El oncólogo Josep Tabernero y el Centro Cellex, que pagó la Fundación homónima

El oncólogo Josep Tabernero y el Centro Cellex, que pagó la Fundación homónima FOTOMONTAJE CG

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El editor de Pere Mir acusa a Tabernero de ocultar la muerte del mecenas

El director del VHIR actuó con "total secretismo" al morir el empresario, según el responsable del libro sobre Derivados Forestales

La familia no se pudo despedir, y nadie sabe por qué se le incineró

Más información: Segarra compró el silencio de las sobrinas de Pere Mir

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Alto y claro. El editor del libro del empresario y mecenas Pedro Mir acusa al prestigioso oncólogo Josep Tabernero de manipular su fallecimiento. El también director del Vall d'Hebron Institut de Recerca (VHIR) actuó con "total secretismo" en los últimos momentos del dueño de Derivados Forestales. Quien lo dice no es cualquiera, es Ramon Balasch, responsable del libro sobre el grupo químico. 

Y Balasch lo dice dos veces. Una, en la nota a la edición del libro De la fusta a la fusta, la historia del Grup Derivados Forestales (1942-2006), que se puede leer en este enlace.

Y dos, lo corrobora en conversación con este medio, donde confirma que tiene "dudas razonables" sobre cómo gestionaron los tres albaceas --Tabernero y los abogados Jordi Segarra y Juan Francisco Capellas-- la muerte de Mir. 

Tabernero firmó el certificado de defunción

Lo publicado es lo siguiente: los tres albaceas estuvieron presentes la noche del 10 de mayo de 2017, cuando falleció el empresario a los 97 años de edad en Barcelona. 

El propio Tabernero firmó el certificado de defunción del patrono a las 0.11 del 11 de marzo. Todo ello ocurrió en el ático 1ª del número 10 de la calle Modolell de la Ciudad Condal, morada del directivo y mecenas. 

El malogrado empresario Pere Mir

El malogrado empresario Pere Mir

"El cuerpo ya no estaba"

El trío de gestores del testamento avisó a las dos sobrinas del finado para que hicieran compañía a su viuda, Núria Pamias. Pero cuando llegó la primera al domicilio de Modolell, sobre la una de la madrugada, el cuerpo del difunto ya no se encontraba: se lo había llevado la funeraria para incinerarlo. 

La otra sobrina fue avisada sobre las siete de la mañana. El 11 de mayo, el cuerpo del mecenas ya había sido cremado: lo fue a buscar una de las sobrinas con un albacea. 

A continuación, lo trasladaron al panteón familiar de los Mir en Vilassar de Mar (Barcelona). 

"Total secretismo"

La operativa en el fallecimiento del mecenas despierta sospechas. Al menos las de Balasch, que acusa a los albaceas --beneficiados por el testamento del empresario-- de conducir las gestiones "con total secretismo". Por unas supuestas indicaciones en vida de Pere Mir que son "desconocidas". 

Lo que se sabe es lo que hay en el Registro Civil, donde el certificado de defunción muestra que el mandatario fue José Sánchez Linares (de Serveis Funeraris de Barcelona) y que inscribió la nota la funcionaria Anna Maria Puy

En ese documento oficial, se exhibe que Tabernero hizo la "comprobación" de la muerte del mecenas. 

"No se pudieron despedir"

Mala praxis o no, hay incógnitas. Por qué las sobrinas del finado "no se pudieron despedir" de su familiar, pues ya había sido trasladado al crematorio. 

La segunda, "cómo se acreditó la voluntad de incineración" del empresario. Y tres, por qué algunos de los albaceas, beneficiados por las donaciones, "no acudieron a la misa" del entierro de Mir en Vilassar de Mar. 

El Centre Cellex del VHIO en Vall d'Hebron

El Centre Cellex del VHIO en Vall d'Hebron Cedida / VH

"Sirvieron a su propio interés"

Según el editor del libro, los tres albaceas "trabajaron para preservar el interés general, que comenzaba por ellos mismos". 

Ello se complementa con la publicación del libro El llegat de Pere Mir, editado por la propia Fundación Cellex tras la muerte del mecenas en 2018, en el que se argumenta que los fondos que alimentan las fundaciones se acabarían en 2020. 

Ahora, una investigación judicial ha visto que no era así: porque había dinero fuera de España. 

La juez Myriam Linage investiga

Lo está examinando la juez titular de la sala de Instrucción número 12 de Barcelona, Myriam Linage, que peina las fundaciones beneficiarias del legado, Cellex y Mir Puig, y las empresas vinculadas para tratar de rastrear dónde está el dinero.

Por el momento, la jueza cifra el perjuicio económico probado en 6,2 millonesde los cuales unos 2,2 millones corresponderían a la Fundación Privada Cellex. Los investigadores de los Mossos d'Esquadra, bajo las órdenes de la magistrada, apuntan a Segarra como cerebro de este entramado, quien podría haberse beneficiado personalmente con casi 288.000 euros.

En paralelo, este medio pudo averiguar que parte de los fondos reposan en Luxemburgo. Se sabe porque un informe del detective Francisco Marco los ha situado allí, antes de ser repatriados a España para comprar, precisamente, el silencio de las dos sobrinas de Pere Mir. ¿El precio? 14.000 euros al mes cada una, una paga que se extinguiría si se denunciaba despatrimonialización --por saqueo-- de los bienes. 

Es lo que ha pasado, aseguran fuentes cercanas al caso: las sobrinas se han quedado sin remuneración mensual al haber una denuncia judicial e investigación en marcha

El Govern pone orden

El caos total en torno al patrimonio que legó Pere Mir a la ciencia contrasta con la voluntad de poner orden. En 2023, cuando gobernaba Pere Aragonès (ERC), el Departamento de Justicia llevó el caso a los tribunales. 

Hace unas semanas, el Ejecutivo de Salvador Illa (PSC), cuyo Departamento de Justicia pilota Ramon Espadaler, redobló sus intenciones y, por requerimiento judicial, intervino las fundaciones y las empresas, que perdieron su autonomía de gestión. 

Paralelamente, se han ido conociendo las polémicas dádivas procedentes del patrimonio de Derivados que han recibido los albaceas, y que en algunos casos son cuantiosas: desde empresas en Panamá (Segarra) hasta un chalé en la exclusiva urbanización de La Pleta de Baqueira Beret, en Vall d'Aran, en el caso de Tabernero. En total, la jueza ha detectado al menos 16 movimientos sospechosos.