El euríbor se dispara como en los meses previos al estallido de la burbuja
La referencia de la mayoría de préstamos hipotecarios a tipo variable, camino de su alza más intensa de los últimos 14 años
10 mayo, 2022 00:00El mercado hipotecario se ha visto sacudido por la estampida del euríbor, la referencia empleada en la mayoría de esta clase de préstamos a tipo variable. En apenas cinco meses, sus alzas se sitúan en el entorno de los 75 puntos básicos, algo a lo que el mercado no asistía desde el primer semestre de 2008, justo antes del estallido de la llamada burbuja inmobiliaria.
Por entonces, el tipo medio del euríbor a 12 meses, el empleado para calcular el interés de una gran parte de las hipotecas que se comercializan en España, registró alzas de 105 puntos básicos entre los meses de marzo y julio. A la vuelta de aquel verano, la quiebra del banco estadounidense Lehman Brothers y de las entidades hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac desencadenó la gran crisis financiera cuyos efectos se extendieron hasta bien entrada la mitad de la siguiente década.
Máximo histórico
Desde entonces, el euríbor no había vuelto a experimentar avances de este tipo. Es más, a partir de entonces los descensos fueron la nota predominante, incluso una vez superada la crisis. A inicios de 2016, el indicador entró en terreno negativo, del que no ha salido precisamente hasta los comienzos del presente ejercicio.
No obstante, aunque la tendencia es similar, cabe tener en cuenta que aquel mes de julio de 2008 el euríbor medio a 12 meses tocó su máximo histórico, al borde del 5,4%; en lo que llevamos del mes de mayo, el tipo se sitúa en el entorno del 0,23%.
Cambio de escenario
En el mercado no ha sorprendido tanto el movimiento al alza del indicador como su intensidad. Cabe tener en cuenta que 2021 concluyó con un euríbor medio del -0,502% y que la mayoría de las entidades financieras presupuestaban su vuelta al terreno positivo a lo largo de 2022, para cerrar el ejercicio en el entorno de cero.
Pero la desbocada inflación, acelerada por el inicio de la invasión rusa de Ucrania, a finales de febrero, ha contribuido a precipitar los acontecimientos. Los bancos esperaban el citado comportamiento del tipo de referencia hipotecario, que iría acompañado de unas primeras subidas de tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE), para esos últimos meses del presente año, aunque la mayoría apuntaba incluso a las primeras reuniones del consejo de gobierno del emisor en 2023.
Fuera de presupuesto
En la actualidad, el consenso habla de entre dos y tres subidas ya en 2022 y son crecientes las opiniones que señalan que la primera de ellas podría llegar antes del verano. Algo por completo impensable hace poco menos de cuatro meses cuando durante las presentaciones de resultados anuales de los bancos, sus principales ejecutivos aseguraban no contar con alzas del precio oficial del dinero para confeccionar los presupuestos.
“Si al final se produce alguna, bienvenida será”. Fue el mensaje generalizado con la vista puesta en una cuenta de resultados cuyo margen de intereses se verá incrementado entre un 15% y un 25% aproximadamente, en función de la cuantía de la subida de tipos que finalmente se dé.
Situaciones anómalas
Pero no es oro todo lo que reluce. Aunque la banca veía con buenos ojos las primeras subidas de tipos, la inquietud se extiende ante un temido repunte hipotecario notablemente más intenso del esperado que podría disparar las tasas de morosidad, uno de los desafíos con los que ya contaba el sector para este año.
“Lo anormal es que el euríbor presentara tipos negativos, no que suba ahora”, apuntó recientemente el consejero delegado de Santander, José Antonio Álvarez, preguntado por la evolución de este tipo.
Años con tipos negativos
En general, el sector ha expresado su satisfacción por que se ponga fin a un largo periodo de tipos de interés negativos, que ha contribuido a laminar la rentabilidad de los bancos y convertir en misión casi imposible cubrir siquiera el coste de capital.
Sin embargo, un repunte acelerado de los préstamos hipotecarios, combinado con tensiones inflacionistas que amenazan con estabilizarse y con una evolución del crecimiento económico menor de la prevista, podría trastocar de forma significativa el resultado de la ecuación.
Los bancos centrales actúan
La pasada semana, tanto la Reserva Federal estadounidense como el Banco de Inglaterra ejecutaron nuevas subidas de tipos de interés y anunciaron nuevas para los próximos meses. Especialmente alarmante fue el mensaje de la entidad que rige la política monetaria del Reino Unido, que hablaba por primera vez de un riesgo real de recesión a final de año si el conflicto bélico se prolonga y la evolución de la inflación supera los dos dígitos.
La medida de la Fed alivió algo a los mercados, dado que durante los días anteriores se habían hecho cábalas con un posible incremento del precio oficial del dinero superior al de 50 puntos básicos que al final se decidió, lo que hubiera dado una señal de alarma a los mercados. Precisamente, la que dio la primera estimación del PIB del primer trimestre de la primera economía mundial, que apuntó a un retroceso del 1,4% intertrimestral.
Mientras, en la zona euro persisten las dudas en torno a la decisión del BCE y, sobre todo, a los tiempos que manejará para ejecutarlas. Mientras llega ese momento, la revisión de las cuotas hipotecarias promete sorpresas desagradables para los bolsillos en los próximos meses.