La economía europea tiene por delante un duro otoño e invierno. Alerta de ello el Banco Central Europeo (BCE), que prevé un enfriamiento en la producción en los próximos meses tras haber revisado a la baja las previsiones de crecimiento económico y al alza las de la inflación.
Con las nuevas estimaciones, la Eurozona crecerá un 1% en 2024. "Pero lo más importante de lo que va a pasar en los próximos seis meses es que prácticamente va a haber un estancamiento económico", ha asegurado Luis de Guindos, vicepresidente de la autoridad monetaria.
El consumo se resiente por los precios
En una comparecencia telemática en la reunión del grupo de expertos tributarios de la patronal Foment, el economista ha explicado esta mañana que ya se nota "el efecto de la inflación en el consumo".
También ha apuntado a la "desaceleración de la economía mundial ligada a la situación de China", que sufre "problemas en el mercado inmobiliario y acumulación de deuda". Asimismo, De Guindos ha subrayado que el precio del petróleo presenta una evolución al alza.
Cae el crédito y la economía frena
También ha expresado preocupación por la "elevada incertidumbre sobre la traslación de la subida de los tipos de interés a la actividad económica real". Es decir, la inflación ha afectado al consumo y ralentizado la economía, pero la única herramienta que tiene el BCE para batallarla --la subida de tipos-- también puede golpear la economía de una forma imprevisible.
En cualquier caso, el vicepresidente del banco central ha señalado que "la caída de la demanda de crédito es muy intensa". Una situación que puede traducirse en un enfriamiento de la economía real al haber menor disponibilidad de financiación.
De Guindos también ha reclamado que las medidas tributarias para ahorrar energía se vayan "eliminando gradualmente". Ha advertido que, de consolidarse estos subsidios, se produciría "un deterioro de las cuentas públicas y una política fiscal expansiva que afectaría negativamente a la lucha contra la inflación".