Planta de biogás en España / EP

Planta de biogás en España / EP

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España, muy lejos de Francia o Alemania en la producción de biogás y biometano

El déficit de apoyo de las Administraciones y las múltiples barreras regulatorias figuran entre los grandes lastres para el desarrollo de la industria

23 junio, 2023 22:21

España pierde fuerza en la carrera por el desarrollo de los gases renovables. El inexistente apoyo de las Administraciones en los últimos años y las múltiples barreras burcráticas y fiscales han supuesto un lastre a la hora de garantizar un desarrollo robusto y estable en el medio y largo plazo de estos productos.

El gran potencial del gas renovable está fuera de toda duda, como prueba el dato de la producción combinada de biogás y biometano en 2020, con 191 terawatios/hora (TW/h), de acuerdo con el informe de PwC España, que atendió así una petición de la Fundación Naturgy con la finalidad de analizar este escenario y el impacto del gas 'verde' en la reducción de la huella de carbono.

Alternativa viable

Las conclusiones inciden que el sector necesitará apoyo legislativo e inversiones relevantes en los próximos años para aprovechar todo su potencial.

Del análisis de ciertos países europeos que van a la cabeza en el desarrollo del sector del biometano, se pone de manifiesto que los mecanismos de apoyo son imprescindibles para lograr el impulso necesario y posicionar el biometano como una alternativa viable económicamente para lograr una transición energética lo más sencilla y natural posible.

Alemania, primera potencia

Entre las barreras más destacables se encuentra la escasa ambición mostrada en la Hoja de Ruta del Biogás en cuanto a los objetivos a alcanzar de cara al año 2030 en nuestro país: una producción de biogás de 10,4 TWh y una sustitución del consumo de gas por biometano del 1%, muy lejos de los objetivos establecidos desde la Unión Europea y por el resto de los países europeos.

La cuota aplicada estimada para el biometano está alrededor del 10% del consumo final; en este punto, destaca Alemania, con una cuota del 20%. Se trata de la primera potencia europea en producción de biogás y biometano, dado que cuenta con el 60% de las plantas de biogás y el 27% de las instalaciones de biometano.

Crecimiento destacado

En Dinamarca, la producción de biogás se realiza en hasta 180 plantas basadas en el tratamiento de las deyecciones ganaderas y los residuos orgánicos. En este país, un 28% del gas que se consume es de origen renovable.

En Francia comenzaron a operar 91 nuevas unidades en 2020 y otras 123 plantas empezaron su actividad entre enero y octubre de 2021. Seguido de Francia, los países que experimentaron un mayor crecimiento en el número de plantas de biometano son Italia con 11 plantas en 2020 y Dinamarca con otras 10 plantas en ese mismo año.

Exceso de barreras

España se situaba en 2021 en octavo lugar en número de plantas entre los países de la Unión Europea que han apostado por esta producción. Mientras Alemania dispone de 238 plantas que generan 12.753 GWh, España tenía tan sólo cinco con una capacidad para producir 250 GWh.

En nuestro país, según el informe de PwC y Fundación Naturgy existen demasiadas barreras regulatorias como la falta de un marco legal y normativo que regule de forma eficaz la actividad relacionada con los gases renovables, especialmente el biometano.

Propuestas del sector

Entre las medidas propuestas por las gasistas están la definición de un marco legal del biometano, con incentivos y cuotas ambiciosas y crecientes cada año para su inyección y disponibilidad en la red de gas, para universalizar sus consumos domésticos, industriales, comerciales y de transporte.

Y también el desarrollo de una regulación específica que asegure un acceso competitivo al residuo necesario, que genere señales de precio a los generadores de residuo, que valoren de forma adecuada las emisiones evitadas y que permitan internalizar los costes, entre otras.

La Comisión Europea estima un desarrollo muy relevante del biogás. En 2050, el biogás puede llegar a suponer entre un 20%-60% la demanda actual de gas natural, demostrando que el biogás se puede convertir en una palanca clave e imprescindible de cara al cumplimiento de los objetivos en materia de lucha contra el cambio climático y de integración de renovables en el nuevo sistema energético.