El Supremo embarga al fundador de Café del Mar y le halla cero euros
El alto tribunal toma el patrimonio del empresario Ignacio Soler por su gestión "negligente" al frente de la mayor discoteca de Barcelona, pero no le encuentra ningún activo
10 enero, 2023 00:00El Tribunal Supremo ha avalado el embargo al fundador de Café del Mar Barcelona, el que fuera el más grande del mundo y la mayor discoteca de la Ciudad Condal, pero ha encontrado cero euros. El alto tribunal ha permitido la toma forzosa de activos de Ignacio Nacho Soler por su "conducta negligente" al frente del glamuroso sunset club que acabó en insolvencia, pero no ha encontrado patrimonio alguno.
Es lo que se desprende de la documentación a la que ha accedido este medio, y que muestra que Soler encajó una condena del juzgado de lo Mercantil número 9 de Barcelona que ha sido ratificada por la Audiencia Provincial y, ahora, por el Tribunal Supremo tras un fallido recurso de casación. La resolución castiga al directivo y le condena a resarcir 1,8 millones de euros a la sociedad administradora de Café por su gestión "negligente" que terminó con su expulsión como administrador. Quizá por ello, la firma acabó en concurso de acreedores.
Promesas, préstamos, facturas y transferencias
El caso emana de una acción de responsabilidad que presentó la junta de accionistas del negocio en 2017, cuando descubrió importantes desfalcos en la tesorería y echó a Soler. El caso terminó en condena en primera instancia en 2018 y ha sido ratificado en los niveles judiciales superiores. Hasta ahora, cuando el Supremo la ha ratificado y ya es firme.
La demanda se sustenta en diversas cuantías que Soler defraudó al club, que acabó en bancarrota en tiempo récord: apenas un verano. Según la sentencia, el directivo no devolvió un préstamo al director general David Talvy por valor de 240.000 euros con intereses; no reintegró un anticipo de la marca de bebidas Schweppes de 500.000 euros; cargó 15.000 euros a la empresa en gastos no justificados; hizo transferencias del Café del Mar a sus empresas por valor de 934.000 euros; emitió facturas sin justificar a su restaurante de Sitges (Barcelona) por 76.000 euros e impagó 432.000 euros a la Seguridad Social.
"Negligencia" y "abuso de poder"
Por estos conceptos, el juzgado --con el aval del Supremo-- avala la toma de patrimonio de Soler por valor de 1,8 millones de euros. La sala lo justifica con el argumento de que el directivo cometió "abuso del poder de representación" del consejo para manejar las cuentas de la compañía en beneficio propio y de su empresa y no del negocio de la noche. Actuó, concluyen toda las instancias judiciales, "en beneficio propio" y contra el interés de la compañía que dirigía.
A modo de ejemplo, el magistrado confirma que el ejecutivo de la noche desvió 934.000 euros a sus empresas sin que el Café del Mar recibiera "contraprestación alguna", cargó a la empresa la factura de un consultor para vender sus propias acciones o incumplió con su propio CEO y con la marca de bebidas. Con la Tesorería, el empresario "desatendió las obligaciones fiscales" de la firma, provocando una deuda no recuperada.
Cero euros
Por todo ello, la justicia ha condenado al directivo a ser embargado. Lo que es más, sus acreedores han presentado una demanda de ejecución de sentencia al juzgado de lo Mercantil número 9 tras completar el recorrido judicial hasta el alto tribunal, y la sala la ha avalado. Pero no le han encontrado ni un euro. "Ignacio Soler tiene cero euros embargables", protestan acreedores del empresario. Las mismas fuentes recuerdan que Vivero Beach Club, restaurante que dirige la esposa del emprendedor y uno de los mejores bufet de la costa catalana por ubicación, "está de esta manera, a nombre de su esposa".
Este hecho coincide en el tiempo con la entrada en concurso de acreedores de Vivero, que ha terminado en insolvencia, según avanzó este medio tras acceder al auto de otro juzgado de la jurisdicción mercantil. Los representantes del beach club no quisieron comentar la tutela judicial, aunque acreedores de Soler advierten de que "se puede tratar de otra treta para impagar a todo el mundo".
Negocio fallido
Con este embargo, se cierra el penúltimo capítulo de la mayor discoteca que abrió en Barcelona antes de la pandemia del coronavirus. Aperturó en 2017 tras una fuerte inversión, pero apenas duró un verano por los problemas de gestión. Y eso que se trataba de una concesión del Port Fòrum, que cedió la antigua Capitanía para transformarla en local de día, atardeceres y noche. El negocio jamás despegó y terminó en guerra entre socios y estrellado. Recientemente, uno de sus gestores, el empresario portugués Joao Cohen, llegó a admitir posible blanqueo de dinero ante el juez en otro procedimiento separado.
Antes, habían entrado en escena los Casuals, el grupo más radical de los ultras del FC Barcelona, que irrumpieron en el negocio para hacerse con la seguridad de una de las fiestas y, también, fueron usados en la pelea entre administradores.
El estallido de Café del Mar, una marca que en Ibiza sí funciona, ha generado interés de los inversores por quedarse con los activos. El club ha reabierto como Go Beach, pero también lo tentó ASG, dueño del hotel del Port Fòrum. Otros operadores del ocio nocturno catalán se interesaron por el espacio, sin parangón en Barcelona. En paralelo, la entrada en concurso de Vivero ha despertado el apetito de inversores de restauración.