La OPA hostil de BBVA contra Banco Sabadell ha conseguido el imposible en un contexto de máxima confrontación política en España, ha puesto de acuerdo a PP y PSOE en contra de la operación. El presidente de la Generalitat valenciana, Carlos Mazón, ha mostrado su rechazo contundente a una absorción que considera que ataca los intereses de Alicante, donde el Sabadell tiene radicada su sede social, y el resto de la economía de esa autonomía.
"No tiene ningún sentido, no aporta absolutamente nada nuevo y forma parte, ya no solamente de un fondo contra el que ya nos hemos manifestado, sino de unas formas absolutamente soberbias e intolerables", ha manifestado uno de los líderes populares con más poder dentro del partido conservador.
Mazón incluso ha ido un paso más allá al reclamar una movilización para frenar la OPA. "Espero que la sociedad alicantina y la sociedad de la Comunidad Valenciana reaccione en consecuencia y que consigamos entre todos que esta operación no se culmine", ha manifestado en declaraciones a la prensa autonómica.
Moncloa marca el camino
Se trata de un posicionamiento igual de tajante que el comunicado lanzado desde Moncloa. El Gobierno asegura que la operación "introduce efectos lesivos potenciales en el sistema financiero español"; que el "excesivo nivel de concentración introduciría un riesgo potencial adicional a la estabilidad financiera", tal y como apuntó el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, en su comparecencia en la comisión de Economía del Congreso; y "afectaría a la cohesión territorial por la presencia de estas entidades financieras" en el país.
El presidente valenciano ha manifestado que la propuesta de BBVA "destruye valor, destruye trabajo, destruye territorio, destruye competencia y va en contra de la provincia de Alicante, en contra de la Comunidad Valenciana y en contra del consumidor".
Rechazo de los principales partidos en Cataluña
En Cataluña, también ha propiciado un rechazo de los principales grupos políticos. Con la campaña electoral en sus 48 h finales, el presidente en funciones, Pere Aragonès, ha mostrado su "rechazo frontal" a la operación al considerar que "empeora la falta de competencia que ya sufrimos, destruye empleos y mengua el poder económico de Cataluña. Es el camino equivocado y trabajaremos para evitarla".
Salvador Illa, líder del PSC y virtual ganador de las elecciones del próximo domingo según la demoscopia, ha clamado contra una "excesiva concentración bancaria que no es buena por los clientes", una "cuestión de inclusión financiera, de empleos, de poder de decisión de Cataluña" y de que "con bancos tan grandes, si algún día ocurre algo tendremos que ir todos a ayudarlos". También ha rechazado las formas de BBVA y ha pedido que tanto la entidad opadora como el Sabadell "respeten el marco legal".
Por su parte, Carles Puigdemont, líder de Junts, ha pedido que la OPA hostil se "conteste con toda la fuerza, todo el derecho y toda la razón". Aunque añade una derivada procesista en su análisis en la red social X (antes llamada Twitter): "Existe desde hace tiempo una estrategia para liquidar la actividad bancaria catalana, y esto perjudica a los usuarios y perjudica al país".
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