Telefónica interrumpió hace algo más de una semana la firme trayectoria alcista que mantenía desde que la SEPI puso la directa en la compra de títulos de la operadora para alcanzar cuanto antes el objetivo mandatado por el Gobierno del 10% del capital. Detrás de los descensos que acumula en las últimas sesiones, próximos al 5%, se encuentra la precipitada entrada en el consejo de un representante, en un movimiento que, además, ha obligado a una restructuración del consejo contraria a las recomendaciones de buen gobierno corporativo.
A finales del pasado mes de marzo, la SEPI afloró por primera vez una participación significativa en Telefónica, al declarar a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) una posición del 3%. Desde entonces, y una vez transferidos los fondos desde el Ministerio de Hacienda, el ritmo de las compras en mercado ha adquirido una velocidad considerable, que ha tenido su particular reflejo en la cotización de la operadora.
En unas pocas semanas, Telefónica avanzó algo más de un 10%, conforme el organismo público elevaba su peso en el capital, hasta marcar máximos intradía de 4,30 euros. Una espiral de avances bruscamente interrumpida el pasado 7 de mayo, cuando el Gobierno hizo público que designaría con carácter inmediato un representante en el consejo de la empresa.
Un derecho adquirido al situar la participación entre el 6,5% y el 7,5%, de acuerdo con la proporción de reparto en función del número de miembros del órgano de gobierno de la operadora. Alcanzar la citada cota y designar al consejero fue todo uno; en poco más de 24 horas, Telefónica dio entrada a Carlos Ocaña Orbis como consejero dominical, que ha pasado a cubrir la vacante de la independiente Carmen García de Andrés, cuya renuncia ha servido para facilitar el trámite.
A partir de entonces, pese a que la SEPI aun no ha finalizado a día de hoy la compra de acciones de Telefónica, el valor ha comenzado a recorrer el camino de vuelta hacia la cota de 4 euros que tanto le cuesta superar, incluso tras la anunciada entrada de la saudí STC, a comienzos del pasado septiembre.
Fuentes del mercado apuntan que la entrada tan precipitada en el consejo por parte del organismo público no ha sido bien valorada por los inversores, que no terminan de ver los motivos de tanta urgencia. Y más si se tiene en cuenta que la eventual llegada al órgano de gobierno de la operadora de STC, que también tendría intención de contar con un asiento, no se producirá hasta que, llegado el caso, el Consejo de Ministros autorice al inversor de Oriente Medio a traspasar el umbral del 5%.
Proceso más ordenado
En su día, el Gobierno justificó la decisión de encargar a la SEPI la toma de un 10% de Telefónica en un objetivo de asegurar la estabilidad accionarial de la compañía, a raíz de la entrada de STC, y en defensa del interés general. La empresa que preside José María Álvarez-Pallete es considerada como estratégica dada su condición de contratista relevante en sectores críticos como Defensa, telecomunicaciones y ciberseguridad.
De este modo, la entrada de la SEPI en el consejo de Telefónica se podría haber abordado más ordenadamente dado que el trámite de dar luz verde a la inversión saudí va para largo y, además, depende del propio Gobierno, lo que le otorga todos los elementos para manejar los tiempos.
"Más bien parece que la motivación haya sido poder influir cuanto antes en la gestión, por encima de defender el interés general. La vuelta del Estado al capital ya fue percibida de forma negativa y esta urgencia injustificada va por el mismo camino", señala una fuente bursátil.
Un factor que tampoco ha actuado en favor de la imagen de Telefónica en el mercado ha sido la maniobra realizada en el consejo para dar entrada a Ocaña. Dado que el número de consejeros ya se sitúa en el máximo recomendado por los códigos, 15 asientos, el representante de la SEPI ha ocupado el lugar de una vocal independiente. Al no aumentar la cifra de miembros del órgano de gobierno, se han reducido los porcentajes tanto de independientes como de mujeres, lo que también va en contra de las citadas recomendaciones.
[La pugna hispano-saudí por controlar Telefónica complica en extremo la gobernanza de Pallete]
Expertos en gobierno corporativo observan que Telefónica podría haber dado entrada al dominical de SEPI sin alterar el porcentaje de independientes ni de mujeres, a través de una eventual salida de Javier de Paz, que actúa bajo la categoría de "otro externo", por haber rebasado el periodo 12 años considerado como límite para ejercer como independiente.
Además de uno de los históricos en la compañía, De Paz es conocido por su cercanía a Moncloa y, desde el principio, su salida estaba más que descartada, aunque ello fuera en detrimento de la calidad del gobierno corporativo.
El ejemplo de Caixabank
En este sentido, tampoco ha agradado en el mercado el perfil de Carlos Ocaña. Anterior secretario general de industria y exjefe de gabinete adjunto de la Oficina Económica de Presidencia con los gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero, se trata de alguien excesivamente identificado con el actual Ejecutivo, por lo que los inversores hubieran preferido un perfil más técnico, representado en la figura de algún consejero o alto directivo de la propia SEPI.
Como ejemplo señalan el caso de Caixabank, en cuyo consejo también hay representación del Estado, merced a la participación que ostenta el FROB, pero ejercida por la profesora universitaria Teresa Santero, con experiencia previa en consejos de organismos públicos como el ICO y la propia SEPI pero en calidad de independiente y sin perfil político.
Aunque la operación encargada por el Gobierno está a punto de culminar, el debate seguirá en todo lo alto, dado que el Ejecutivo ha apuntado la posibilidad de solicitar un segundo representante en el consejo de Telefónica, pese a descartar ir más allá del 10%. Más ruido para la cotización.
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