La investigación por presunta corrupción en la Federación Catalana de Fútbol (FCF) mantiene el deporte catalán en vilo, pero el escándalo tiene una pata económica que no se ha explicado del todo. E implica a varias personas, incluido Iván Carrillo, presidente de la Fundación de la FCF. El también presidente del Gavà CF irrumpió subrepticiamente en el aeropuerto de El Prat en 2022, un movimiento que hundió a su socio, un subcontratista de Acciona y Endesa que le dio entrada en el negocio.
Lo explican fuentes del sector financiero, que detallan una operación discreta en el entorno de la FCF que alcanzó el hub aéreo catalán año y medio atrás. Fue cuando un discreto constructor español, que pilota subcontratas para los grandes de la obra civil, como Acciona y Endesa, tuvo problemas de tesorería. Buscó un socio industrial catalán y dio con diversas opciones.
Bruno Rabal de Badalona
Varios inversores financieros de Barcelona se ofrecieron a ayudarle. Sondearon el mercado y se sentaron con la constructora Bruno Rabal, con sede en Badalona (Barcelona).
Los financieros y Bruno Rabal estaban dispuestos a rescatar al hombre en apuros a cambio del 50% de las concesiones de obra civil que éste tenía. "Y que no eran pocas", explican fuentes del sector.
Llega Iván Carrillo
La operación parecía cerrada. Con el capital que pondrían los financieros, el constructor superaría los problemas. A cambio, sus benefactores se quedarían la mitad de las ganancias de las concesiones. "Perfectamente legal, y todo el mundo ganaba".
Pero a pocos días de la firma, otro grupo de directivos se acercó al constructor. Entre ellos figuraba Iván Carrillo, que ya era presidente del Gavà y de la Fundación de la FCF. Y Santiago Cirera, tesorero del club del Baix Llobregat. "Le hicieron una oferta de derribo: 200.000 euros contantes y sonantes solo por entrar en la empresa".
Entran en el aeropuerto de El Prat
El constructor aceptó. Pasó a ser partner de Carrillo y salvó su empresa: Turn the Track Up. Eso sí, sus nuevos socios le exigieron una contraprestación: acciones de su empresa constructora y también de una segunda firma, un grupo multiservicios que tenía una adjudicación de limpieza y mantenimiento en el aeropuerto de El Prat.
"La filial era un cohete. Limpiaba las placas del techo de la T1, entre otras tareas. Lo que significa una inyección de ingresos recurrente por la adjudicación de Aena", recuerdan voces cercanas a la operación. De este modo, Carrillo y sus escuderos irrumpieron en el segundo aeropuerto español con la mayor de las discreciones.
A la insolvencia
La alianza no salió bien. El constructor ha terminado presentando concurso de acreedores. "Hay problemas de pagos a proveedores, retrasos. Un desastre", lamentan las voces contactadas. Finalmente, el patrono en problemas no ha salido de sus apuros. Pero Carrillo, Cirera y sus compañeros de viaje entraron en la limpieza de El Prat.
"El hombre se lamenta siempre de la gente con la que se ha asociado. Pero ahora es demasiado tarde. Y El Prat ha quedado asociado indirectamete a la FCF, con todo lo que ello implica", explica. El Registro Mercantil aún muestra a Santiago Cirera como administrador único. Es, también, el tesorero del Gavà y uno de los hombres de Carrillo.
"Son inversores"
Preguntado por la cuestión, el presidente del Gavà ha declinado contestar a este medio. Un portavoz del club, que ha atendido al teléfono, ha limitado a confirmar que Carrillo y sus hombres "son inversores en diversos proyectos", sin dar más datos.
Otras fuentes del sector son más explícitas. "Sí, son inversores, pero de un modo muy sui generis", detallan. Precisan que Carrillo y sus hombres entran en todo tipo de proyectos empresariales de un modo "agresivo". Como muestra, intentaron hacerse con el restaurante del antiguo Café del Mar Barcelona, ahora Go Beach. "Los operadores vieron algo raro y se echaron para atrás".
Según el Registro Mercantil, Carrillo participa en media docena de empresas, desde el inmobiliario a los casinos. En algunas de ellas, comparte cargos con el propio Cirera, el hombre que lo llevó a El Prat. Su firma de real estate, Carrillo Real Estate fue a la insolvencia en 2022.
Un cargo simbólico...
Además de su portafolio empresarial, Iván Carrillo detenta su cargo de presidente de la Fundación de la FCF. ¿Influyente? "En absoluto, es un cargo no ejecutivo", señalan las fuentes conocedoras. Su nombramiento en primavera de 2023 zanjó una guerra con el actual presidente, Joan Soteras. Un pulso que incluyó seguimientos por parte de un detective privado para escarbar en la vida del directivo. Costó 15.000 euros.
Pero nada más ha sacudido al equipo actual de la federación catalana como la investigación por presunta corrupción que habría favorecido el triunfo de Joan Soteras en las elecciones de 2023. La tutela el juzgado de Instrucción número 2 de Sabadell y cuenta con un demoledor informe de Oriol Camacho, portavoz del ente, que ha confirmado la existencia de "una trama", según él, que aupó al actual mandatario.
...¿y candidato?
En cualquier caso, Carrillo es ahora parte de la FCF, ha firmado la paz con Soteras y, según algunas fuentes cercanas a él, "está pensando en presentarse a presidente si el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) anula el cargo de su superior". Se trata de una acción legal que ha presentado el segundo aspirante, Juanjo Isern.
Con ello --si logra los avales--, el empresario y presidente del Gavà se desquitaría de las elecciones de 2018, cuando Soteras le barrió. Él no logró ni los avales necesarios para armar una candidatura alternativa.
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