“Top Secret”, una cita con los grandes espías de la historia del cine

Pocos escapan al magnetismo de esta criatura implacable con el enemigo, pero de espíritu refinado y cosmopolita, que sale prácticamente ilesa de cualquier enfrentamiento. Lo mismo pasa con el irresistible encanto de la espía más famosa de todos los tiempos, Mata Hari (Países Bajos, 1876-Francia, 1917), la femme fatale por excelencia de este fantástico universo de aventuras, traiciones e intrigas.

Hasta 270 artículos

“Espiar es una profesión extraña”, decía Graham Greene (Reino Unido, 1904-Suiza, 1991), exagente del MI6 y autor de la célebre novela El tercer hombre que él mismo adaptó para la gran pantalla. El séptimo arte ha sabido rentabilizar esta incontestable atracción que sentimos por el mundo del espionaje. Quizá porque saben que en esos extraordinarios personajes (reales o ficticios) proyectamos una suerte de anhelado alter ego que planta cara a la rutina diaria.

La exposición “Top Secret. Cine y espionaje” (hasta el 17 de marzo del 2024) se infiltra en el vínculo entre cine y espionaje, entre el oficio de actor y de espía, entre la realidad y la imaginación. Organizada por la Fundación La Caixa en colaboración con la Cinémathèque française en el CaixaForum de Barcelona, y comisariada por Alexandra Midal y Matthieu Orléan, la muestra reúne cerca de 270 piezas entre accesorios, obras de arte, fotografías, clips de hasta 90 películas, trajes, archivos, carteles originales, documentos, así como gadgets, máquinas y accesorios procedentes del mundo del cine y del espionaje.

La exposición 'Top Secret. Cine y espionaje' es una nueva colaboración con la Cinémathèque française

Vestidas para espiar, 'sexpionaje'

En cierta manera, “Top Secret” plantea un recorrido por la trepidante historia del siglo XX. Las dos guerras mundiales fueron el caldo de cultivo donde se originó el espionaje moderno. Muchas de las películas de espías de aquella época están basadas en hechos reales, con las mujeres como protagonistas. “El arte de la seducción es fundamental en la concepción del espionaje de aquellos años, y el sexpionaje se convirtió en motor de multitud de narraciones cinematográficas, en su mayoría filmadas solo por hombres como femmes fatales”, apuntan los organizadores. 

Mata Hari es el paradigma del agente secreto que usa la sexualidad como arma contra el enemigo. El cine se encargó de mitificar la vida de la exótica bailarina neerlandesa fusilada por los franceses en 1917 tras ser acusada de colaborar con los alemanes. La bellísima Greta Garbo la interpretó en 1931 dirigida por George Fitzmaurice. No fue la única. Jeanne Moreau, Sylvia Kristel y Vahina Giocante también se metieron en su piel en otras producciones.

Foto fija del rodaje de 'Goldeneye', con Desmond Llewellyn y Pierce Brosnan, 1995 UNITED ARTISTS - KEITH HAMSHERE

La famosa interprete e inventora del wifi Hedy Lamarr; Ingrid Bergman como la heroína ficticia, Alicia Huberman, de Encadenados de Alfred Hitchcock o las divas Marlene Dietrich y Joséphine Baker, ocupan igualmente un lugar destacado en el ámbito dedicado a las mujeres espías en el que se pueden contemplar una fotografía de Greta Garbo caracterizada como Mata Hari realizada por Andy Warhol y otra de la actriz, en el mismo rol, obra de Clarence Sinclair Bull. 

El 'gentleman', el funcionario gris y el espía desmitificado 

Los acontecimientos posteriores estuvieron marcados por la Guerra Fría, otro fecundo escenario para los filmes de espías que vivieron entre 1945 y 1989 su edad de oro. Súper agentes de la CIA o el MI6 luchaban contra las maquinaciones de los servicios secretos de los Estados comunistas y organizaciones criminales internacionales. Como no podía ser de otra manera, la saga de James Bond tiene especial presencia en la muestra con numerosos fragmentos de sus películas, fotografías, carteles originales, un traje de Halle Berry en Muere otro día, el cocodrilo submarino en el que se ocultó Roger Moore en Octopussy o el esmoquin y los zapatos de Daniel Craig en Casino Royale. 

Por el contrario, la ausencia de glamur y argumentos más oscuros impregnan los filmes ambientados en la Europa del Este. Abnegados y discretos funcionarios envueltos en escenarios mucho menos deslumbrantes, de atmósfera opresiva, como en El topo y El espía que surgió del frío, ambas adaptaciones cinematográficas de John Le Carré, o la claustrofóbica e inquietante La vida de los otros del director alemán Florian Henckel von Donnersmarck.

La exposición 'Top Secret. Cine y espionaje', en CaixaForum Barcelona hasta el 17 de marzo

A partir de los años 70, el punto de mira abandonó Europa desplazándose a Oriente Medio y Latinoamérica. Los conflictos en Siria, Irán y Afganistán alimentaron una gran cantidad de películas donde “el agente secreto ya no es un héroe unilateral”, sino personajes ambiguos, turbios, traicionados o atormentados, y las tramas se vuelven más comprometidas como en La noche más oscura de Kathryn Bigelow; Múnich de Steven Spielberg, Red de mentiras, de Ridley Scott o la serie televisiva Homeland.

¿Espiados o espías? 

“Top Secret. Cine y espionaje” es una extraordinaria inmersión en el mundo del espionaje a través del cine, pero también una exposición que plantea preguntas. En pleno siglo XXI, la era de la información, de la hipermediatización y la sobreexposición, donde los “alertadores independientes” como Edward Snowden y Chelsea Manning ejercen un ciberactivismo comprometido de alto riesgo, ¿qué papel desempeñamos los ciudadanos? ¿El de espectadores pasivos que son espiados o somos también cómplices y espías? Puede que los Estados controlen nuestras vidas, pero les damos todo tipo de facilidades. Las redes sociales son un arma de doble filo.

La muestra está conformada por cerca de 270 piezas