Una planta de producción de energía fotovoltaica

Una planta de producción de energía fotovoltaica EUROPA PRESS

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La creciente inseguridad jurídica lastra a las energéticas para atraer grandes inversiones

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El sector energético ha visto cómo en los últimos meses se ha agudizado el escenario de inestabilidad normativa e inseguridad jurídica que ya arrastraba del pasado. Episodios como la negociación para convertir en permanente el impuesto que se aplicó hace dos años al sector con carácter excepcional, y el debate sobre el cierre de las centrales nucleares, se han unido al no menos polémico límite de inversión en redes.

Unos ingredientes que han conformado un escenario de incertidumbre en el que a las compañías les cuesta cada vez más la atracción de inversión procedente del exterior.

Inditex y la banca han liderado las caídas del Ibex desde que comenzó la guerra en Ucrania / EP

Inditex y la banca han liderado las caídas del Ibex desde que comenzó la guerra en Ucrania / EP

El efecto se ha dejado sentir de forma notable en el comportamiento del sector en bolsa durante el año que está a punto de finalizar. Lejos del tono alcista que ha mostrado el Ibex 35 desde que se inició el curso, las energéticas cotizadas dejan atrás un ejercicio para olvidar, en el que figuran entre los valores con peor comportamiento del índice selectivo en 2024. 

Y eso que el sector se movilizó con fuerza para evitar los males mayores que hubiera supuesto la conversión en permanente del gravamen aplicado desde hace dos años. La coalición de Gobierno acordó esta medida pese a que en su día la justificó por los beneficios que las compañías habían obtenido gracias a la volatilidad de los precios en el mercado.

Pese a que la situación se normalizó hace un tiempo, las grandes empresas tuvieron que sacar todas sus armas para evitar que el Ejecutivo sacara adelante la propuesta. Para ello, no dudó en amenazar con deslocalizar voluminosas inversiones en favor de territorios que ofrecieran una fiscalidad más atractiva, como es el caso de la vecina Portugal

La oposición de Junts, ante el peligro que suponía este planteamiento para un desarrollo tan importante como el polo industrial de Tarragona, frustró las intenciones de Moncloa. Sin embargo, el episodio parece no haber acabado en este punto.

Aún en alerta

De hecho, el PSOE sí ha mantenido la promesa a Sumar, su socio en la coalición de Gobierno, de mantener al menos durante un año un impuesto al sector. Una posibilidad que mantiene vigilantes a las empresas, que aun podrían tomar medidas en el caso de que se confirmara la enésima vuelta de tuerca fiscal.

Un elemento que ya ha provocado un desvío de inversiones hacia otros mercados es el límite a las inversiones en redes. Pese a que la llegada y auge de nuevos y pujantes negocios como los centros de datos provocará un más que notable incremento de la demanda, el Gobierno no se muestra receptivo a modificar esos límites.

Y todo ello pese a la insistencia tanto de las empresas del sector como de los inversores en estos grandes centros, que precisan de un consumo de gran volumen y, además, de forma permanente, 24 horas al día y siete días a la semana. Por ahora, las negociaciones permanecen abiertas aunque las perspectivas de cambio no son demasiado alentadoras. 

En conexión con ese más que previsible incremento de la demanda, el sector ha vuelto a insistir en la necesidad de revisar el calendario de cierre de centrales nucleares, adoptado antes de la llegada de la pandemia y que prevé los primeros ceses de actividad a partir de 2027. 

Las peores del Ibex

Esta situación ha tenido su particular reflejo en el mercado. Cabe tener en cuenta que de los once valores del Ibex 35 que culminarán 2024 con un balance negativo, seis pertenecen al sector energético. A falta de escasas sesiones para concluir el año, Solaria figura como la peor compañía del selectivo desde enero, con retrocesos superiores al 55%.

El tercer puesto es para la filial de renovables de Acciona, que se deja algo más de un 35%. Entre las dos se sitúa Grífols, que ha abordado el año más complicado de su historia como cotizada debido a la crisis originada por el ataque de Gotham City.

Acciona, Naturgy y Repsol han retrocedido más de un 15% y completan, junto a Enagás, un ejercicio para olvidar.