Fotografía montaje con Antonia Fuentes, secretaria general de UGT FICA, y Josep Rueda, secretario general de CCOO en Cataluña
Josep Rueda y Antonia Fuentes, los 'viejos rockeros' que azuzan a 200.000 personas en la huelga del metal en Cataluña
Las negociaciones con la patronal quedaron encalladas y los sindicatos exigen subidas salariales reales, reducción de jornada y garantías de seguridad laboral
Más información: La huelga del metal alcanza un seguimiento del 100% y paraliza la planta de Seat en Martorell
Ambos asumieron sus nuevas responsabilidades este 2025. Josep Rueda Martínez y Antonia Fuentes, líderes de CCOO y UGT en el sector del metal, no se imaginaban que acabarían convirtiéndose en la cara visible de un conflicto que ha sacudido el corazón industrial de Cataluña.
Podría discutirse la magnitud del impacto, pero movilizar a miles de personas en torno a una misma reivindicación no es un gesto menor. La cuestión de fondo es: ¿quiénes están detrás de esa capacidad de convocatoria?
Un sindicalista de base
Entre ellos, Rueda. Figura veterana dentro del organigrama de CCOO, lleva décadas transitando los engranajes internos del sindicato. Nacido en Manresa y formado en automoción, proviene del propio entorno industrial que representa.
Su vinculación sindical arranca en 1997 como delegado en la empresa Maxion Wheels. Tres años después pasa a la estructura territorial de CCOO del Bages-Berguedà como responsable de Organización. Tras distintos cargos intermedios, en 2022 asume la Secretaría de Acción Sindical de la federación CCOO de Industria de Cataluña, culminando una trayectoria prolongada dentro del sindicato.
En esencia, un sindicalista de base, con un perfil interno y de largo recorrido. Probablemente por ello fue elegido con un amplio consenso, 98,9% de los votos a favor, como secretario general de industria.
Sin turbulencias
Fuentes no cuenta con un recorrido tan amplio. Ella tomó el relevo al frente de la UGT FICA Cataluña este mismo mes de octubre, con el 90,44% de votos, como una figura estabilizadora del órgano sindical.
Las tensiones llegaron cuando UGT apartó a su secretario general, Antonio Rudilla, tras una denuncia interna por acoso laboral el pasado setiembre. Fuentes sindicales confirmaron que, en cuanto se tuvo constancia, apartaron a Rudilla del cargo, mientras se investigaban los hechos, pero fue obligado a dimitir una vez publicadas las conclusiones de la investigación que acreditaban el acoso.
En ese clima, la elección de Fuentes responde a la lógica de evitar fricciones y proyectar una etapa más ordenada, sin ruido añadido ni protagonismos indeseados. Más que irrumpir, llega para estabilizar.
Su perfil encaja con una estrategia evidente: bajar pulsaciones, enfriar el ambiente y colocar a alguien que pueda pilotar el día a día sin quedar asociado a la turbulencia previa. No es un giro ideológico ni un golpe de timón, sino una apuesta táctica por la discreción, la gestión y la contención.
Diferencias con la patronal UPM
Rueda y Fuentes ahora comparten el mismo frente: una huelga en el metal de la provincia de Barcelona que ha movilizado a más de 200.000 trabajadores, con un seguimiento que ha llegado a ser del 100% y ha paralizado fábricas tan simbólicas como Seat y Ebro, entre otras; además de haber detenido el tráfico al bloquear las vías de acceso al área metropolitana, donde se acumularon colas de hasta 12 kilómetros.
Trabajadores del sector metalúrgico de Barcelona cortando una carretera debido a la huelga de los días 29 y 30 Barcelona
En un sector acostumbrado a negociar en despachos, en esta ocasión, todo se ha roto. Las conversaciones con la Unión Patronal Metalúrgica (UPM) naufragaron entre acusaciones de falta de voluntad y propuestas que los sindicatos han considerado provocadoras, a pesar del intento de mediación con el Departamento de Empresa y Trabajo de la Generalitat el pasado lunes.
En declaraciones a Crónica Global, tanto Rueda como Fuentes han admitido que comparten diagnóstico: la línea roja sigue siendo la misma. No aceptar absorciones ni compensaciones en los incrementos salariales pactados en convenio. Por primera vez en años, el pulso ha pasado de silencioso a visible, desde los polígonos industriales hasta las rondas colapsadas de Barcelona.
Retroceso en derechos
Tras meses de negociaciones encalladas entre los sindicatos y la patronal, llegó la última propuesta empresarial. Los sindicatos la consideraron no solo insuficiente, sino que además suponía un retroceso en derechos adquiridos. “A tres horas de la huelga, empeoraron aún más la propuesta. Eso no es negociación, es falta de respeto”, ha señalado Fuentes.
El conflicto se ha centrado en dos ejes principales: garantizar incrementos salariales reales —sin cláusulas de absorción ni compensación— y avanzar en la reducción de jornada, tal como impulsa el Ministerio de Trabajo. Los sindicatos denuncian que, con la inflación y el encarecimiento del coste de vida, aceptar fórmulas que “maquillen” las subidas de los sueldos equivaldría a condenar al sector a sueldos estancados.
Varias personas durante una concentración del sector del metal en Barcelona
A esto se suma un elemento que tensiona aún más el pulso: la seguridad laboral. La siniestralidad en el sector del metal sigue siendo una preocupación central, según explican ambas organizaciones, que reclaman compromisos claros y medidas efectivas para prevenir accidentes.
La huelga busca enviar un mensaje inequívoco. El sector no está dispuesto a aceptar un convenio que, a su juicio, frena avances sociales y laborales luchados y logrados durante décadas. “Respeto, dignidad y salario real” han sido las consignas repetidas en las calles, convertidas en bandera para unas movilizaciones que no solo han paralizado polígonos industriales estratégicos, sino que han vuelto a situar el conflicto laboral en el centro del debate público.
Fuerza industrial y cohesión
Las cifras han hablado más alto que cualquier discurso sindical. Polígonos detenidos, accesos cortados, producción en pausa y miles de trabajadores en piquetes y concentraciones. No ha sido un gesto simbólico, sino una demostración de fuerza industrial en un momento en el que se creía que la conflictividad laboral era cosa del pasado.
Más allá de titulares y pancartas, ambos dirigentes insisten en lo mismo, y es que no se trata de liderazgo personal, sino de base organizada. “La foto ha sido de cohesión, de un sector potente”, resume Rueda. Asimismo, Fuentes añade que “si nos faltan el respeto a nosotros en la mesa, se lo faltan a los trabajadores. Nuestra gente lo entendió”.
El futuro a negociar
Ni épica ni heroicidades: presión, negociación y salir a la calle. Esta es la tónica general que resume los discursos de UGT y CCOO. La huelga, que ha tenido tres días de paro total y manifestaciones multitudinarias, ha puesto al sector del metal de Barcelona en el centro del debate laboral en España.
La primera jornada se inició el martes 28 de octubre a las 22:00 horas y el miércoles el sector continuó con las protestas ante la sede de Foment del Treball en Via Laietana, donde también tiene su oficina principal la UPM. El tercer día de huelga fue este jueves 30, cuando los manifestantes se han encaminado juntos hacia la sede patronal.
En cuanto a las perspectivas de futuro, el panorama se plantea con bastantes dudas y un escenario de incertidumbre. Se retomará una mesa de negociación que, esta vez, saben que ya no pueden abandonar con las manos vacías.
Cataluña ha escuchado el ruido del metal. Y los sindicatos, con Rueda y Fuentes al frente, han recordado que todavía hay conflictos que no se negocian solo en PowerPoints, sino con botas en la calle y fábricas quietas.