Un camarero sirve a unos clientes en una terraza de un bar de Valencia / EP

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¿Por qué falta mano de obra en España con cerca de tres millones de parados?

Las cifras de desempleo presentan su mejor cara en años y las afiliaciones a la Seguridad Social están en máximos históricos, pero sectores como la hostelería pasan apuros por falta de personal

10 junio, 2023 23:30

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Las perspectivas para el sector turístico vuelven a estar por todo lo alto a las puertas del verano, pero el problema de la falta de mano de obra vuelve a aparecer en forma de negros nubarrones, especialmente en lo que se refiere al sector de la hostelería. Un episodio que ya se ha dado durante la pasada Semana Santa y que tuvo un claro antecedente en la etapa estival de 2022, cuando los síntomas de recuperación ya eran evidentes.

Un escenario que llama la atención si se tiene en cuenta que, pese a que las cifras de desempleo han mejorado notablemente, España sigue contando con una de las mayores tasas de paro de la Unión Europa, notablemente por encima del 12%, prácticamente el doble de la media comunitaria, lo que se traduce en casi tres millones de personas sin empleo.

Vacantes sin cubrir

Como sucede en la mayor parte de estas aparentes paradojas, no existe un único factor que contribuya a entender un fenómeno que lleva camino de convertirse en crónico y que está respaldado por más cifras que lo hacen incluso más llamativo.

Entre ellas, la que arroja la última Encuesta Trimestral de Coste Laboral, correspondiente al tercer trimestre de 2022, que publica el Ministerio de Trabajo, que apunta a la existencia de algo más de 143.000 vacantes sin cubrir, de las que más del 91% están localizadas en el sector servicios; y además, dos tercios de ellas se dan en pequeñas y medianas empresas, segmento en el que se encuadra la inmensa mayoría de las empresas del sector.

A la hora de localizar las causas de que los hosteleros tengan muchas dificultades para encontrar trabajadores aparece inevitablemente la polémica en torno a las condiciones laborales. Los sindicatos han denunciado con frecuencia los bajos salarios que suelen acompañar a las ofertas de empleo, junto a jornadas que van más allá de las 40 horas semanales establecidas por Ley.

Las centrales señalan que hay oferta de trabajadores suficiente para cubrir la demanda pero la precariedad hace que los aspirantes a un puesto de trabajo en el sector rechacen en muchas ocasiones la oportunidad debido a las condiciones que la acompañan.

Recuperación de la pandemia

También cabe tener en cuenta las estimaciones que manejan los sindicatos que reflejan los estragos que ha causado la pandemia en unos de los sectores más golpeados por sus efectos. Los cálculos apuntan a que aproximadamente 70.000 empleos que se destruyeron en hostelería a consecuencia del Covid-19 no se han recuperado.

Desde el otro lado, los empresarios señalan que la subida de los costes laborales, especialmente los relacionados con las cotizaciones sociales, dificultan las contrataciones como fijar sueldos más atractivos.

A vueltas con los subsidios

En este punto también intervienen las abruptas subidas del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) tras años de estancamiento.

Otro factor a tener en cuenta es la evolución de las condiciones de los subsidios de desempleo, que ha recibido críticas por parte de los empresarios al considerar que en algunas ocasiones desincentivan la búsqueda de un puesto de trabajo. Incluso el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, se mostró recientemente partidario de que el rechazo de ofertas supusiera la cancelación de las contraprestaciones con el fin de dinamizar el mercado laboral.

Pepe Álvarez, secretario general de UGT, se juega su reelección en el Congreso Confederal de mayo / EP

Pepe Álvarez, secretario general de UGT, se juega su reelección en el Congreso Confederal de mayo / EP

Ligado a este factor aparece otro elemento que, al mismo tiempo, es uno de los males endémicos de la economía española, como es la actividad que se desarrolla al margen del sistema, la llamada economía sumergida.

La estimación del volumen que se mueve en torno a esta área es siempre complicada pero los cálculos de los expertos la han situado habitualmente entre un 20% y un 25% del Producto Interior Bruto (PIB).

Defecto de formación

Unas cifras que también contribuyen a explicar por qué la oferta de empleo en determinados sectores escasea; especialmente significativo es el fenómeno que se da en determinadas zonas del país, de forma mayoritaria en el sur, donde se encuentran zonas con elevadas cotas de desempleo, de acuerdo con las estadísticas oficiales, pero en las que, de forma paradójica, los empresarios hosteleros encuentran mayores dificultades para hallar mano de obra.

Tampoco conviene dejar de lado un aspecto tan relevante como el de la capacitación y la formación. Los empresarios constatan una dificultad cada vez mayor para encontrar una mano de obra suficientemente cualificada para atender la demanda de una clientela cada vez más exigente.

Falta de equilibrio

En este sentido, los centros formativos en este terreno son insuficientes para capacitar a todos los profesionales que necesitaría la industria y que, además, dotaría a los trabajadores de argumentos suficientes para defender sus respectivos empleos y una mejora de condiciones.

En otras áreas también se da un problema de falta de mano de obra pero, a diferencia de lo que sucede en la hostelería, se debe a un desequilibrio entre oferta y demanda.

Oficios sin paros

Se trata de oficios en áreas como mecánica y metalurgia, que presentan cotas de paro prácticamente inexistentes y, por ende, hace que los salarios y las condiciones de trabajo hayan mejorado de forma ostensible. Posibilidades de empleo que son rechazadas en muchas ocasiones por los jóvenes, lo más afectados por el desempleo en general, por ser oficios con escaso 'glamour', sin tener en cuenta que ya tienen poco que ver con aquéllos de hace unas décadas.

Los avances y las mejoras tecnológicas han hecho que cada vez se requiera una formación más amplia y técnica para desempeñarlos y que entren en juego habilidades y conocimientos en los que los trabajadores con menos edad se desenvuelven mejor y con mayor facilidad.