El grupo Bingo Billares pierde 4,5 millones en 2020
Las seis salas que gestiona en Barcelona y Badalona registraron una caída de los ingresos del 56% por el cierre gubernativo
2 noviembre, 2021 00:00El sector del juego fue uno de los más castigados por las restricciones comerciales en 2020. Desde marzo hasta final de año, los establecimientos del ramo permanecieron con la persiana bajada y los trabajadores sujetos a expedientes de regulación.
Estos últimos significaron un cierto alivio para las empresas. Las que actúan en Cataluña se beneficiaron asimismo de determinadas bonificaciones de las tasas de juego que cobra la Generalitat.
Dependencias
Grupo Rodríguez Villar, de Barcelona, titular de una red de bingos, sufrió en carne propia los avatares de la pandemia. Rodríguez explota cinco salones en la Ciudad Condal y uno en Badalona.
Son el histórico Billares, de Gran Via de les Corts Catalanes, que tiene capacidad para 900 clientes; Ciutat de Barcelona, de Travessera de Gràcia; Valldaura, en el paseo del mismo nombre; Bingo Poblenou, en Rambla Poble Nou; Fortuna, en paseo de la Zona Franca; y Augusta, en Badalona.
Cartones de bingo y tragaperras
La facturación consolidada de la red se encogió el pasado año un 56% y pasó de 71 a 31 millones. La venta de cartones de bingo aportó 24 millones, las máquinas de premio o tragaperras 5,4 millones y el negocio de bar, 771.000 euros.
El resto hasta completar los 31 millones de giro, provino del arrendamiento de viviendas y locales propios.
Resultado de explotación
Ante el derrumbe de los ingresos, a Rodríguez Villar no lo quedó otro remedio que emplearse a fondo para recortar los gastos de todo tipo. Los relativos a la plantilla se comprimieron de 7 a 4,7 millones, gracias a los ERTEs. A la vez, los consumos de explotación se rebajaron de 14,5 a 9 millones.
Pese a estas y otras medidas puestas en práctica, el resultado bruto cambió de signo de forma radical. Los 5,7 millones de beneficio declarados en 2019, se trocaron en unas pérdidas de 3,9 millones en 2020.
Quebrantos
Lo mismo ocurrió con el resultado financiero, lastrado por la venta deficitaria de instrumentos monetarios. Viró de 170.000 euros positivos a 664.000 euros negativos.
Por último, Grupo Rodríguez Villar declaró unos números rojos antes de impuestos de 4,5 millones. El año anterior dicho epígrafe presentaba unas ganancias de 5,9 millones.
Año | Ingresos | Resultado neto |
2020 | 31 | -4,1 |
2019 | 71 | 4,2 |
2018 | 66 | 3,4 |
2017 | 59 | 8,8 |
2016 | 59 | 4,4 |
2015 | 58 | 3,2 |
Sede en Barcelona
El consorcio está regido por la sociedad holding Emigineve, de Barcelona. Actúa de entidad de cartera de 13 compañías de las que posee entre el 92% y el 100%. El cuartel general de todas ellas radica en Gran Via, a pocos metros del bingo Billares.
Tales empresas son las gestoras de las salas de juego y las que llevan a cabo el negocio inmobiliario.
Edificios y heredades
Este último está representado por una cartera de activos valorada en 42 millones. En ella figuran varios edificios en Barcelona destinados al alquiler. También es de mencionar una reserva de suelo de 2 millones de metros cuadrados.
Los dos principales predios están situados en El Catllar (Tarragona), donde posee una finca de 100 hectáreas; y en Málaga, con 200.000 metros, que se planean destinar a la construcción de un parque comercial.
Estados contables
Las magnitudes más destacadas del balance consolidado de Emigineve son las siguientes. Los bienes suman 58 millones, entre ellos una tesorería de 13 millones.
El pasivo se compone de unos recursos propios de 52 millones, amén de una deuda bancaria de solo 3,9 millones.
Amo absoluto
El fundador, administrador único y presidente de la junta de socios, todo en una pieza, es Emilio Rodríguez Rodríguez. Constituyó su conglomerado en 1980.
Hoy ostenta el 92,6% del capital. El resto lo donó a sus hijos Emilio José, Regina Elisabet y Evelyn Rodríguez Villar, titulares respectivos del 3,1%, 2,2% y 2,1%.
Orígenes humildes
Emilio Rodríguez Rodríguez es un hombre hecho a sí mismo. Arribó a Cataluña desde su Andalucía natal con lo que llevaba puesto. Trabajó de aprendiz de varios oficios, entre ellos el de camarero.
Se aficionó a la restauración y un día tomó la decisión de instalarse por cuenta propia. Luego amplió su actividad a la promoción inmobiliaria y a la explotación de salas de bingo.
Dive! y Fashion Café
Rodríguez impulsó en 1995 dos famosas iniciativas en la Ciudad Condal relacionadas con la hostelería, que no tuvieron un final feliz. Una fue el restaurante Dive!, inaugurado en el centro Maremàgnum. Estaba decorado con motivos relativos al mundo del submarinismo y era una franquicia del cineasta Steven Spielberg.
La otra iniciativa se tituló Fashion Café, relacionada con el universo de la moda. Se trató asimismo de una licencia, en este caso vinculada a las modelos Claudia Schiffer, Naomi Campbell, Elle Macpherson y Christy Turlington. Fashion Café abrió en el inmueble de paseo de Gràcia-Aragó que en tiempos pretéritos fue sede de la histórica compañía de fertilizantes y productos químicos Sociedad Anónima Cros, germen de Ercros.
Moda pasajera
A mediados de los años noventa surgió la moda de los restaurantes temáticos. En poco tiempo se inauguraron en Barcelona una decena de ellos, en algunos casos con gran despliegue publicitario y de personajes de las revistas del corazón.
La novedad pasó rápido. En 1998 habían bajado la persiana o presentado quiebra Dive!, Fashion Café, Màgic Barça, Tony Roma’s, Henry J. Bean’s, Tardà Rock Café y Taf.