Una copa de vino, en una imagen de archivo

Una copa de vino, en una imagen de archivo Europa Press

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La ley catalana del vino se convierte en la enésima trinchera del Govern

Corpinnat y el Instituto Agrícola de San Isidro presentan enmiendas al desarrollo parcial de la norma; el Incavi intenta calmar los ánimos con la creación de un grupo de trabajo

11 octubre, 2023 23:30

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La ley catalana del vino se aprobó en 2020. El sector vinícola recibió con entusiasmo una norma llamada a incorporar las directrices de la Unión Europea y a codificar las medidas dispersas en diferentes decretos. Además, el Govern pretendía que la regulación ayudase a clasificar las actividades de cada eslabón de la industria en plena transición hacia mayores estándares de calidad.

Pero tres años después aún no se ha producido ningún cambio en los viñedos. De hecho, la falta de aplicación ha llevado a algunas DO como las de Cataluña y Montsant a poner en práctica sus propios criterios. Y el tímido intento de la Consejería de Acción Climática, dirigida por David Mascort, por desarrollar un primer reglamento que materialice la ley se ha topado con el rechazo de parte del empresariado.

Malestar en el sector

Tanto Corpinnat como el Instituto Agrícola Catalán de San Isidro han presentado enmiendas al despliegue parcial de la norma, mientras la DO Cava guarda silencio sobre su contenido. El proceso de consulta pública del reglamento finalizó el pasado 24 de septiembre. La marca colectiva del Penedès y la patronal agraria achacan déficits en el borrador, como ha constatado Crónica Global.

Para calmar los ánimos, el Instituto Catalán de la Viña y el Vino (Incavi) se ha avenido a constituir un grupo de trabajo para perfeccionar el redactado. "Hemos contactado con los agentes que tenemos identificados como representantes del sector y, aunque todavía estamos recopilando las respuestas, mayoritariamente estamos recibiendo una muy buena acogida y en breve los convocaremos para empezar a trabajar", ha afirmado un portavoz del organismo.

Otro 'volcán' para Mascort

Con anterioridad, el Incavi sondeó el sector aunque sin consultar con estos actores. Se reunió con la Unió de Pagesos, JARC, la Federación de Cooperativas Agrarias de Cataluña, la Asociación Vinícola Catalana y el sistema de Denominaciones de Origen. Ahora expandirá este círculo de opiniones con un grupo de trabajo que aún no tiene fecha de arranque.

Este volcán no es el único que afronta Mascort, que sustituyó a Teresa Jordà en el departamento el pasado junio. El conseller también tiene problemas tanto en la carpeta energética, con el pobre despliegue de las renovables en la comunidad, así como en la gestión de la sequía.

Finca y viñedos de la bodega Alta Alella

Finca y viñedos de la bodega Alta Alella Cedida

Las cinco figuras de Corpinnat

Pero, ¿cuáles son las críticas? Por su parte, Corpinnat exige que se identifiquen cinco figuras en las que encajar cualquier empresa del ramo. El sector lleva tiempo discutiendo esta cuestión, por lo que la propuesta de la entidad que agrupa 11 bodegas del Penedès es una propuesta más en este sentido. Además, Corpinnat también exige un rango ante la Administración pública equivalente a una denominación de origen (DO) o indicación geográfica protegida (IGP).

En ningún caso quieren evolucionar hacia estas categorías, precisa Ton Mata, presidente del sello colectivo, a este medio. Pero sí que la Generalitat les tenga en cuenta a la hora de diseñar sus políticas públicas. Por último, Corpinnat también quiere clarificar el empleo de topónimos por parte de las bodegas.

Menos carga burocrática

El Instituto Agrícola Catalán de San Isidro plantea otro tipo de correcciones. Por un lado, se reprochan las medidas para proteger los viñedos periurbanos, se exige reducir la burocracia para aliviar los costes administrativos y se llama a extremar el celo contra las bodegas que etiquetan de forma distinta productos vitivinícolas muy similares.

Asimismo, la patronal presidida por Baldiri Ros pone el acento en la problemática generada por la concentración de la demanda por parte de los elaboradores y se sorprende de que en el Consejo Asesor del Incavi esté presente el enoturismo que stricto sensu no tiene un peso relevante en la industria.