Alberto Núñez Feijóo salió de la reunión del Círculo de Economía de 2022 entre un sonoro aplauso de sus asistentes. Acababa de ser proclamado líder del PP en España y el empresariado catalán quería tomarle las medidas. Algunos lo conocían por ser habitual en la noche gallega que organiza cada año el fundador de la hotelera Hotusa, Amancio López, pero salió airoso de su puesta de largo ante el gran público.
En esta ocasión, directamente ha recibido la bendición para llegar a la Moncloa el próximo 23 de julio.
"Política útil"
El líder popular se preparó a fondo su discurso y recogió todos los guantes que le lanzó el presidente del Círculo, Jaume Guardiola, tanto en la presentación como en el diálogo final. Lejos de ser una anécdota, su defensa de una “política útil” alejada de la confrontación, expresión idéntica a la que ha utilizado el PSC de forma reiterada a lo largo de toda la campaña de las municipales, estuvo cargada de significado.
El futuro escenario de la política española puede pasar por la victoria del PP en las generales del 23J, lo que complica la estrategia de pactos de los socialistas en Cataluña, tanto en Barcelona como a escala autonómica, y dificulta su capacidad de influencia en sectores económicos y sociales. Feijóo, por tanto, “ofreció un discurso en clave de futuro”, aseguran fuentes populares.
Y el empresariado, que apostó por el caballo ganador, “expresó sintonía” en la reunión a puerta cerrada previa al discurso del dirigente popular en la que participaron las cúpulas del Círculo y el séquito de Feijóo.
La fórmula de Feijóo para convencer
La tríada de atajar deuda pública, rebajar impuestos y emprender una simplificación administrativa respondió a las demandas que el empresariado catalán llevaba preparadas de casa. “Hay un problema serio con el déficit y la deuda”, apuntaban los asistentes en las sesiones, “es momento de discursos sensatos y no de politiqueo”. Con esto se referían a las palabras triunfalistas que les había dedicado la noche anterior el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès.
La intervención del republicano molestó de forma especial a los asistentes a la reunión del Círculo. “Guardiola le habló de datos [sobre la situación de la economía catalana], y lo que no es de recibo es que respondas que no nos podemos dejar llevar por percepciones pesimistas”, se quejaban.
Incluso los que se han acercado más al presidente catalán y lo han arropado como el líder pragmático necesario para gestionar el posprocés mostraban su desazón por el camino emprendido. Especialmente tras el correctivo sonoro que han obtenido en las urnas.
Precios más altos y salarios bajos
Las críticas a Aragonès se repitieron tanto como las alabanzas a Feijóo. La principal preocupación del empresariado catalán es la evolución económica del país “con la mirada larga”. Es decir, cuando terminen la excepción eléctrica y las ayudas de urgencia que se han activado para atajar la inflación. “Tenemos amigos de profesiones liberales que tienen problemas incluso para pagar la renta”, reconocían.
Admitieron que la única fórmula para superar esta situación pasa por una revisión de los salarios al alza. “Tenemos que acabar con ser competitivos solo porque se paga muy poco”, se comentaba, “más, porque llegará la armonización europea”.
Pero para llegar a este escenario se exige la tríada con la que se presentó Feijóo: menos gasto en la estructura interna de la Administración (recortes y eliminación de duplicidades), emprender medidas para acabar con el déficit público, contener la deuda antes de que Bruselas obligue a ello y una profunda revisión impositiva “para dejar de percibir a las empresas como un mero extractor de recursos y permitir que crezcan”. Y, por ende, repartan mejor los beneficios.
Eliminar el impuesto de patrimonio
Feijóo fue el más aplaudido de toda la reunión del Círculo de Economía. Incluso los gestos de apoyo y las ovaciones de la sala interrumpieron su intervención. El momento álgido llegó al prometer que revisaría el impuesto de Patrimonio estatal y retornaría la potestad del gravamen a las autonomías con una condición, la de abrir un debate sobre si el resultado de su recaudación es más beneficioso que el impacto de quien lo paga. Apuntó de esta forma al camino hacia la armonización.
“Les avanzo que considero que se trata de un impuesto injusto”, aseguró el político gallego, “una cosa es que lo pagues una vez, otra distinta que lo hagas todos los años”. Recordó que en su etapa de presidente de la Xunta elevó la exención de pago al 99% de la ciudadanía y que considera que se trata de una decisión extrapolable al resto del país.
Debate lingüístico
Y es que Feijóo hizo en múltiples ocasiones referencia a su etapa de presidente regional para ganarse también el favor del empresariado catalán. Incluso habló de lengua y recordó que él siempre usa el gallego porque es su lengua materna y que se le hace “raro” pasar al español cuando está en su tierra. Y defendió que eso no colisionaba con cambiar cuando está “en un congreso de oftalmología y hay médicos de Vall d’Hebron”. Es decir, eliminar la politización de la lengua propia que sirve como último punto de unión del independentismo catalán.
Y fue más allá. El presidente del PP admitió que su propio partido había cometido errores en el pasado, al actuar como si el procés fuera la constatación de que el problema de Cataluña es crónico. Que no tiene remedio. “Fue un discurso honesto, no queremos debates que no tengan que ver con soluciones para los españoles. Queremos ser útiles a la sociedad”, añadieron las citadas fuentes del PP, no ajenas a que ese fue precisamente el mensaje que el primer secretario del PSC, Salvador Illa, arropado por el presidente Pedro Sánchez, lanzó insistentemente durante la campaña de las municipales.
"Buena sintonía"
Es la consigna que los empresarios querían oír, pues la estabilidad política y jurídica es determinante en la recuperación económica. Así se lo transmitieron los dirigentes del Círculo, con el trasfondo de una etapa bronca en la política española.
En esa reunión en petit comité “hubo buena sintonía y promesas mutuas de entendimiento”, aseguran desde un partido que, el pasado domingo, protagonizó una marea azul en los comicios locales y autonómicos, y un notable avance en Cataluña tras el ciclo electoral adverso sufrido por los populares catalanes.
¿Futuro presidente?
“Los discursos sensatos son de agradecer”, se comentó a la salida. Feijóo leyó el auditorio y salió de él por la puerta grande, “casi investido presidente”, se bromeó. El PP rellenó el hueco de un Pedro Sánchez que, a pesar de la insistencia de la organización de las jornadas del Círculo de Economía, declinó viajar hasta una Barcelona que ha tenido en mente de forma constante en campaña.
“Esperemos que el próximo año te recibamos como presidente”, señaló Guardiola al despedirse de Feijóo. Si fuera por el empresariado catalán, el resultado del 23J está claro.
Noticias relacionadas
- Feijóo tilda de “injusto” el impuesto de Patrimonio y apuesta por amplias exenciones
- Feijóo promete que Cataluña será clave en una nueva etapa política sin enfrentamientos.
- Feijóo admite errores del PP en Cataluña y asegura que el catalán es una lengua española
- Calviño presume de la bajada de la inflación ante el empresariado catalán