La caída de WhatsApp, Instagram y Facebook realza la importancia de proteger los métodos de pago

La última caída de WhatsApp, Instagram y Facebook, que duró más de seis horas en todo el mundo, ha puesto en relieve la fragilidad de la excesiva digitalización de la sociedad. Este hecho ha encendido las alarmas entre los expertos y usuarios de dichas redes sociales, pues una caída de este tipo podría conllevar graves consecuencias económicas si afectara a los sistemas de pago digitales.

Lo que ocurrió la tarde del lunes no es un caso aislado, pues el pasado mes de junio, PayPal, Amazon, Twitch y Finantial Times, entre otras muchas páginas web, también sufrieron las consecuencias de un apagón mundial. Unas semanas antes, fue un incendio en un centro europeo de almacenamiento de datos el que sembró el caos en miles de webs y e-commerce.

Vulnerabilidad del sistema

Estos incidentes realzan la vulnerabilidad del sistema, además de la dependencia de una digitalización excesiva que podría dejar de lado otros métodos físicos, como el pago en efectivo.

Cada vez son más las personas que optan por pagar en tarjeta o mediante aplicaciones para el envío y recepción de dinero al instante, opciones que podrían sufrir la fragilidad ante fallos e inseguridades como las de esta semana, que cada vez son más habituales.  

Fallos en Bizum

Tras al caída de las redes sociales de Mark Zuckerberg de inicios de esta semana, el martes por la mañana fue Bizum la aplicación que dejó de funcionar temporalmente y dio problemas para hacer determinados tipos de operaciones. Esta es una situación que perjudica tanto a comercios, como particulares y empresas que han incorporado este método de pago a su día a día por su inmediatez y agilidad.

Aunque aplicaciones como esta reúnen cada vez a más usuarios, una encuesta reciente de GAD3 para la Plataforma Denaria señala que el 78% de la población está preocupada por exponer sus datos personales, así como el dinero de su cuenta. Esto se debe, en parte, a los fallos que pueden presentar estos sistemas, algo que el 70% defiende que no sucede con el efectivo, pues éste funciona en cualquier situación.