Teresa Garcia-Milà, presidenta del Cercle d'Economia

Teresa Garcia-Milà, presidenta del Cercle d'Economia Òscar Gil Coy Barcelona

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Teresa Garcia-Milà (Cercle d'Economia): "Si aumenta la productividad, podremos reducir la jornada laboral"

La nueva presidenta del foro económico critica las políticas de vivienda y el impuesto al patrimonio catalán, y defiende alargar la vida útil de las centrales nucleares catalanas para asegurar la transición energética

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Poca gente conoce tan bien el Cercle d'Economia como Teresa Garcia-Milà, su nueva líder. Vicepresidenta de la anterior junta liderada por Jaume Guardiola, ha tomado las riendas del prestigioso foro económico este verano, y ya planifica el futuro más próximo de la institución. 

En una entrevista concedida a Crónica Global, la presidenta no elude los temas más espinosos de la actualidad económica y se muestra muy crítica con las políticas de vivienda, a las que acusa de "retirar la inversión". Además, pide abiertamente "cuestionar" el impuesto de patrimonio por ser una "doble imposición" y aboga por alargar la vida útil de las centrales nucleares catalanas para asegurar la transición energética.

La académica también detalla su interés en que Cataluña mejore su productividad. Si eso ocurre, la reducción de la jornada laboral que propone el Gobierno sería mucho más fácil de aplicar. 

¿Cuáles son los objetivos de su presidencia y cómo enlazan con la anterior etapa de Jaume Guardiola?

Mi mandato es de continuidad. Fui vicepresidenta de la anterior junta y he estado muy involucrada en todos los proyectos de futuro. Seguiremos trabajando en aquello que define al Cercle, como las conferencias, mesas redondas, notas de opinión y nuestra Reunión Anual. También tengo el deseo de impulsar la Iniciativa per la Productivitat i la Innovació (IPI), y convertirla en una mezcla de think tank y action tank.

¿Por qué es importante aumentar la productividad?

Cataluña lo tiene pendiente. Hemos mejorado muchísimo en los últimos 20 años en investigación y hemos empezado a dar pasos para el desarrollo y la innovación. Pero falta poder llevar todo este conocimiento al mercado, incrementar la productividad y fortalecer la economía catalana. 

Otras instituciones se han sumado recientemente a hablar de productividad. ¿No tendría sentido que el IPI fuera más transversal y se llevara a cabo junto a otras entidades?

Hemos sido los primeros en hablar seriamente de esto. La economía crece, pero el PIB per cápita no aumenta. Aquí empezó nuestra preocupación por la productividad. Si otras instituciones están ahora pensando en lo mismo, quiere decir que escogimos un tema muy importante. Yo no descarto nada, pero de momento estamos intentando hacer una reflexión serena, rigurosa, mirando un poco al medio-largo plazo y a partir de aquí, veremos cómo se enfoca.

¿Corre el riesgo el Cercle de que le opaque la Inicitiva para la Productividad y la Innovación (IPI) que impulsa esta misma casa?

Al contrario, le dará fuerza. Será una iniciativa que estará analizando con rigor un tema central para la economía y la sociedad. Y eso nos alimentará al propio Cercle para poder hacer notas de opinión y dar mensajes mucho más útiles.

Usted es una académica de la economía en una institución donde abundan directivos y empresarios. ¿Qué puede aportar?

El Cercle nació de esta mezcla de empresarios y académicos, porque Vicens Vives fue uno de los inspiradores. Hay mucha variedad, como abogados, consultores y profesionales de otros sectores. No todos son empresarios. Yo, aunque soy una académica que también he tenido relación con la empresa, pienso que los teóricos tenemos una visión a largo plazo y más global. Nos fijamos en todos los vectores y eso puede ser útil.

¿El Cercle ha perdido influencia?

Todo ha cambiado mucho, porque ahora hay muchos actores diferentes y las redes sociales tienen también mucho impacto. Tenemos que renovarnos y actuar en los nuevos contextos. No hemos perdido impacto. Nuestras notas de opinión, conferencias y la reunión anual están muy presentes en la sociedad catalana. La gente nos escucha. A veces nos hacen caso y otras no, pero nos escuchan. Hemos sido capaces, a lo largo de las diferentes etapas históricas, de estar ahí, y de influenciar, aunque sea en el medio o largo plazo.

Teresa Garcia-Milà, presidenta del Cercle d'Economia, en conversación con Crónica Global

Teresa Garcia-Milà, presidenta del Cercle d'Economia, en conversación con Crónica Global Òscar Gil Coy Barcelona

¿Se siente cómodo el Cercle con las políticas del Gobierno y Govern, condicionadas por socios que cuestionan la economía de mercado y la propiedad privada?

Hay muchas actuaciones que van en la buena dirección. En algunos casos, como en la vivienda, no están bien enfocados. Es loable el esfuerzo por hacer vivienda social y asequible, pero hay que dejar que el mercado funcione. En esta parte somos muy críticos, porque poner topes al alquiler o requerimientos a la construcción hacen que las inversiones en vivienda no salgan porque no son rentables. Por ello, la inversión se está retirando, y cae la oferta mientras crece la demanda. La política no está ayudando. 

¿Solo en vivienda están en desacuerdo?

Yo también critico la reducción de jornada laboral. Las grandes empresas ya tienen estas jornadas que se están solicitando, pero son las pymes a las que les será difícil ajustarse. Y en Cataluña tenemos muchas empresas de este tipo. Por eso la productividad es importante. Si la mejoramos, podremos reducir la jornada. Producir más cuando trabajamos y tener más tiempo libre.

¿Qué aplauden y qué reprochan a Salvador Illa en su primer año en la Generalitat?

Hay una aproximación práctica y realista a los problemas económicos y sociales y estamos avanzando en la buena dirección para crecer y prosperar. El Govern ha desatascado algunas decisiones importantes de inversión, como el Aeropuerto; y está dando apoyo a la investigación e innovación. También aplaudimos la intención de lograr una nueva financiación autonómica. Por contra, le pedimos que agilice la administración pública.

¿Y la vivienda?

Aquí sufrimos directamente lo que antes mencionábamos. Hemos sido pioneros en los errores. Aunque también es cierto que el gobierno de Illa está poniendo esfuerzo y foco en hacer vivienda social. Pero también están aplicando restricciones en el sector en las que se equivocan. 

¿El gobierno central y el autonómico son ‘business friendly’?

Cada uno de ellos tiene restricciones relevantes y quizás algunas fuerzas políticas aprietan más en un sitio que en otro, pero, como filosofía de país, pienso que tienden a tener una visión business friendly.

En ocasiones, se ha acusado al Cercle de ser complaciente con el poder.

Somos una institución muy transversal en lo político. La junta y su presidenta tienen que adoptar posiciones en las que la mayor parte de los socios se sientan cómodos. Pero queremos ser atrevidos, hemos elaborado notas de opinión que han roto moldes. Pero nunca nos precipitamos ni reaccionamos al día siguiente, queremos relevancia a medio plazo. Tenemos mirada larga.

¿Cataluña es un infierno fiscal?

Nuestra fiscalidad no es más gravosa que las del entorno en el que nos comparamos. Pero en el momento en el que tengamos una nueva financiación autonómica podremos diseñar un sistema fiscal más ordenado. 

¿No eliminaría ningún gravamen?

Hay un impuesto inusual en Europa que es el de patrimonio. Se debería discutir y cuestionar porque es una doble imposición. Tú has sido capaz de ahorrar en lugar de gastar y ahora vuelves a pagar por este esfuerzo de ahorro que has hecho. No tiene sentido. Deberíamos hacer un análisis riguroso, económico y racional sobre los incentivos y desincentivos que crea este impuesto, analizando lo que aporta a la hacienda pública y valorar si tiene sentido mantenerlo.

¿Cataluña está preparada para cerrar sus nucleares en 2030?

España ha apostado por la transición hacia la energía renovable, pero es difícil hacerlo de forma rápida y eficiente. Vale la pena valorar qué tenemos y qué podemos aprovechar. Las nucleares nos ayudan, es energía muy estable y más controlable que las renovables, que tienen muchas fluctuaciones. Se debería valorar la extensión de la vida útil de Ascó y Vandellós. Incluso se podría considerar seguir el modelo francés, con la construcción de nucleares pequeñas, eficientes y que parece que son muy seguras. Debemos tener claro que no todo puede electrificarse. 

Para terminar, hablemos de inmigración. ¿Cómo es posible que el modelo que defiende el empresariado sea parecido al de los partidos de la izquierda más extrema?

En el anterior mandato se hicieron algunas sesiones sobre este tema y lo queremos continuar analizando. Yo creo que hay posiciones muy extremas. Nos gustaría ver todos los elementos y hacer un análisis profundo de la problemática de la inmigración. Aún no nos hemos posicionado, pero es un tema que nos ocupa. 

¿Cataluña necesita más inmigrantes?

Cataluña necesita gente cualificada, sean de nuestro país o de uno de fuera. La inmigración enriquece nuestro tejido productivo.