La inmobiliaria Horta Centre de Barcelona / GOOGLE

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El inmobiliario de Horta se defiende: "Un estafador no devuelve el dinero"

Uno de sus clientes asegura que le intentó colocar un piso con cargas como si estuviese limpio y, al descubrirse la situación, se le devolvió solo parte del dinero de las arras

22 diciembre, 2022 00:00

"Un estafador vive de las estafas, yo vivo del trabajo". Rafael Eugenio Galera Cabrera, empresario acusado del "pufo" inmobiliario de Horta, rompe su silencio para dar su versión a Crónica Global y defenderse de los testimonios sobre la venta de pisos heredados y su supuesta insolvencia.

Uno de sus clientes asegura que le intentó colocar un piso con cargas como si estuviese limpio y, al descubrirse la situación, se le devolvió solo parte del dinero avanzado en las arras. "Un estafador que hace pufos no devuelve 13.000 euros de 15.000, se queda los 15.000", señala Galera.

¿Insolvente?

"No soy insolvente", indica el empresario, que habla sin tapujos sobre su situación financiera. Precisa que en estos momentos se encuentra "en un proceso de higiene económica" y, por ello, hizo saber a la abogada del cliente que le venía "muy mal pagar" la cantidad restante en estos momentos.

Galera no oculta que le persiguen las deudas: tiene 80.000 euros pendientes de pago. En los últimos años, ha limpiado gran parte de los seis millones que llegó a deber tras el pinchazo inmobiliario de 2008, ya que en ese momento tenía numerosos pisos en cartera. Perdió las empresas y ahora opera como autónomo.

Rafael Galera, empresario inmobiliario de Horta / CG

Rafael Galera, empresario inmobiliario de Horta / CG

Penalizado por infiel

El inmobiliario justifica con estos "problemas con el banco" y "por comodidad" las transferencias que hizo desde la cuenta de su exmujer a su cliente. El comprador de la transacción frustrada, Rubén Aparicio, reclamó la devolución de las arras; la familia vendedora accedió, pero el intermediario dejó 2.000 euros por pagar.

Galera asegura que sus problemas de liquidez son temporales y que no descarta devolver esta cantidad en el futuro. Sin embargo, alega que Aparicio "no ha sido fiel", porque tras estos problemas compró otra vivienda por su cuenta, por lo que se cobra 2.000 euros por el "trabajo" y el "tiempo", que "tiene un coste". Una decisión que no se acordó a priori con el cliente.

"Cruel"

El empresario niega las acusaciones y considera que Aparicio ha llevado "una rencilla personal al extremo" de "la crueldad pura". El piso que intentó vender estaba gravado por la ley de Cuba, derogada sin efectos retroactivos, que impedía heredar plenamente a las viudas durante dos años y por lo tanto dificultaba las compraventas y las hipotecas.

Los expertos jurídicos consultados describen una situación de este tipo como una carga y un vicio oculto, ya que el contrato de arras anunciaba un piso sin cargas. Galera lo niega, insiste en que se trata de una simple anotación que se puede eliminar en el registro y que la responsabilidad de interrumpir el contrato fue del comprador, no de la parte vendedora como suele interpretarse en estos casos. "La nota simple dice la palabra carga", recuerda el cliente, que asegura que el empresario le reconoció la deuda y le prometió que pagaría.

Un buen samaritano

El empresario argumenta, además, que el comprador no le notificó su intención de interrumpir la operación, aunque pasaron los meses de las arras y no se pudo materializar por la "sorpresa" de las cargas. Aparicio se comunicó con la inmobiliaria por teléfono, Whatsapp, mail y burofax. "Aquí no ha llegado nada, ¿que un cartero no me ha encontrado?", responde el responsable del negocio.

Galera fue denunciado por un cliente de su anterior empresa, al que asegura que devolvió el dinero después de que un juez anulara la venta de un piso vendido junto a su exesposa en régimen de gananciales. Ahora, intenta pagar sus deudas y destaca que es un "buen vecino y ciudadano". "He enseñado valores a los niños", explica el también exentrenador de clubs de fútbol infantiles en ciudades como Badalona, L'Hospitalet y Badalona.

También afirma que colaboró financieramente con las colonias para niños de mosén Bernat Gimeno en la parroquia de Sant Pius X. "No me considero un fiel devoto, pero todas las personas tenemos cosas buenas", manifiesta el empresario, que se declara entregado a "ayudar a los demás".