Ferrovial ha cumplido su primer mes como compañía cotizada en la Bolsa de Amsterdam tras el polémico traslado de su sede social a Países Bajos, y no puede decirse que su aterrizaje en la plaza neerlandesa haya causado furor entre los inversores. Más bien, todo lo contrario. En estas cuatro semanas, la compañía ha registrado una contratación media en el nuevo mercado notablemente inferior a la que mantiene en el Ibex 35, hasta el punto de que supone poco más de la mitad de aquélla.
Tras cuatro semanas de cotización en Amsterdam, Ferrovial negocia un promedio de algo más de 390.000 títulos diarios, 2,2 veces menos que la cifra correspondiente al mercado español. A unos primeros días con un volumen fuera de lo habitual, propio de los estrenos bursátiles, ha seguido un progresivo descenso hasta estabilizarse en las cifras comentadas.
Tono plano
El rendimiento de la cotización tampoco ha llamado la atención del mercado. Desde su debut en Euronext Amsterdam, las acciones de la empresa controlada por la familia Del Pino apenas han avanzado el 0,48%.
Eso sí, este tono prácticamente plano está en línea con el mostrado por el índice AEX, el referente del mercado neerlandés, y también con el propio Ibex 35, que apenas difiere de las cifras que presentaba 30 días atrás.
Pero más allá del comportamiento de la acción, la capacidad de Ferrovial de atraer la atención de los inversores ha sido hasta la fecha discreta, lo que contradice algunos de los objetivos que el grupo de construcción y concesiones perseguía con su decisión de estar presente de forma dual en las bolsas de Madrid y Amsterdam.
Al margen de contar con una plataforma adecuada para llegar a Wall Street, que supone el principal hito bursátil de Ferrovial, la compañía también basaba su decisión en estar presente en un mercado en el que tuviera una mayor visibilidad con vista a los inversores internacionales.
El efecto Brexit
En este sentido, Amsterdam es una plaza más que adecuada, dado que los múltiples atractivos que ofrece el mercado y también el régimen de sociedades de Países Bajos han propiciado que un buen número grandes grupos corporativos hayan optado por la plaza, en busca de atraer capital.
Otro de los factores que ha contribuido al auge de la bolsa neerlandesa ha sido la salida de la Unión Europea por parte de Reino Unido, que ha llevado a la bolsa de Amsterdam a ocupar numerosos espacios que antes estaban reservados prácticamente en exclusiva a otrora todopoderosa Bolsa de Londres.
Algo similar ha sucedido en el caso de las empresas; el Brexit propició una fuga masiva de sociedades en busca de permanecer bajo el paraguas de la Unión Europea y evitar las incertidumbres que, a día de hoy, siguen cerniéndose sobre el país británico fuera del selecto club comunitario.
Sin necesidad de ir más lejos, un ejemplo fue la propia Ferrovial, que tenía domiciliada en suelo británico su filial de activos internacionales hasta que optó por trasladarla a Amsterdam tras hacerse efectiva la marcha británica de la Unión. Precisamente, esta es la filial que ha absorbido a la matriz de Ferrovial a fin de articular el traslado de sede.
Mediaset, Vivendi...
Pero además, el grupo MediaforEurope, la antigua Mediaset, también optó por Países Bajos para ubicar la sede de la matriz, resultante de la fusión de varias filiales, entre ellas la de Mediaset España.
La francesa Vivendi también se decantó por la bolsa de Amsterdam para realizar una de las salidas a bolsa más atractivas de los últimos tiempos en Europa, como fue la de su filial cinematográfica y de contenidos Universal.
En zona de máximos
En este contexto, el escenario se dibuja más que propicio para las intenciones de Ferrovial que, sin embargo, no presenta unos primeros pasos prometedores en este plano, aunque bien es cierto que tan sólo ha transcurrido un mes desde el estreno bursátil.
A éste, Ferrovial llegó en zona de máximos históricos, espoleado por al apoyo de los inversores a la operación de fusión, en especial del fondo The Children’s Investment Fund (TCI), que se convirtió en el segundo accionista y alcanzó una participación que roza el 10%, mayoritariamente a través de derivados, para reforzar su apuesta por la empresa.
Desde entonces, no ha habido nuevos movimientos en este sentido, mientras que el cierto interés inicial que despertó la empresa en el parquet neerlandés se ha diluido de forma notable.
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