La 39 edición de la Reunión del Círculo de Economía ha puesto el punto y final con muy buena nota en su capacidad de movilización entre el empresariado catalán, que se mantiene fiel a la cita y acude allí a tomar la temperatura del dinamismo catalán y a hacer proyecciones sobre el futuro del territorio.
El evento organizado entre el presidente del lobby empresarial, Jaume Guardiola, y su mano derecha, Miquel Nadal, se ha desarrollado en un contexto complejo. Se ha celebrado entre dos elecciones y sin gobierno en la Generalitat. El hilo conductor era la productividad, un concepto demasiado amplio que no se ha acotado en las mesas de debate. Los asistentes han reconocido que el hilo conductor ha sido débil, pero se han ido contentos a casa, ya que se han visto y han hablado. La parte social ha superado la reflexiva.
Aragonès se despide
El presidente en funciones, Pere Aragonès, cumplió con la tradición y convirtió la apertura de las sesiones en una carta de despedida en la que reivindicó el trabajo de su Ejecutivo en materia económica. Aseguró que había sido el primero en intentar dejar atrás los mandatos marcados sólo por políticas procesistas, pero reconoció entre líneas (y se repetía entre los asistentes), que se había quedado a medias y eso había pasado factura en las urnas.
Ni él ni nadie de primera línea de ERC volvió a aparecer por el Palacio de Congresos de Cataluña, hecho significativo del estado de salud del partido. El empresariado catalán comentó el tema en los corrillos y cafés, los verdaderos protagonistas de las jornadas. ‘Networking’ sin fines económicos
OPA hostil del BBVA contra el Sabadell
El networking ha funcionado porque, tal y como señalaba uno de los presentes, el objetivo de la Reunión no es comercial. Es establecer lazos entre el empresariado, tejer las alianzas y complicidades que después se podrán usar en su papel de lobby. El ejemplo más claro de ello es la OPA hostil que BBVA ha lanzado a Banco Sabadell -y se materializó el viernes al cierre del mercado-, una de las grandes cuestiones que ha sido el segundo gran elemento de cohesión de las jornadas, después de cómo y cuándo se iniciará la legislatura en Cataluña.
La cúpula de la entidad catalana desembarcó en las jornadas. Muy comentada fue la presencia del presidente, Josep Oliu, y del consejero delegado, César González-Bueno, en la sesión con el ministro de Economía, Carlos Cuerpo. El líder de la oposición y presidente del PP, Alberto Núñez-Feijóo, bromeó sobre lo que implicaba valorar la operación bajo la atenta mirada del banquero natural de Sabadell, sentado en la primera fila del patio de butacas.
Quién se gana a los institucionales
Socialistas y populares coincidieron en mostrar sus reticencias en la operación. Pero, tal y como se recordaba en el Palacio de Congresos, dar opiniones no tendrá demasiado impacto sobre el futuro de una operación financiera que va para largo. Lo importante es que los implicados convenzan a los accionistas institucionales, los que tienen la sartén por el mango, y ya han activado la maquinaria para ello.
En la Reunión han convergido las agencias de comunicación que ejercerán un papel capital para llegar a estos inversores. El equipo de Román y Asociados, con Sílvia Alsina a la cabeza, por el lado de Banco Sabadell -cabe recordar que el exdircom de la entidad, Gabriel Martínez, se incorporó al equipo de la empresa de Barcelona hace pocos meses-, y Kreab por el BBVA. Aunque la estrategia a favor de los intereses de esta entidad se tutele desde Madrid, la responsable de la oficina en Barcelona, Cristina Fontgivell, también cumplió con su visita anual al encuentro.
Illa, el gran deseado
OPA al margen, el gran protagonista de la Reunión fue el líder del PSC y ganador de las últimas elecciones catalanas, Salvador Illa. Su nombre ha estado en boca de todos los empresarios, que le ven como el político que puede retornar la estabilidad en Cataluña. El socialista es conocedor del interés que despierta en este escenario y no dudó en dejarse ver y querer. De hecho, fue de los últimos en abandonar la comida informal del viernes, donde estrechó la mano de todos los que se le acercaban y contestó sus preguntas.
Todas ellas, en el mismo sentido. El empresariado quería saber si contará con los apoyos necesarios para armar un gobierno socialista en solitario, e Illa les contestaba que, para ello, Junts y ERC deben asumir sus propias crisis internas. De hecho, los grandes ausentes han sido los convergentes.
La desconexión de Junts
La exconsejera Victòria Alsina, junto al concejal de Barcelona Ramón Tremosa, asistieron el viernes, pero no se les vio precisamente en su ámbito, como había ocurrido con este espacio político antes del procés. En la jornada inaugural también estuvo presente el diputado Jaume Giró.
Eran muchos los asistentes, de un perfil más catalanista, a quienes ni Sánchez ni Feijóo convencieron del todo. Los que se declaraban sin tapujos como “huérfanos políticos” y que no escondían sus dudas sobre las posibilidades reales de que Junts recupere un día lo que denominan seny. Recordaban aquello que escribió Nietzsche sobre Dios: “Él ha muerto. Y nosotros lo hemos matado”.
Guardiola y Nadal, último año de mandato
Al final, Guardiola y Nadal han salvado los muebles. El evento ha sido un éxito de asistencia incluso después del traslado a un recinto con lugares amables, como los jardines, pero más frío de lo habitual. Otro detalle que no ha pasado desapercibido.
La junta del Círculo encara el último año de mandato, ya que las presidencias se renuevan cada tres. El proceso de renovación aún no se ha activado, aunque hay dos nombres que los socios repiten como posibles presidentas, los de la CEO de la editorial Penguin Random House, Núria Cabutí, y la de la economista Teresa García-Milà. Pero, por ahora, el staff del lobby empresarial catalán asegura que toca descansar.