El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha tildado de “injusto” el impuesto sobre el patrimonio vigente en España. “No se puede pagar siempre por lo mismo todos los años”, ha asegurado en las jornadas del Círculo de Economía en Barcelona ante un público entregado que ha recibido estas palabras con un sonoro aplauso. El político gallego se ha mostrado dispuesto a “abrir el debate” sobre qué se debe hacer con el gravamen y ha apostado por eliminarlo en la práctica totalidad.
“Cuando era presidente de Galicia aprobé su exención para el 99% de la población”, ha recordado. Incluso ha ido un paso más allá al prometer que el primer paso que daría desde Moncloa sería “devolverlo a las comunidades autónomas” y debatir sus beneficios reales finales para las arcas públicas.
Los catalanes, los “más esplendidos” en impuestos
Ha hecho un guiño al empresariado del lobby al asegurar que eran “lo más patriotas” por el alto nivel impositivo que soportan. Feijóo ha asegurado que los catalanes son “los más espléndidos de toda España” porque son los que más tasas abonan. Especialmente en Patrimonio que, junto al de sucesiones y donaciones, son los que más controversia generan y motivan, en gran medida, los exilios fiscales de grandes y medianas fortunas.
A finales de 2022, por ejemplo, se añadió un último tramo a Patrimonio que afectará a contribuyentes con bases liquidables de más de 20 millones a las que se añade un tipo marginal del 3,48%. Es uno de los más altos del Estado, ya que con bases de poco más de 668.000 euros se aplica el 0,945%, porcentaje que se eleva al 1,365% si se salta de tramo (base de 1,34 millones). Es el más alto del país y contrasta, por ejemplo, con la bonificación del 100% efectiva en la Comunidad de Madrid.
Cataluña ingresa 546 millones
El impuesto sobre el patrimonio se abolió en 2008 por el entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE). Mariano Rajoy (PP) lo rescató en 2012 para que las autonomías obtuvieran alguna vía de financiación en plena crisis económica, aunque se gestionaba de forma estatal, y abrió la puerta a la exención total que se da en la capital. Pero sólo ha optado por esta vía Madrid.
El gravamen generó ingresos de 1.141 millones a las arcas autonómicas en 2020, cifra que no incluye Euskadi y Navarra y a la que se deben añadir otros 2.100 millones de compensación por la derogación inicial. De todos ellos, Cataluña se llevó 546 millones.
Impuesto a la banca y a las eléctricas
A preguntas del presidente del Círculo de Economía, Jaume Guardiola, Feijóo ha dejado claro que su hoja de ruta económica pasa por aliviar la presión fiscal del país. Ha apostado por eliminar los impuestos a la banca y las eléctricas, aunque derogar este último es más complejo porque debe pasar por Bruselas.
Sobre el primero, ha cargado contra la forma que el Gobierno de Pedro Sánchez ha “solucionado el problema de los 300 euros de incremento de la hipoteca”. Ha criticado que se hagan “señalamientos sociales” sobre el negocio financiero y ha puesto sobre la mesa la colaboración público-privada para atajar este ahogo a la economía familiar. “Se puede crear un fondo y se debe pactar con la banca”, ha manifestado.
Nueva agenda reformista
“Hemos creado un nuevo impuesto, lo hemos judicializado y parece que lo vamos a perder, y me refiero al Estado. Lo tendremos que devolver, ¿de qué habrá servido?”, ha inquirido al empresariado catalán. “Parece que el impuesto a las eléctricas también se tendrá que devolver”, ha añadido, “puede ser que se hayan captado fondos, pero no han sido buenos impuestos y, desde luego, no se ha captado inversión”.
Feijóo ha reconocido que España necesita otra “agenda reformista” y que su camino hacia la presidencia del Gobierno incluye hablar de cambios de calado para rebajar el déficit y la deuda pública, aligerar los costes de la administración y pactar una “política fiscal orientada al empleo y a captar inversiones”. “Debemos olvidar el conformismo”, ha sentenciado.