Pau Vila, presidente del Institut Ostrom y CEO de LC Paper
Pau Vila (Institut Ostrom): “Los jubilados ya cobran más que la mayoría de trabajadores, el pacto social se ha roto”
El CEO de LC Paper y presidente del 'think tank' liberal Ostrom critica los problemas de la economía española y todas sus derivadas: vivienda, inmigración, industria, fiscalidad e, incluso, pensiones
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Pau Vila (Girona, 1995) es CEO de la histórica empresa LC Paper y presidente del think tank liberal Institut Ostrom. Es joven, descarado y habla sin tapujos. Su diagnóstico es severo: alerta sobre la peronización de España, caracterizada, en su opinión, por la inseguridad jurídica y un "Estado mastodóntico".
Durante la entrevista, también trata un tema delicado: las pensiones, que pide reformar porque actualmente “están rompiendo el pacto intergeneracional”, con un sistema insostenible que “hipoteca el futuro de los jóvenes”.
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A menudo habla de la argentinización de la economía española. ¿Cuáles son los síntomas?
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Debo matizarlo y empezar a hablar de peronización. Lo que está ocurriendo es parecido al populismo, pero diferente. El populismo es una amplificación de unas ideas, una exageración que oculta defectos y potencia virtudes. En la España de hoy todo son cuestiones vacías y gestos estériles. No ocurre nada.
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¿Sánchez es populista?
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Todos los gobiernos lo son, porque la política va de servir. Pero lo de Sánchez es otra cosa, es algo peor. Sus ideas son inconsistentes, porque van hacia adelante y luego hacia atrás de forma indistinta, lo que genera una enorme inseguridad jurídica.
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En cuanto a similitudes con Argentina, ¿también está el engrosamiento del Estado y del gasto público?
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Sí, tenemos un Estado mastodóntico que no quiere que la gente recupere el timón de sus vidas, sino que vivan en un subsidio perpetuo. Esto es algo que en los países desarrollados teníamos superado: no hay que ofrecer migajas, sino herramientas para que las personas puedan construir su propia economía. Es fascinante que hayamos desmontado este sistema, en el que la gente en paro podía aprender nuevas aptitudes o reciclar sus carreras. Ahora tenemos una economía de rentas mínimas garantizadas.
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El total de pensionistas, parados, dependientes, niños y funcionarios es más del doble que el número de trabajadores por cuenta ajena o autónomos.
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Y la cosa no irá a mejor por la pirámide demográfica.
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¿El gasto en pensiones aumentará?
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Hay que observar los números con atención. Hasta ahora, las cotizaciones pagaban las pensiones. Ahora se tienen que transferir otras partidas de sus presupuestos, con el consabido coste de oportunidad que ello representa. Lo que significa que tenemos menos sanidad, educación o transporte público por culpa de de las pensiones. Yo no quiero dejar a la gente sin estas pagas, pero en algún momento deberá plantearse el debate. ¿Es necesario subirlas conforme al IPC? El modelo actual pone en riesgo toda nuestra economía.
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¿A qué se refiere?
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Acabamos de suscribir un préstamo de 10.000 millones de euros para hacer frente al pago de pensiones. Deberíamos hacer un debate sereno sobre qué hacer con ese dinero. Hay niños en riesgo de exclusión social y pobreza. ¿Las pensiones son la razón más importante para suscribir este préstamo? ¿No hay otros?
Pau Vila, presidente de Ostrom y CEO de LC Paper
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¿Es un tema políticamente delicado por la cantidad de votos que representan los pensionistas?
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Y son grupos muy organizados que votarán a quien maximice más su pensión, como pasa con algunos grupos de funcionarios. Debemos plantearnos si el reparto actual de recursos es el más justo o está politizado.
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¿Los jóvenes cobraremos pensión?
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A este paso, no. La cosa es ya bastante evidente, de pura lógica y matemática.
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¿Y qué propone? Usted habló de eliminar las pagas extra.
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Sí, y no se me entendió. Ya sé que las pagas extra forman parte del sueldo bruto. La cuestión es que, si tienes que recortar, la ventaja de empezar por las pagas dobles es que no trastoca los presupuestos mensuales de las familias.
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¿Los jubilados no han pagado sus propias pensiones para que ahora tengan que sufrir recortes?
- Uno se ha ganado una pensión que sea compatible con un pacto social. No se puede tener a los jóvenes excluidos del mercado de la vivienda, sin poder formar familias y viviendo prácticamente en una pseudomiseria solo porque tú pagaste unos impuestos. Las pensiones las pagan los cotizantes del momento, no te la pagaste tú trabajando.
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¿Los nuevos jubilados cobran un 40% más que los nuevos trabajadores?
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El sueldo modal, ese que cobran la mayoría de trabajadores, es más bajo que las pensiones. El pacto social se ha roto. Significa que hay un estamento privilegiado y no sé a qué responde: transporte con descuento, cine a dos euros, ventajas en todas partes… No entiendo nada.
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¿Y nuestra generación? Sobrevuela la sensación de que nos han arrancado el futuro.
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Uno ahorra cuando tiene un objetivo. ¿Para qué hacerlo cuando sabes que nunca podrás comprar una casa? En el momento en el que un piso vale medio millón de euros y cobras 1.500, ahorrar ya no tiene sentido.
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¿Qué podemos hacer? Los jóvenes somos pocos y no estamos politizados.
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La pirámide poblacional no juega a nuestro favor, pero el tiempo sí. La masa de votantes de partidos tradicionales disminuirá y entonces empezarán a escuchar cosas que son bastante básicas.
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Hablemos de industria. ¿Qué nos ha pasado?
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Hace dos semanas cerró en Cataluña una industria cada día. La culpa no es toda nuestra, se han tomado decisiones muy desafortunadas en toda Europa. Nuestro continente ha querido ser Robin Hood y salvar el mundo. No tiene sentido cerrar nuestras industrias por el cambio climático y luego importar esos mismos productos de la otra parte del mundo. No solo no ayudamos al medio ambiente, sino que destruimos nuestra actividad económica.
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Usted es CEO de una empresa con 100 años de historia. ¿Alguien que empiece un proyecto empresarial en Europa hoy es un loco?
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Hay un componente de romanticismo. Si eres una empresa familiar, puedes justificarlo. Pero si cotizas o tienes accionistas externos, hay muchas cosas que no son racionales. En Europa tienes terrenos caros, muchos impuestos, poca agilidad regulatoria y todo tipo de trampas. Por eso, sin el romanticismo, quedarse en Europa es injustificable.
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¿Hay avances en la reducción de la bucrocracia?
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Tenemos motivos para ser optimistas, porque la administración ha entendido que tiene que facilitar la vida a las empresas. Pero tenemos un Estado tan grande que su inercia es muy difícil de frenar. A Cataluña le ha pasado como a California: al estar muy adelantada en algunos aspectos, también ha tenido que ir microrregulando millones de cosas, y ahora hemos creado una estructura legislativa que no sabemos interpretar. Acabar con la burocracia no solo depende del Govern de Illa, sino también de los técnicos municipales o de la Generalitat.
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El otro gran tema es la vivienda.
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El ejercicio es muy sencillo: ¿cuánta gente ha entrado en España en los últimos años? Son cifras astronómicas. Si tienes una gran afluencia de extranjeros y construir nuevas viviendas es un infierno, el resultado es claro.
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¿Se han puesto demasiadas trabas a los promotores?
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Es tan complicado que el empresario se desentiende y prefiere invertir en otra cosa. Siempre falta un permiso, un documento, o te encuentras a un técnico que no tiene un buen día y te cuestiona el plan de inundabilidad. Mira, nosotros en LC Paper tenemos una fuente y su proyecto de reforma consta de 500 páginas. ¡500 páginas para una fuente! ¿Cuántas tendrá, entonces, un edificio? Con tantas imposiciones, los promotores han visto que los números no les daban y han optado por no construir. Tampoco la administración ha querido: la única partida de gasto social que ha caído en los últimos 15 años ha sido la de vivienda social.
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¿Qué le parece la política de vivienda del Govern de Illa?
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Este gobierno ha demostrado más rigor en otros ámbitos que el de ERC. Sin embargo, no en vivienda. Yo creo que están atrapados en la misma espiral de dinámicas parlamentarias que la pasada legislatura. Son políticas irracionales. Si impones por ley un precio determinado, te cargas la oferta. Hasta un estudiante de la ESO puede entenderlo.
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¿Cree que el liberalismo está haciendo suficiente para imponer su discurso?
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Es que en este debate las cosas son mucho más sencillas: la población ha crecido, no se ha construido y las viviendas que ya tenemos están llenas. No es una discusión ideológica, son matemáticas.
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¿Cómo acabará este problema?
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No terminará bien. Y la reacción de la población cuando se den cuenta de que les han levantado la camisa será vengativa.
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Foment ha dicho este mes que España necesita muchos más inmigrantes. ¿Está de acuerdo?
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En Ostrom somos liberales, lo que significa estar a favor de defender libertades personales, sociales y colectivas, entre las que se incluye el derecho a moverse al país vecino. Eso, en ningún caso, justifica el subsidio, que es lo que defienden muchas patronales. Se están justificando sueldos que no permiten tirar hacia adelante un proyecto vital, y se convertirán en consumidores netos del Estado del bienestar. Que los extranjeros están sobrerrepresentados en los servicios públicos no es ningún secreto, pero es que sus sueldos son muy bajos. Entre todos estamos creando a personas dependientes de subsidios solo para que hagan trabajos que no queremos hacer.
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¿Cataluña es un infierno fiscal?
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Objetivamente, sí lo es. Si haces un mapa de calor en el mundo, sale que tenemos una fiscalidad muy elevada. Tenemos impuestos, como el de patrimonio, que no existen en ningún otro rincón de Europa. Esto genera una distorsión de los incentivos sociales: si has ahorrado, tienes que pagar; y si te lo has gastado todo, no. ¿Qué nos quieren decir, que hay que despilfarrarlo todo?
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¿Y el impuesto de sucesiones? Solemos pensar en su efecto en las personas físicas, pero también aplica a las empresas.
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Es un esperpento. Provoca que se tengan que vender empresas de aquí a capital extranjero. Conozco un caso de una empresa familiar que participaba en todo el tejido social del país, patrocinaban eventos, estaban muy arraigados. Sus dueños tuvieron que venderla por no poder hacer frente a este tributo y, ahora, sus nuevos propietarios, un fondo, se han borrado de todo. El resumen es que tenemos un modelo en el que el contribuyente siempre está bajo sospecha. Es una fiscalidad persecutoria.
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Tampoco existe la sensación de que los impuestos estén bien invertidos.
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Es la gran paradoja. Tenemos un Estado totalmente sobredimensionado y encima los servicios no son buenos: un año y medio para ir al dermatólogo por la sanidad pública. Cada vez pagamos más y todo está más degradado. Cuando inauguraron el AVE entre Girona y Barcelona hace unos años tardaba 38 minutos. Hoy ya va por 46.