
Jafra
Explorando las ruinas: la fascinación de un pueblo abandonado y fantasmal
Cada estructura silenciosa cuenta historias olvidadas, invitando a desentrañar los misterios de un pasado que yace en el abandono
20 noviembre, 2023 20:32Noticias relacionadas
Nos encanta descubrir pueblos abandonados y lugares que guardan historias silenciosas entre sus ruinas. Explorar estos vestigios del pasado nos transporta a épocas olvidadas, donde en las calles, ahora desiertas, resonaron con la vida cotidiana de comunidades que dejaron su huella en el tiempo. Cada edificación en ruinas cuenta una historia y sus paredes desgastadas y su calles empedradas nos hablan de un pasado que, aunque abandonado, sigue siendo palpable en cada rincón. Estas expediciones nos permiten ser testigos de la naturaleza reclamando lentamente su espacio y transformándolo en un testimonio de la inevitable decadencia del tiempo.
Testigos del silencio
En anteriores ocasiones hemos descubierto otros pueblos abandonados y ahora te desvelamos uno que se encuentra en el término municipal de Olivella, dentro del Parque Natural del Garraf. Se llama Jafra o Jafre: es una aldea situada en una colina y está abandonada desde mediados del siglo XX.
Tiene a su lado izquierdo el río Ter, limita al norte con el municipio de Garrigoles, al este con Verges, al sur con el río Foixà y al oeste con Colomers.

Parque Natural del Garraf
En las sombras del pasado
Tan solo quedaron varias masías aisladas después de la Guerra Civil y, hoy en día, se pueden ver las casas del barón de Jafra, de varios masoveros e incluso la capilla de Santa Maria de Jafre. El pueblo es origen de leyendas fantasmales y otras historias antinaturales que llaman mucho la atención de las personas amantes de todos estos temas.
Está abandonado, ¡sí! Pero podrás recorrer el centro de Jafre para ver la iglesia de San Martín, construida aprovechando los muros del antiguo castillo, y de las casas de Can Ric y Can Pou, edificadas entre los siglos XVII y XVIII.
Tiene una extensión de 6,7 km2, el núcleo urbano está emplazado sobre una cresta y se extiende hasta la carretera GI-634 ocupando una secuencia de pequeñas terrazas. El paisaje mantiene un cierto equilibrio entre las tierras de cultivo que se extienden hacia el Ter y las zonas boscosas pobladas de pinos, encinas y robles. Sin embargo, en los lugares cercanos al río como la Isla de Amunt y la Isla de Avall abundan los árboles de ribera.