El presidente y primer accionista de Prisa, Joseph Oughourlian, durante la presentación del plan estratégico / EP

El presidente y primer accionista de Prisa, Joseph Oughourlian, durante la presentación del plan estratégico / EP

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Prisa llama a la banca para refinanciar la deuda: los nuevos bonos también son insuficientes

La editora de medios sigue atenazada financieramente por el tramo más oneroso de su deuda y la necesidad de alimentar el negocio para seguir generando caja hace que la emisión recién aprobada no pueda destinarse por completo a cancelarlo

18 marzo, 2024 00:00

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La abultada deuda sigue sin dar tregua al grupo Prisa. Después de recurrir al auxilio de sus propios accionistas con dos emisiones de bonos convertibles en acciones en apenas doce meses, la editora no puede abandonar un pesado lastre que eleva el tipo medio de su coste de financiación cerca de los dos dígitos y le impide crecer, lo que condena al dueño de El País a volver a llamar a la banca en busca de una nueva refinanciación.

Recientemente, el consejo de administración de Prisa aprobó y puso en marcha una emisión de convertibles por valor de 100 millones de euros, que se suma a la ejecutada en febrero del pasado año, en este caso con una cuantía de 130 millones de euros. Ambas operaciones han tenido el mismo destino: la amortización del tramo más costoso de la financiación acordada con la banca a finales de febrero de 2022, deuda junior con un coste asociado netamente por encima del 10%.

Amortización incompleta 

Sin embargo, la compañía admite que no será capaz aun de amortizar en su totalidad un tramo que presenta un saldo vivo próximo a 87 millones de euros, al cierre de 2023 y que hace que el coste medio de la deuda del grupo se dispare hasta el 8,7%.

En el folleto de la nueva emisión de convertibles, Prisa señala que del total de la emisión tan sólo podrá destinar un máximo de 50 millones de euros a la amortización parcial de este tramo. Y eso en el caso de que la emisión sea cubierta en su totalidad y no sólo por los compromisos hasta ahora manifestados por los socios, que cuentan con derecho de suscripción preferente.

Entrada de la sede de Prisa, en Madrid / CG

Entrada de la sede de Prisa, en Madrid / CG

 

El resto debe ir a parar a "impulsar oportunidades de crecimiento de las unidades de negocio de Prisa"; es decir, a que el negocio reporte los resultados operativos suficientes para cumplir con el resto de compromisos con la banca y poder así asumir los restantes costes asociados a la deuda.

Cabe recordar que, además del citado tramo junior, referenciado a un tipo de euríbor +8%, la refinanciación de 2022 presenta otros dos: uno de deuda senior, con un coste de euríbor +5,25%; y otro de deuda súper senior, a euríbor +5%.

Pervivencia de tipos altos

En el citado documento, Prisa admite que pese a que lleguen los esperados primeros recortes de tipos de interés a cargo del Banco Central Europeo (BCE) tras elevarlos 450 puntos básicos en apenas año y medio para contener la inflación, "es previsible que a corto plazo los tipos de interés oficiales se mantengan sin variaciones significativas", lo que dejará el euríbor cómodamente instalado por encima del 3% (tras cerrar febrero en el 3,67%).

En el caso de la emisión de convertibles de hace un año, hasta 110 millones fueron destinados a la cancelación parcial del citado tramo junior. Dado que, en este caso, la cuantía de la operación es inferior y urge hacer crecer las cifras de negocio, Prisa no podrá dejar todavía atrás la pasada carga que convierte su financiación en una quimera difícil de resolver. 

Joseph Oughourlian, presidente de Prisa, durante la última junta de accionistas del grupo / EP

Joseph Oughourlian, presidente de Prisa, durante la última junta de accionistas del grupo / EP

Ante la imposibilidad de seguir contando con el apoyo de los socios de la compañía, Prisa mantiene el objetivo de cancelar en su totalidad este tramo pero reconoce que tendrá que hacerlo en el marco de una nueva refinanciación "siempre que se obtengan las autorizaciones oportunas". 

Es decir, volver a sentarse con la banca casi tres años después de hacerlo por última vez aunque, eso sí, con unas condiciones bien diferentes.

Entorno complicado 

Como reconoció en su día el presidente y primer accionista de Prisa, Joseph Oughourlian (principal responsable del fondo Amber Capital), el acuerdo con las entidades financieras hubiera sido imposible de firmar en las condiciones en las que se plasmó apenas unas horas después de hacerlo debido al inicio de la invasión de Ucrania por parte de Rusia, que terminó por desbaratar la evolución de los precios y precipitó e intensificó la actuación del BCE. 

El problema para la también propietaria de la cadena SER es que el escenario de tipos ha cambiado de forma notable desde entonces, toda vez que el organismo emisor no había empezado a subir los tipos en el momento en que Prisa acordó el nuevo esquema de financiación con sus acreedores. A día de hoy, en lugar del 0% reinante por entonces figura un 4,5% que complica notablemente el panorama.

Núcleo estable de socios

En la actualidad, cerca de tres cuartas partes del capital de Prisa está en manos de socios estables. A Amber, cuya participación roza el 30%, le sigue Vivendi, con algo más de un 11%. En su día, el gigante francés comenzó a tramitar las autorizaciones del Gobierno para alcanzar el 29,9% de Prisa pero desistió ante el retraso del Ejecutivo a la hora de tomar una decisión al respecto.

La familia Polanco, cofundadora de la empresa a mediados de los años 70, mantiene cerca de un 8% mientras que un grupo de productores audiovisuales afines al actual Ejecutivo y liderados por Andrés Varela Entrecanales (que ostenta un puesto en el consejo de la empresa) mantiene el 7% que adquirió en su día a Telefónica y con el que acumulan minusvalías latentes superiores al 50%.

El magnate mexicano Carlos Slim (6,8%) y Khalid bin Abdullah Al Thani (próximo a la familia real qatarí, el empresario latinoamericano Roberto Alcántara y Santander completan este grupo con sendas participaciones por encima del 3%.