La obra 'Señor Ruiseñor' desnuda el ‘procés’ con humor

La obra 'Señor Ruiseñor' desnuda el ‘procés’ con humor

Creación

La obra que desnuda el 'procés' (y que solo se podrá ver en Canovelles)

Con la representación de 'Señor Ruiseñor', Els Joglars se mantienen fieles al espíritu crítico que les caracteriza desde su fundación hace más de cincuenta años

15 enero, 2019 00:00

La obra Señor Ruiseñor, de la compañía Els Joglars, ha desembarcado en Madrid para desnudar el procés independentista con humor e ironía. El teatro María Guerrero acoge hasta el próximo 27 de enero esta sátira política de la compañía fundada por el dramaturgo Albert Boadella.

La función se ha representado previamente en Valladolid y Zaragoza, pero no en Barcelona. Tras su paso por la capital, solo un teatro de la localidad barcelonesa de Canovelles se ha mostrado interesado en ella. El resto de locales guardan silencio ante las peticiones para trasladarse en la Ciudad Condal.

Santiago Rusiñol

La trama recurre a la figura del pintor, escritor y dramaturgo Santiago Rusiñol para explicar cómo el nacionalismo falsea el pasado para crear una imagen de Cataluña acorde con el régimen nacionalista. La célebre colección de pinturas de Rusiñol bajo el nombre Jardines de España incomoda al personaje que encarna la actriz Pilar Sáenz y que recuerda a Forcadell, y sus acólitos en su misión de reformar el museo de arte modernista por el Museo de la Identidad.

Vídeo promocional de 'Señor Ruiseñor'

El primero de los conflictos que emerge entre el protagonista, un jardinero que hace de guía vestido de Rusiñol en el nuevo museo, y los directores de la pinacoteca es por la palabra maldita: España. Los directores del inédito Museo de la Identidad, con la connivencia de la prensa afín y subvencionada, borran cualquier rastro de España y deciden mostrar únicamente los jardines que el artista pintó en “los Països Catalans”.

Jordi Pujol, ‘Ubú president’

Ramón Fontserè es el director y actor principal de Señor Ruiseñor, quien ya representó al expresidente de la Generalitat Jordi Pujol en Ubú president, obra dirigida por Boadella que anticipó la evasión fiscal de la familia del exmandatario catalán antes de que saliera a la luz.

En la obra, Fontserè se vuelve a meter en la piel del fundador de CDC, quien lamenta que, pese a ser el padre de la nación catalana, se le ha relegado al ostracismo por sus casos de corrupción. Un caso edípico donde los hijos matan al padre en el terreno político.

Obra 'Señor Ruiseñor'

Obra 'Señor Ruiseñor'

Obra 'Señor Ruiseñor'

La obra Ubú president, estrenada en 1995, suscitó las críticas del nacionalismo catalán. Boadella, reconocido hasta la fecha como una de las figuras del catalanismo perseguidas por el franquismo, pasó a ser uno de los adversarios del nacionalismo por su burla feroz hacia Pujol y CiU. Años más tarde, en 2009, abandonaría Cataluña para dirigir los Teatros del Canal en Madrid.

El pueblo está desnudo

Pero la obra no carga únicamente contra el fundador de la patria y sus hijos políticos, sino que tampoco elude las críticas al pueblo. Desde la figura de la conversa --una mujer de origen andaluz que piensa que con la República tendrá un "salario europeo"--, al catalán cohibido, que no se atreve a decir lo que ve para no elevar las suspicacias de los suyos. Todo ello revestido por el humor y su poder de oxigenar las realidades más asfixiantes.

Señor Ruiseñor 4 web

Señor Ruiseñor 4 web

Obra 'Señor Ruiseñor' / NOVELLAS

También aparece la figura del catalán perfecto, es decir, aquél que es un producto del sistema nacionalista. El catalán perfecto va desnudo y confiesa que su vida burguesa era muy aburrida antes de que llegara la aventura del procés.

Els Joglars

Con esta nueva obra, Els Joglars se mantienen fieles al espíritu crítico que caracteriza a la compañía desde que se fundó hace más de 50 años.

Ahora bajo las órdenes de Fontserè, el quinteto que lo acompaña en los escenarios está formado por los actores Juan Pablo Mazorra, Rubén Romero, Pilar Sáenz, Dolors Tuneu y Xevi Vila.

En Madrid han sido bien recibidos por el público y la crítica. Falta por ver si Barcelona aspira a ser una ciudad abierta, o si esta crítica al procés se queda corta.