La Cámara de Contratistas de Obras de Cataluña ha dado a conocer cómo el sector, con un crecimiento del 1,8% en 2023, es de los pocos ámbitos sin una clara recuperación de la pandemia. "En 2020, experimentamos tres meses de parálisis con una caída del 20%", expone el presidente de la entidad, Lluís Moreno.
El empresario ha criticado el grado de ejecución presupuestaria de las administraciones públicas. Según cálculos de la Cámara, el porcentaje de cumplimiento del mundo local y la Generalitat se mueve en el entorno del 80-90% de los proyectos licitados. Los que han estado diseñados desde el Estado "algunas veces" son cuentan con peores perspectivas, añade. No llegan ni al 40%.
Crecimiento de un 2% para el 2025
La Cámara de Contratistas también ha justificado la evolución del sector, más allá de la pandemia, a partir de las incidencias relacionadas con la guerra de Ucrania y sus efectos colaterales. Actualmente, la construcción tiene un peso de un 4,7% en el global de la actividad económica.
"La singularidad del sector es que cuando las cosas van bien, el crecimiento no es al mismo nivel que la media y, en el caso contrario, la caída es más grande", describe el director del centro de estudios de la Cámara, Rubén Gil. De cara al ejercicio en curso y para 2025, el sector prevé un crecimiento del 1,5% y el 2% de la actividad, respectivamente.
Vientos de cola
¿Claves? El impulso de los fondos Next Generation y la rehabilitación de edificios, entre otros ámbitos. "La vivienda asequible puede ser uno de los motores de nuestra reinvención", afirma Moreno. Los constructores aspiran a que ejerzan de vientos de cola de la actividad.
En cuanto a los retos y convivencia con factores negativos, la Cámara reconoce como grandes obstáculos la falta de mano de obra cualificada, el próximo ajuste del gasto público, el contexto político de presupuestos prorrogados en la Generalitat y el Estado, los precios de los materiales, la evolución de los tipos de interés y la geopolítica.
Para revertir la situación, la organización ve "clave" analizar un contexto macroeconómico "favorable" para el período 2024-2025, sin descuidar la fortaleza de la demanda de vivienda en Barcelona y su área metropolitana o la reactivación de la obra en los municipios por la llegada del ciclo electoral.
Los 42.500 millones de Foment del Treball
Precisamente, hace pocos días, Foment del Treball, cargó de nuevo contra “la tomadura de pelo” de la ejecución y gestión de las infraestructuras catalanas. La patronal cifra en 42.500 millones de euros el déficit inversor en Cataluña, cifra que se alcanza sólo entre 2009 y 2023. Su presidente, Josep Sánchez Llibre, advierte de que la falta de inversión representa una "pérdida de competitividad, oportunidades y calidad de vida".
Para intentar revertir la situación, desde la organización empresarial se insta a las administraciones competentes a "mejorar la eficiencia" en la planificación y construcción de infraestructuras a "medio y largo plazo". De forma concreta, Foment visualiza diferentes grandes proyectos estratégicos: Mejora de la movilidad por ferrocarril, ampliación del aeropuerto del Prat, interconexión de los territorios por carretera y transporte ferroviario de mercancías.