La sostenibilidad no es incompatible con viajar. Además, tampoco hace falta salir del país o de la mismísima Cataluña para conocer lugares increíbles. Es más que posible hacerlo con emisiones cero. ¿Cómo? En tren.
Además, del servicio de Cercanías y Media Distancia de Renfe que acerca a las playas del Maresme, Blanes y de la Costa Dorada, uno también puede optar por la montaña. Prueba de ello es el famoso tren del esquí, que te acerca hasta Ribes de Freser, la Cerdanya e incluso La Molina.
Entre la naturaleza y la cultura
Más allá de Renfe, la red de Ferrocarriles de la Generalitat de Cataluña (FGC) se erige como una opción alternativa. Un plan perfecto para evitar las carreteras congestionadas y los atascos que caracterizan el éxodo hacia estos destinos más frescos. Sin contar con el ahorro en combustible.
El tren no sólo lleva a paisajes increíbles, también ofrece una oportunidad única para explorar la diversidad cultural de Cataluña a través de sus extensas vías. Lugares como la Colonia Güell, el Pont del Diable y demás, son sólo unos ejemplos.
Opciones sobre raíles
La red de FGC ofrece diferentes opciones en su línea Barcelona-Vallès, pero también la Llobregat-Anoia y las R5 o R50, tienen sus rutas interesantes. La Llobregat-Anoia destaca por atravesar el Pont del Diable de Martorell, construido por los romanos en el año 10 a.C., claro que la leyenda cuenta que una anciana burló al diablo para obtener este sólido puente encomendando su alma al diablo.
La Línea R5 o R50 ofrece conexión directa a Sant Ignasi de Loiola, en Manresa, donde el santo vivió y escribió los ejercicios espirituales. Los usuarios pueden disfrutar del billete combinado Enotren, Manresa universal o la Ciutat de Sant Ignasi, que incluye una ruta guiada por los lugares vinculados al paso del santo.
Línea Barcelona-Vallès
Tal vez, esta sea la línea con más posibilidades. He aquí algunas opciones.
- Parc de Collserola: Este parque es un tesoro histórico con restos arqueológicos, castillos, masías y ermitas que atestiguan la evolución histórica de la zona. Además, alberga una rica biodiversidad, con 28 tipos de mamíferos, 191 especies de aves y una variada flora que equilibra el ecosistema de la sierra.
- Ruta en Olesa de Montserrat: Esta población del Baix Llobregat ofrece una ruta por la montaña dedicada a las ermitas construidas entre los siglos X y XV, como Sant Jaume de Castelló, Sant Pere Sacama y Sant Salvador de les Espases.
- Final en Sant Cugat del Vallès: El trayecto de esta línea culmina en uno de los municipios más pijos de la periferia, lleno de edificios históricos como el Real Monasterio de Sant Cugat y la Cruz de Término de Sant Cugat.
- Modernismo a pie de vía: En el otro extremo está Barcelona. Allí, FGC tiene parada cerca de la Casa Milá, o Pedrera, un ejemplo icónico de la influencia cultural a través de las vías catalanas. Declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, esta obra de Gaudí se ha convertido en un símbolo de la ciudad, Cataluña y España.