Los Grífols, una ostra y La Boquería de fondo
Juicio a las ostras de los Grífols por un desfalco en La Boquería de Barcelona
La fiscalía pide el sobreseimiento de las acusaciones contra el fundador de Huitres Amélie, la empresa participada por la familia farmacéutica
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Era una de las empresas más chic de Barcelona antes de la pandemia. La empresa de la familia Grífols Huîtres Amélie contaba con locales en La Boquería, el mercado de Sant Antoni y el Corte Inglés de plaza Catalunya; y sus productos se servían en restaurantes de estrella michelín, como el ABAC de Jordi Cruz y el Lasarte de Martín Berasategui.
Pero el confinamiento la hundió y terminó con su fundador, Joan Carles Piñeiro, fuera de la gestión. La empresa se reestructuró, dejó el mercado español y se concentró en el francés. Acabó su etapa española con mal sabor de boca. Ahora, el Juzgado de Instrucción 27 de Barcelona destapa viejas rencillas del anterior periodo y juzga un posible desfalco en la contabilidad de la empresa por parte de su anterior presidente.
La empresa está participada desde 2019 por los Grífols a través de su vehículo inversor Scranton Enterprises. La familia farmacéutica de Sarrià ya se ha dejado casi ocho millones en este negocio, que desde su renovación en 2022 le aporta beneficios.
Pero los hechos juzgados este jueves en la Ciutat de la Justícia se remontan tiempo atrás. El juez investiga una querella contra el expresidente de la firma, Piñeiro, por extraer dinero de los cajeros Cashlogy en el que dejaban el efectivo los camareros de Huitres Amélie en sus paradas de La Boquería y Sant Antoni.
Ostra en una imagen de archivo
En un primer momento, se acusó a Piñeiro de un desfalco de 93.000 euros, una cifra que luego se amplió a casi el doble de dinero.
Guerra entre socios
Pero Piñeiro no se quedó de brazos cruzados, y acusó a otros socios de la firma de ser ellos quienes habían retirado grandes cantidades de dinero con tarjetas de la empresa.
También manifestó que la denuncia contra él era un elemento de presión en una lucha de poder dentro de la sociedad, debido a un conflicto social por la ampliación de capital. Según el auto de la fiscalía, la relación entre los socios era "mala" y la situación de contabilidad era "caótica".
Fiscalía pide archivarlo
La fiscalía considera que el testimonio de un denunciante, que acusa a Piñeiro de robar dinero, no es suficiente para formular una acusación. Además, apunta que no hay otros indicios que sirvan para apuntalar una petición de pena.
Sin embargo, la acusación particular sí mantiene que Piñeiro se quedó con 143.000 euros, que supuestamente había extraído de la caja automática de la parada del mercado de La Boquería; y con 24.550 euros de la parada de Sant Antoni.
Este jueves, la justicia dirimirá si hace caso a la fiscalía y archiva el caso o condena a Piñeiro por desfalco.