Competencia investiga un cártel de precios en el NitBus de Barcelona
La Acco estudia si varias empresas concertaron ofertas para el bus de 1.000 millones de euros
9 mayo, 2024 00:00Noticias relacionadas
La Autoridad Catalana de la Competencia (Acco) investiga un presunto amaño colectivo del precio en el concurso público del NitBus de Barcelona, en unas pesquisas en marcha que, por el momento, se han sustanciado con el registro anteayer de la sede de la empresa de Badalona Tusgsal.
Lo han explicado fuentes conocedoras de la actuación, que cobró forma con una investigación en el cuartel general del grupo de economía social el martes. La diligencia practicada por los técnicos del ente tenía como objetivo recabar detalles sobre presunta alteración de la licitación por la vía del precio: un cártel económico.
En ningún caso presupone culpabilidad: la investigación podría acabar archivada.
Otras empresas
Preguntada oficialmente, la Acco ha indicado a este medio que no podía aportar detalles de la actuación al estar bajo confidencialidad. Sí lo han dado fuentes cercanas al organismo que comanda Susanna Grau, que han precisado que se investiga a más empresas.
Los indicios se tendrán que probar, aunque las pesquisas de Competencia son largas y se dilatan en el tiempo antes de terminar en archivo o sanción, como ha ocurrido en anteriores ocasiones.
El foco, en el precio
Sobre los despachos en el ático del número 60 de la Via Laietana de Barcelona, la sede de la Acco, obran supuestos indicios de que algo fue irregular en la licitación del bus nocturno y diurno al norte de Barcelona, que acaba de externalizar el Área Metropolitana (AMB) tras nueve años de cuitas.
Competencia maneja documentación que apuntaría a una hipotética concertación de precios en algunos dosieres presentados por las empresas. Una práctica prohibida por la legislación vigente de competencia, pues se entiende que permite presentar ofertas anormalmente bajas, evitando los cortafuegos de la Administración para impedirlo.
Empresas
Lo poco que se sabe es que al NitBus acudieron cinco empresas. Fueron Tusgsal y Direxis, su matriz de movilidad; la gallega Monbus en alianza empresarial con Alsa, de matriz británica; el gigante mexicano Avanza y la empresa valenciana Grupo Transvia.
Las cuatro primeras ya cuentan con concesiones en Cataluña. La quinta, la levantina, trató de irrumpir en el bus de L'Hospitalet de Llobregat (Barcelona) a 14 ciudades del área metropolitana. Perdió ante Moventis. Luego, acudió al NitBus, y mordió el polvo ante Tusgsal.
Fuentes cercanas a la firma, que no ha querido comentar la actuación de la Acco, aseguran que Transvia pasó por Cataluña para preparar su salto al transporte de la Comunidad de Madrid, su gran objetivo.
Tercer gran precedente
En cualquier caso, si las diligencias del organismo terminan en investigación formal, sería el tercer gran amaño en una concesión del transporte metropolitano en los últimos años. Las dos anteriores atañen al Aerobús, el autobús-lanzadera que une Barcelona con el Aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona-El Prat.
La primera gran actuación, iniciada en 2018, acabó con una multa de 4,6 millones a cuatro empresas en 2020. La segunda, arrancada hace cuatro años, terminó con una sanción de cerca de 800.000 euros. Ambas están recurridas en los tribunales y, por lo tanto, no son firmes.
La gran batalla del transporte por tierra
El trasfondo de estos lances son la gran batalla entre empresas por las concesiones del transporte por carretera en Cataluña, un negocio que solía ser campo vedado a grupos arraigados al territorio, como Tusgsal. Pero al que recientemente han llegado nuevos y más grandes operadores.
El gran golpe sobre la mesa lo dio la mexicana Avanza en 2021, al quedarse el bus del Baix Llobregat sur, apeando a Baixbus. Tras ello, Alsa -del gigante británico Mobico- ha intentado hacerse un hueco, pero ha logrado sólo externalizaciones menores.
Cuatro intentos
El NitBus licitado por el AMB, con 1.000 millones en juego, ha sido la última muestra de esta pugna empresarial que apenas acaba de empezar.
El AMB ha tardado nueve años y cuatro intentos -y un mazazo del Tribunal de Contratos incluido- en renovar la concesión, pero finalmente lo ha conseguido. Ahora, la Acco ha intervenido ex post en el proceso.