Foment del Treball muestra su cabreo por "la tomadura de pelo" con las infraestructuras catalanas

“Vergüenza y tomadura de pelo”. Así de contundente se ha mostrado el presidente de Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre, al presentar una actualización de los datos del déficit inversor en infraestructuras en Cataluña. La patronal catalana eleva a los 42.500 millones las carencias que arrastra el territorio entre 2009 y 2023. 

Pese a hablar de una “nefasta gestión” de las sucesivas administraciones públicas, Sánchez Llibre no ha querido atacar de forma directa ni a la Generalitat y ni al Gobierno. Aunque exige más responsabilidad para revertir las cifras y ejecutar proyectos que llevan años en el tintero y que se identifican como básicos para garantizar la actividad económica del territorio. 

Pérdida de competitividad

La enésima denuncia de Foment en este sentido llega pocas horas después que la entidad, junto a veinte organizaciones del ecosistema empresarial catalán, hayan firmado un documento que pide una reforma del sistema de financiación para garantizar la “autonomía financiera” de Cataluña. Entre otros aspectos, los firmantes también aplauden la negociación, entre el PSC  y ERC,  para una hipotética investidura de Salvador Illa. 

La patronal advierte de que la falta de inversión representa una “pérdida de competitividad, oportunidades y calidad de vida”. Para intentar revertir la situación, Sánchez Llibre y su equipo directivo insta a las administraciones competentes a “mejorar la eficiencia” en la planificación y construcción de infraestructuras a “medio y largo plazo”.

Como complemento, la presidenta de la comisión de Infraestructuras de la patronal, Anna Cornadó, ha recordado que la inversión pública en España representa un 3% de la actividad global. “Se trata de un registro más irregular que el entorno europeo”, afirma la empresaria.

El objetivo del 2,2% del PIB catalán

Los responsables de Foment entienden que para corregir esta problemática, la administración debe promover una licitación de obras del 2,2% del PIB catalán (6.400 millones en el año 2023). “Hablamos de proyectos de consenso general, independientemente del color político que predomine en el gobierno de turno”, plantea el presidente de la Cámara de Contratistas de Obras de Cataluña, Lluís Moreno.

En este sentido, más allá de citar mejoras en el ámbito viario y portuario, Moreno defiende la condición de Cataluña como una región “estratégica” en el Arco Mediterráneo y la zona Barcelona-Lyon. 

Cinco carpetas clave

De forma concreta, Foment visualiza cinco grandes proyectos estratégicos. Un primer ámbito sería la mejora de la movilidad por ferrocarril a través del cumplimiento del plan de Cercanías 2020-2030, la ampliación del Metro de Barcelona o la mejora del tranvía en el Camp de Tarragona.

La segunda carpeta es la mejora de la seguridad viaria y la interconexión de los territorios con la AP7 a la cabeza. Sánchez Llibre ha aprovechado el altavoz para reabrir el asunto de la ampliación del aeropuerto de Barcelona, incluyendo el plan de construcción de una ciudad aeroportuaria. A finales del año pasado, el grupo de expertos de Foment para la mejora del equipamiento apostaba por una nueva terminal satélite y más capacidad en las pistas actuales. 

En la misma mesa, el equipo de trabajo descarta la opción de desviar vuelos a Reus y Girona o la posibilidad de construir una pista de mar.

Más transporte ferroviario de mercancías

La actualización del informe sobre las infraestructuras catalanas recuerda que la mejora del transporte ferroviario de mercancías es una asignatura pendiente. Fija como objetivo superar el 10% de la cuota modal en 2026. Y advierte de que solo llegará a esta meta si se ejecuta el Corredor Mediterráneo y la conversión en ancho europeo del tramo que discurre entre Portbou y Figueres. 

Imagen de archivo del pantano de Sau Europa Press

Pese a haber superado el período más crítico de la sequía, las demandas de Foment del Treball para garantizar los recursos hídricos de Cataluña no se paralizan. La institución empresarial prioriza, a largo plazo, la disponibilidad de agua para uso doméstico, industrial y agrícola.

La conexión de emergencia entre Tarragona y Olèrdola (Alt Penedès), la rehabilitación de plantas de tratamiento y la mejora del sistema de agua regenerada en el Besòs - Llobregat son algunas de las actuaciones planteadas.