El Hotel La Florida de Barcelona, en el alero

El establecimiento es de cinco estrellas gran lujo. Echó la persiana en marzo de 2020, a raíz del confinamiento.

El 100% de la plantilla ha permanecido desde entonces sujeta a expedientes de regulación.

Fairmont Juan Carlos I

La Florida es uno de los escasísimos hospedajes de la ciudad que ha seguido clausurado hasta la fecha.

En la misma situación se encuentra otro de los hoteles más opulentos de la ciudad, el emblemático Fairmont Juan Carlos I.

Pérdidas

Los dos atraviesan circunstancias particulares especialmente complicadas, debido a las onerosas deudas que pesan sobre sus cuentas y los desastrosos resultados que cosechan desde hace largo tiempo.

En el caso de La Florida, la situación financiera es cualquier cosa menos desahogada. De hecho, no ha sido capaz de arrojar beneficio alguno desde que se reinauguró en 2003.

Facturación

En 2020 batió todas las marcas de resultados deficitarios. Los tres meses escasos en que estuvo abierto surtieron efectos demoledores sobre las cuentas.

Los ingresos cayeron en picado un 84% y pasaron de 6,4 millones a solo 998.000 euros.

Quebrantos acumulados

El golpe se tradujo en una ascensión de las pérdidas de 4 a 5,4 millones.

Estas se añaden a las contabilizadas en ejercicios pasados y que se vienen arrastrando en el balance, pendientes de compensar con ganancias futuras. Dichos saldos ascienden a casi 40 millones.

Patrimonio negativo

La marea de tinta roja ha hundido los fondos propios hasta 9,2 millones negativos, es decir, el hotel La Florida se encuentra en causa legal de disolución.

En virtud de un decreto del Gobierno, hasta junio tiene tiempo para recomponer su situación patrimonial.

Aves de rapiña

Por si esto fuera poco, sobre la compañía pende una deuda de 33 millones. Su anterior acreedor, Aareal Bank, se hartó de no cobrar y cedió el crédito a precio de derribo al fondo “buitre” Colony Capital. Este tampoco ha recibido un céntimo.

Entre tanto la deuda sigue subiendo y además está gravada con un interés del 10% anual. El crédito obliga al cumplimiento de determinadas ratios, que no se han observado desde el primer minuto.

Deudas tributarias

Tampoco cobran las administraciones públicas. La Florida ha solicitado aplazamientos del IBI, del impuesto de actividades económicas, de la tasa turística, así como del IVA y el IRPF.

Por último, son de citar los proveedores. El abono de las facturas a estos se ha extendido hasta el insólito récord de 742 días.

Hotel Miramar

La dueña absoluta del recinto es la sociedad madrileña Global Egesta, perteneciente al empresario libanés Boutros Joseph El-Khoury.

Este personaje posee además, en la Ciudad Condal, el hotel Miramar, asimismo de cinco estrellas gran lujo.

Su situación económica es idéntica a la de La Florida. De hecho, el magnate árabe ha cruzado avales entre ambos y ahora son garantes el uno del otro.

Venta frustrada

El 9 de marzo de 2020, una semana antes de la declaración del estado de alarma, El-Khoury llegó a un compromiso de compraventa con la socimi madrileña Atom Hoteles para transferirle La Florida y Miramar, por 53 millones.

Tras el estallido de la pandemia, Atom se echó atrás y canceló la adquisición. El-Khoury ha demandado a Atom y exige los 53 millones, más otros 4,3 a título de indemnización. Los asesores del libanés aseguran que existe un 50% de posibilidades de ganar el pleito.

La Florida abrió sus puertas por primera vez en 1925. Durante mucho tiempo fue uno de los establecimientos predilectos de la burguesía barcelonesa. Luego cerró y el activo se deterioró sobremanera. A principios de este milenio se reformó totalmente y resurgió en 2003.