entrevista de Mila Ximénez a Kiko Rivera.
Para tratar la exclusiva de Lecturas, el programa ha contado con los conocimientos de la abogada Montse Suárez, que ha confirmado que "Isabel Pantoja ya no tiene antecedentes penales desde el 28 de octubre del 2019". Una noticia desconocida que ha celebrado Anabel y que ha aprovechado para recordar cómo eran las visitas a su tía cuando estaba en la cárcel.
Desconocía esa información
Kiko Rivera declaró en la entrevista que su madre le debe más de tres millones de euros, pero que no toma medidas legales contra la tonadillera porque tiene antecedentes y no quiere verla de nuevo en prisión. Por eso, Montse Suárez ha querido hacer público que eso no era del todo cierto, porque el expediente de Isabel Pantoja ya está limpio.
Anabel Pantoja se ha emocionado al escucharlo. Al igual que su primo, ella desconocía esa información. Y fruto de esa felicidad, la colaboradora de televisión ha hablado con Jorge Javier Vázquez por primera vez sobre cómo fueron los encuentros entre ella y su tía cuando estaba presa.
Anabel se rompe en directo
Cabe recordar que el tema de la prisión de Isabel Pantoja siempre ha sido un tema tabú para toda la familia. De hecho, tenían prohibido mencionar la palabra "cárcel" porque nunca se sintieron preparados para hablar así. Pero ahora, Anabel ha roto el silencio y se ha desahogado como nunca: "Las visitas eran cada 15 días, como media hora".
"Cuando vas, lo haces contenta porque le llevas cositas. Las despedidas eran jodidas, a veces no aguantaba la lágrima. Ahora veo las series y sale muchas veces el sitio este, y algunas son muy reales. Entonces, se me traslada la imagen. Cuando hacía la visita ella estaba esperando, no había vergüenza por estar ahí. Estábamos felices de mirarnos", ha asegurado una rota Anabel, llena de felicidad.