El presidente de BBVA, Carlos Torres (i), y el de Banco Sabadell, Josep Oliu (d)

El presidente de BBVA, Carlos Torres (i), y el de Banco Sabadell, Josep Oliu (d) Fotomontaje de CG

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Banco Sabadell y BBVA encaran una frenética recta final de año en el contexto de la OPA

El trabajo de los organismos reguladores y los resultados trimestrales modularán los mensajes que ambas entidades lanzarán al mercado cuando se aproxima uno de los momentos clave de la operación

14 septiembre, 2024 00:00

La operación más importante del sector financiero en España en lo que va de década entra en su fase más trascendente. La OPA hostil lanzada por BBVA sobre Banco Sabadell cubre sus últimas etapas, en las que deberán conocerse el folleto de la oferta y las conclusiones del regulador de Competencia, llamadas a ser clave, especialmente si el Gobierno no toma partido, algo a día de hoy prácticamente impensable.

Pero en mitad de estos trascendentes trámites, la operativa de las entidades no se detiene; en torno a los últimos días de octubre se publicarán los resultados del tercer trimestre y, por ende, del conjunto de los nueve primeros meses del año, en el que ambos contendientes en esta batalla deberán demostrar que han sido capaces de dar continuidad a la tendencia reflejada hasta junio, cuando han sido capaces de elevar los ya históricos beneficios registrados en 2023, pese al efecto de las primeras bajadas de los tipos de interés.


Una variable que podría tener un considerable impacto en la cotización de los bancos, como ha sucedido con presentaciones anteriores. Desde que BBVA realizó el primer anuncio de la OPA, en los primeros días de mayo, y la contraprestación que incluye, el precio de Banco Sabadell en el parquet se ha acercado de forma progresiva a lo que está dispuesto a pagar su competidor para hacerse con su control y proceder posteriormente a absorberlo.  

Sin embargo, pese a esa paulatina convergencia, los títulos del Sabadell no han sido capaces aún de cotizar por encima de la equivalencia establecida por la ecuación de canje que fija la oferta de BBVA a sus socios, a razón de 4,83 acciones de la entidad que preside Josep Oliu para cada una de nueva emisión del oferente.

El presidente y el consejero delegado de BBVA, Carlos Torres y Onur Genç / EP

El presidente y el consejero delegado de BBVA, Carlos Torres y Onur Genç / EP

De producirse el particular sorpasso, la operación entraría en un escenario desconocido, que podría obligar al consejo de administración que preside Carlos Torres a mover ficha. Tanto él como su consejero delegado, Onur Genç, han reiterado hasta la saciedad que BBVA no mejorará la oferta, que consideran suficientemente atractiva al incluir una prima del 30% en relación al último precio de cierre del Sabadell antes de que trascendiera la primera información sobre el nuevo intento de la entidad con sede en Bilbao de hacerse con su competidor.

Lo cierto es que los números de Banco Sabadell no son los de aquel momento, a finales del pasado abril, cuando la noticia sobre el acercamiento entre los dos consejos para evaluar una eventual fusión, por entonces de carácter amistoso, fue revelada por la cadena británica Sky News.

Capacidad de crecer 

Poco después, el consejo del Sabadell rechazó formalmente la oferta de BBVA al considerar que no valoraba adecuadamente el banco pero, sobre todo, su capacidad para crecer aún más en los próximos años.

Apenas unos días antes de conocerse las primeras noticias sobre la operación, tanto el presidente Oliu como el consejero delegado, César Gonzalez-Bueno, habían asegurado ante la prensa y a los accionistas del banco durante la junta que el Sabadell esperaba mejorar incluso los resultados récord de 2023 en el medio plazo, pese al que el ciclo de los tipos sería complemente opuesto.

Josep Oliu, presidente de Banco Sabadell / BANCO SABADELL

Josep Oliu, presidente de Banco Sabadell / BANCO SABADELL

En este sentido, el Sabadell proporcionó al mercado una guía sobre el exceso de capital que sería capaz de generar durante este año y el próximo y que sería destinado a remunerar a sus socios. En aquellos primeros días de mayo, cuando el banco había ya revisado al alza su objetivo de rentabilidad para 2024, estimó tal cantidad en 2.400 millones de euros.

Una cifra que se revisó al alza, hasta 2.900 millones, al publicar las cuentas hasta junio y que, recientemente, el director financiero del Sabadell, Leopoldo Alvear, no descartó volver a elevar próximamente.

Son algunas de las armas que el banco opado muestra para defenderse de una oferta que ha rechazado de forma sistemática, en una posición en la que cuenta con el apoyo de la práctica totalidad de los actores del panorama socioeconómico, especialmente en Cataluña y Comunidad Valencia, los territorios de mayor implantación del Sabadell.

A esa intensidad de los mensajes lanzados al mercado, BBVA ha respondido con las preceptivas autorizaciones que ha logrado para llevar a cabo la operación. Destaca particularmente la del Banco Central Europeo (BCE) y la autoridad financiera británica, para el caso de TSB, filial del Sabadell en Reino Unido.

El presidente del BBVA, Carlos Torres, durante la junta extraordinaria de accionistas / EP

El presidente del BBVA, Carlos Torres, durante la junta extraordinaria de accionistas / EP

El oferente también ha puesto en valor la credencial del apoyo muy mayoritario obtenido en la junta extraordinaria de comienzos de julio, en la que se aprobó la ampliación de capital que servirá para atender el canje de acciones. Con una asistencia que rozó máximos históricos, la propuesta logró el sí de más del 96% de los votos.

Además, BBVA también ha sido especialmente activo en el anuncio de medidas para pymes y autónomos, ámbitos que constituyen uno de los principales potenciales de su competidor y que figuran en el centro de muchos de los argumentos contrarios a la operación, al entender que una absorción de Banco Sabadell reduciría aún más una oferta ya muy ajustada tras el notable proceso de consolidación del sector desde la pasada crisis.

Con este escenario de espadas en alto, se esperan semanas especialmente intensas, de mensajes cruzados, novedades y factores potenciales modificadores de la situación. La cúpula del Sabadell insiste a sus accionistas en que aún resta mucho tiempo para que tengan que tomar una decisión. Una afirmación con el mensaje implícito de que, hasta entonces, pueden pasar muchas cosas.