Grífols ha vuelto a la senda del beneficio neto en el primer trimestre de 2024, en el que ha registrado un resultado positivo de 21 millones de euros, frente a las pérdidas de 108 millones que obtuvo en el mismo periodo de 2023. La compañía, que elevó un 5,5% sus ingresos y elevó su resultado operativo (Ebitda) a 350 millones de euros, mantiene por ahora sus guías para el conjunto del año y el objetivo de culminar 2024 con un flujo de caja positivo. 

Precisamente, éste ha sido uno el principal punto negro de la cuenta de resultados del productor de hemoderivados. Al cierre del primer trimestre, el flujo de caja negativo ha sumado 253 millones de euros, lo que la compañía atribuye a impactos no recurrentes en el circulante neto. 

Menor apalancamiento

Otro de los aspectos que centran la atención del mercado es el endeudamiento de Grífols y su elevado apalancamiento (medido por la ratio deuda/Ebitda), que logró reducir cinco décimas para situarse en 7,9 veces, de acuerdo con los estados financieros.

Según este criterio, el volumen total de deuda alcanzó los 10.948 millones de euros, con una posición de liquidez de 713 millones y una tesorería de 449 millones de euros.

Día del Inversor en octubre

Grífols mantiene la previsión de amortizar la totalidad de sus vencimientos previstos para 2025 gracias a los ingresos de unos 1.600 millones de euros que ingresará por la venta del 20% de Shanghai RAAS, que prevé cerrar antes del fin del semestre, y a la reciente emisión de 1.000 millones de euros en bonos. 

Tras la llegada de Nacho Abia como consejero delegado, Grífols tiene previsto celebrar una reunión con inversores y analistas (Investors Day) el próximo mes de octubre, cuando espera tener una perspectiva algo más despejada sobre su futuro.

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