Patrik Frisk, el hombre detrás de la marca que revoluciona la moda al regenerar residuos textiles
- Reju es la empresa que utiliza tecnología química avanzada para transformar tejidos desechados en ropa nueva
- Más información: Reju, la marca que cambia el rumbo de la moda al transformar residuos textiles en ropa nueva
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Sentado en el hall del lujoso Sofitel de Frankfurt, Patrik Frisk enumera las claves de la regeneración de los tejidos en un mundo que desperdicia sin medida.
Con una larga trayectoria en la industria de la moda, habiendo ocupado puestos clave en empresas como Under Armour, Aldo y The North Face, Frisk ahora lidera Reju. Se trata de una empresa dedicada a transformar los residuos textiles mediante una tecnología química avanzada que regenera materiales como el poliéster, devolviéndolos a su estado original y mejorando sus propiedades.
En esta entrevista con Crónica Global, destaca que este enfoque no solo es necesario, sino que resulta imperativo para abordar la creciente crisis de residuos textiles, que cada año genera 92 millones de toneladas en el mundo.
A través de su primera instalación operativa en Frankfurt, el Regeneration Hub Zero, Reju desafía el modelo actual con un proceso que no solo reintegra los materiales, sino que los mejora, permitiendo su reutilización indefinida sin comprometer la calidad.
- La fast fashion domina el mercado, con tiendas como Shein o Primark a la cabeza. ¿Cómo convencería a alguien que consume exclusivamente en estas marcas para que cambie ese hábito?
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Es un tema complejo, y entiendo por qué sucede. La ropa está disponible en todas partes y a precios muy bajos. Pero la forma de pensar en la industria textil debe cambiar. Por ejemplo, materiales como el poliéster son extremadamente versátiles y muchas marcas los utilizan ampliamente. Sin embargo, enfrentamos un gran desafío. En este momento tenemos suficientes textiles en el mundo para durar seis generaciones. El problema no es solo la producción, sino qué hacemos con esos productos cuando ya no se usan.
Creemos que la clave está en la economía circular. Cuando una prenda llega al final de su vida útil, en lugar de tirarla o quemarla, debemos encontrar maneras de darle una segunda vida. Eso incluye asegurarse de que los productos se desechen correctamente, para que podamos regenerarlos. Es esencial que las marcas también asuman la responsabilidad de recuperar esos productos y colaborar en este esfuerzo.
- Entonces, ¿cómo ayudar al consumidor a reflexionar sobre su consumo?
- Es crucial valorar lo que compramos. A este ritmo de consumo, los recursos finitos se agotarán. En Reju buscamos desbloquear posibilidades infinitas con materiales finitos. Por ejemplo, con el poliéster, necesitamos reutilizar en lugar de extraer más petróleo virgen del suelo. También trabajamos con marcas y empresas de gestión de residuos para facilitar el reciclaje y la regeneración de productos al final de su vida útil.
- ¿Puede explicar qué significa exactamente “regeneración” en este contexto? ¿Cómo se diferencia del reciclaje tradicional?
- Claro. Lo que hacemos no es reciclaje en el sentido convencional; es regeneración, o lo que algunos llaman upcycling. Por ejemplo, tomamos textiles desechados por los consumidores, separamos los materiales, como poliéster y algodón, y luego descomponemos las fibras dañadas para reconstruirlas. Esto no solo permite reutilizar los materiales, sino que los mejoramos. Un poliéster regenerado puede ser más duradero, liberar menos microplásticos y ser más suave que el original.
- Entonces, si tuviera que dar un consejo directo a alguien joven que compra moda rápida, ¿qué le diría?
- Le diría: “Asegúrate de que, cuando termines de usar tu ropa, la deseches de manera adecuada para que pueda tener una segunda vida. Lo mejor que puedes hacer es regalarla a alguien más. Si no es posible, llévala a un punto de reciclaje o a una marca que acepte productos usados. Lo peor que puedes hacer es tirarla a la basura”.
- Cada vez más marcas de moda rápida, como Zara o Mango, están explorando el mercado de segunda mano.
- Es fantástico. La clave es lograr que los consumidores devuelvan los productos para que vuelvan a circular. No diría que esto redefinirá la moda rápida, pero sí puede ser una parte del modelo. Sin embargo, llegará un punto en el que los productos ya no serán utilizables. Ahí es donde entra Reju. Cuando algo está demasiado viejo o dañado, lo tomamos, lo descomponemos y lo regeneramos. Nuestro mensaje es claro. Lo peor que puedes hacer con una prenda es tirarla a la basura.
- Reju tiene un enfoque químico innovador. ¿Cómo funciona exactamente el Regeneration Hub Zero?
- La clave de nuestro proceso está en la separación. Una prenda típica es una mezcla de materiales: poliéster, algodón, elastano, botones, cremalleras. Lo primero es recolectar y clasificar estos textiles. Luego, tomamos los materiales más problemáticos, como el poliéster, y los descomponemos químicamente. Piensa en el poliéster como una cadena de moléculas. Lo que hacemos es romper esa cadena, limpiamos las moléculas y las reensamblamos para crear un poliéster regenerado que es tan bueno, o incluso mejor, que el original.
- ¿Por qué es importante romper y reconstruir las moléculas del poliéster?
- Cuando conviertes el poliéster en una prenda, las moléculas sufren daños. Si simplemente intentas reciclarlo sin descomponerlo, no obtendrás una fibra de alta calidad. Pero al despolimerizarlo y limpiar las moléculas, podemos crear un material nuevo con características mejoradas, como mayor durabilidad y menos liberación de microplásticos.
- ¿Cuánto tiempo toma transformar el material reciclado en un nuevo producto?
- El tiempo total para transformar material reciclado en una nueva prenda puede variar. Dentro de nuestro centro de regeneración, el proceso de transformación del poliéster puede completarse en 12 a 16 horas. Sin embargo, si consideramos el ciclo completo, desde la recolección y clasificación de residuos hasta la eliminación de elementos disruptivos, puede tomar varios meses, dependiendo de factores como la logística y las distancias. Aunque es complejo y depende de procesos químicos avanzados, este camino es esencial para escalar soluciones sostenibles a largo plazo.
- ¿Qué pasa si el poliéster no se recicla?
- Nada, y ese es el problema. Hoy, el 87% de los textiles terminan en vertederos o son incinerados. El poliéster puede permanecer en un vertedero por cientos de años, liberando microplásticos y tintes. Esto no es sostenible. Actualmente, el 57% de los textiles producidos son de poliéster. Si seguimos con el modelo actual de “usar y tirar”, continuaremos extrayendo petróleo para producirlo, un recurso que es finito. Necesitamos cambiar hacia un sistema circular en el que reutilicemos lo que ya existe.
- Cambiar la percepción del consumidor es otro reto. ¿Cómo maneja Reju el desafío de convencer de que los productos reciclados son tan buenos como los nuevos?
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No podemos hacerlo solos; necesitamos un esfuerzo colectivo de toda la industria. Nuestro enfoque es mostrar que los productos regenerados pueden ser incluso mejores que los originales.
Cuando limpiamos y renovamos las moléculas del poliéster, tenemos la oportunidad de crear fibras más duraderas, suaves y que liberan menos microplásticos. Además, este enfoque es más inteligente para el planeta. Debemos cambiar la narrativa para que el consumidor entienda que optar por materiales regenerados no es solo una elección sostenible, sino una mejora en calidad.
- Dado que se generan 92 millones de toneladas de residuos textiles cada año y menos del 1% se recicla, ¿cuál es el objetivo de Reju?
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Nuestro primer objetivo aquí, por supuesto, es asegurarnos de que la forma en que trabajamos y lo que hacemos sea escalable. No habríamos invertido en esta tecnología, en toda la estructura que estamos construyendo, a menos que fuera posible tener un impacto. Estamos construyendo centros de regeneración que procesarán 50.000 toneladas cada uno, uno en Europa y otro en Estados Unidos para 2027. Aunque esto solo cubrirá en 10 años un 3% de la demanda global de poliéster, es un paso esencial para cambiar la industria.
Nos tomó décadas llegar al modelo actual de “usar y tirar”; cambiarlo también llevará tiempo. Es un proceso largo, pero el problema es que si no comenzamos, los problemas seguirán acumulándose. Te daré un ejemplo: en el año 2000, producíamos 53 millones de toneladas de textiles en el mundo. En 2023, producimos 124 millones de toneladas. Para 2030, se espera que produzcamos 160 millones de toneladas.
- ¿Cree que el modelo de Reju se convertirá en un estándar para la industria?
- Sí, porque no solo trabajamos con poliéster. Estamos explorando soluciones para el algodón, el elastano e incluso los tintes. Además, promovemos el uso de materiales más sostenibles desde la fabricación, para facilitar su regeneración al final del ciclo.
- ¿Por qué eligieron Frankfurt como base para el Regeneration Hub Zero?
- Elegimos Frankfurt porque aquí contamos con experiencia en ingeniería química y un centro de investigación y desarrollo especializado en polímeros y poliéster. Además, la empresa Technip Energies aporta un respaldo único. Ya hay más de mil fábricas que usan nuestra tecnología, y Frankfurt es ideal para la regeneración de poliéster. Otro factor clave fue el espacio disponible para construir nuestro primer centro de regeneración, justo al lado de una planta de poliéster. Esto nos permite transformar directamente los materiales regenerados en productos finales, probarlos rápidamente y entregarlos a clientes, algo prácticamente único en el sector.
- Finalmente, ¿qué mensaje dejaría sobre el futuro de la moda?
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No podemos esperar más. Los recursos son finitos, y los problemas seguirán acumulándose si no actuamos ahora. Cada prenda cuenta. Usa, dona, recicla. Pero nunca la tires a la basura. Al final, los recursos no son infinitos, y en algún momento enfrentaremos un problema grave. Creemos que esto ya está ocurriendo, pero se acelerará en los próximos años. Por eso es tan importante comenzar el viaje ahora. Estamos aquí para industrializar, para convertir esto en un esfuerzo real para la industria, y necesitamos empezar ya.
No podemos esperar más.