La junta de accionistas de Grífols celebrada este viernes ha asistido al final de la presencia de la familia fundadora en la dirección ejecutiva del productor de hemoderivados, en una asamblea peculiar, aunque no sólo por el hito histórico sino también por el escaso quórum obtenido, tan ajustado que el último de los puntos del orden del día no ha podido ser votado por asistencia insuficiente.
De hecho, el dato de asistencia definitiva ha sido del 55,95% del total de acciones con derecho a voto, de acuerdo con la nota oficial emitida por la compañía. La progresiva reducción de la asistencia conforme ha avanzado la asamblea, ha motivado que el último punto sometido a votación, el referente a la delegación de facultades al consejo para formalizar y ejecutar los acuerdos (de carácter formal, con el que suelen cerrarse las juntas de accionistas) no se haya podido votar.
Shanghai RAAS, en una semana
Un matiz significativo del periodo convulso que vive la farmacéutica en los últimos años, debido a los problemas derivados del abultado endeudamiento, y que se han visto agravados por la crisis generada por el célebre informe de Gotham.
De resultas, el hecho de que la principal noticia que han recibido los accionistas se haya referido al cierre de definitivo de la venta del 20% de Shanghai RAAS, que se producirá la próxima semana, según ha asegurado el presidente de Grífols, Thomas Glanzmann.
Acordada a finales de 2023, el final de la transacción va a llegar justo en el límite temporal del cierre del primer semestre de 2024 que siempre ha manejado la compañía, que ha vuelto a reiterar que todos sus "deberes" a título administrativo y burocrático están culminados.
La asamblea también ha sido la puesta de largo del nuevo consejero delegado, Nacho Abia, que ha fijado los objetivos a corto plazo de su gestión en la recuperación de la capacidad para generar flujos de caja positivos y la progresiva reducción de la deuda.
Amortizar deuda
A tal efecto, la culminación de la desinversión en la participada china aportará unos 1.800 millones que irán destinados de forma íntegra a amortizar deuda.
Junto a la reciente emisión de bonos ampliada de 1.300 millones de euros, harán posible que Grífols afronte sus vencimientos hasta 2025 y se centre en crecer y recuperar la tendencia positiva.
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