Foment del Treball ha experimentado una gran transformación desde que Josep Sánchez Llibre asumió su presidencia a finales de 2018. En estos años, la patronal ha amalgamado mejor sus sensibilidades territoriales, siempre recelosas del protagonismo del aparato barcelonés, y ha proyectado sus ideas allende los círculos empresariales stricto sensu. Pero el presidente de Foment necesita tiempo para que estos cambios acaben de cuajar.
Con esta clave puede entenderse la modificación estatutaria que permitiría a Llibre asumir un tercer mandato. Fuentes consultadas por este medio justifican la reforma como un modo de consagrar "la democracia interna de cualquier asociación privada". Argumentan que el tope de mandatos no tiene sentido mientras se cuente con el respaldo de los asociados, sea o no sea Llibre quien siga al mando.
Ganar influencia en Madrid
Pero coinciden en que la nueva Foment lleva el sello indistinguible de Llibre. Por citar lo más reciente: ha sido el presidente quien ha apostado personalmente por poner una pica en Madrid a través de uno de los satélites de la patronal, la Sociedad Barcelonesa de Estudios Económicos y Sociales (SBEES), que llevó a cabo su puesta de largo hace solo dos semanas.
Se trata del proyecto más tierno de la entidad. Foment quiere ganar peso en la capital española del mismo modo que lo ha hecho en Barcelona y el conjunto de Cataluña, donde sus posicionamientos sobre asuntos como la sequía, la fiscalidad y las infraestructuras son escuchados (no siempre atendidos) por parte de los políticos.
Activismo empresarial
Esta proyección social excede el rol tradicional de las patronales como correas de transmisión de los intereses empresariales en los foros de diálogo social. En efecto, Foment toma hoy partido en los principales debates de presente y futuro, como prueba el reimpulso del Instituto de Estudios Estratégicos (IEE), que recientemente ha lanzado las jornadas Buenos puestos de trabajo. Democracia, crecimiento y bienestar en el siglo XXI.
En la sede de vía Laietana hablan de activismo empresarial. En los años posteriores al 1-O, que generaron un marasmo político en Cataluña, Foment ha llegado incluso a ejercer de tribuno. Ocurrió cuando el empresariado criticó la inacción institucional tras los graves altercados que siguieron al encarcelamiento del rapero Pablo Hasél. En aquella ocasión, Foment acaudilló la protesta de 300 entidades, incluidas Pimec y la Cámara de Comercio de Barcelona.
"Patronal de kilómetro cero"
Junto a este papel activo en la conversación pública, Foment brega por sacudirse el sambenito de ser la patronal de la gran empresa. "No lo podemos ser por la propia estructura del tejido productivo catalán, que en su mayoría está formado por pymes y micropymes", argumentan voces internas.
El pasado octubre, la patronal lanzó una campaña reivindicándose como la casa común de los empresarios, independientemente de su tamaño y sector, y como una organización de "kilómetro cero", con presencia en toda la autonomía a través de 20 entidades asociadas con fuerte implantación local. Anteriormente, ya había creado un consejo de pymes tras la absorción de Fepime.
Son estos cambios los que un tercer mandato de Llibre ayudaría a consagrar. A la postre, el líder de Foment ha sido quien ha capitaneado la modernización de la organización empresarial --con una pandemia y una guerra de por medio--. Tanto de puertas hacia dentro como hacia fuera, la histórica patronal catalana es hoy distinta. Y quiere seguir siéndolo.
Noticias relacionadas
- Foment allana el camino para un tercer mandato de Sánchez Llibre
- Las demandas de Foment para los Presupuestos de la Generalitat: fiscalidad "más justa", Hard-Rock, B-40 y ampliar el aeropuerto
- Foment lleva a Cataluña a la conquista pacífica de Madrid y reivindica la “convivencia”
- El empresariado catalán reclama un "mercado del agua" para combatir la sequía en Cataluña