Ana Botín, presidenta del Santander / EP

Ana Botín, presidenta del Santander / EP

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Ana Botín da un hachazo al capital de la sociedad con la que compra títulos de Santander

La presidenta de la entidad ha invertido unos 10,5 millones en acciones del banco desde la pandemia pero arrastraba pérdidas contables por la caída de la cotización

27 mayo, 2023 23:41

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La depreciación sufrida por la cotización de las entidades financieras tras una larga época de tipos de interés en cotas históricamente reducidas ha pasado factura a sus accionistas, especialmente a aquellos que invierten a largo plazo. Uno de los casos ilustres ha sido el de la presidenta de Santander, Ana Botín, que ha tenido que reducir cerca de un 90% el capital de la instrumental que emplea habitualmente para adquirir títulos del banco debido a las pérdidas contables que acumuló en los últimos ejercicios como consecuencia de estas operaciones.

Sin duda, la máxima responsable de la entidad es una de las altas ejecutivas que más dinero invierte en su propia compañía del conjunto de las empresas que cotizan en la bolsa española. Sólo desde la pandemia, Botín ha destinado 10,4 millones de euros a tal efecto, a lo que cabría añadir la contratación de productos derivados referenciados a compras a futuro de más títulos.

Un 90% menos

Estas operaciones se han llevado a cabo a través de la patrimonial Cronje S.L., de acuerdo con las sucesivas comunicaciones que la empresaria ha realizado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). La mercantil ha recortado su capital de forma drástica hasta dejarlo prácticamente en una décima parte del que presentaba, merced a dos reducciones registradas recientemente.

En concreto, Cronje presentaba al cierre de 2022 un capital de 22,375 millones de euros, que se ha visto reducido en un primer ajuste a 5,28 millones de euros; un segundo recorte lo ha dejado en la actual cifra de 2,908 millones de euros.

Pérdidas contables

Unas maniobras que podrían estar relacionadas con la obligación de reequilibrar la sociedad desde el punto de vista patrimonial, dados los resultados negativos contables que ha registrado en los últimos años.

Las operaciones más recientes, las anteriormente mencionadas que Botín ha ejecutado tras la irrupción del Covid-19, reportan por ahora plusvalías latentes, dado que la presidenta de Santander las realizó cuando las acciones del banco habían sido notablemente castigadas por los efectos que la crisis sanitaria tuvo en los mercados financieros.

Un gráfico del Ibex 35 en el interior de la Bolsa de Madrid / EP

Un gráfico del Ibex 35 en el interior de la Bolsa de Madrid / EP

Sin embargo, no sucede lo mismo con las acciones que adquirió en la segunda mitad de la pasada década, cuando asumió el cargo de máximo responsable tras el repentino fallecimiento de su padre y anterior presidente, Emilio Botín.

Por aquella época, último tercio de 2024, las acciones de Santander cotizaban por encima de la cota de 7 euros. El banco llevó a cabo dos grandes ampliaciones de capital desde entonces para financiar operaciones de crecimiento inorgánico, especialmente en EEUU, y también para absorber el Banco Popular tras su resolución por parte de los reguladores de la eurozona.

Por debajo de dos euros

Con todo, los números rojos de Cronje son meramente contables ya que las acciones adquiridas por la presidenta de Santander no han sido vendidas. Sin embargo, el valor patrimonial de los activos de la mercantil, consistentes en las acciones del banco, sí ha sufrido considerables mermas dada la caída experimentada por los títulos.

Cabe mencionar que tras el estallido de la pandemia, Ana Botín llegó a comprar acciones de Santander en el mercado por debajo de dos euros, tal fue el castigo que sufrió el banco en bolsa, como la práctica totalidad del sector financiero, que arrastraba una seria depreciación por los efectos que la prolongada etapa de tipos en mínimos históricos estaba teniendo en la rentabilidad de las entidades.

El comportamiento generalizado del sector financiero ha sido muy diferentes desde que se inició la pandemia, que ha supuesto la recta final de la era de tipos anormalmente bajos y le vuelta a las subidas del precio oficial del dinero por parte de los bancos centrales.

Las alzas en la cotización de Santander han supuesto un cierto alivio para las cuentas de Cronje aunque no han podido evitar la drástica reducción de capital para el reequilibrio patrimonial de la mercantil.

Rebote más suave

Además, Santander ha sido, con diferencia, el valor financiero que ha protagonizado un rebote menos vigoroso. Sin ir más lejos, en los últimos doce meses sus avances apenas superan el 5%, frente al 17% logrado por Banco Sabadell y el 28% de BBVA.

Las diferencias se incrementan con la perspectiva de los tres últimos años. Los títulos de Santander se han revalorizado en este tiempo algo más de un 56%, proporción notable pero que no figura ni siquiera entre las diez primeras de los componentes del Ibex 35.

En cambio, entre las cuatro cotizadas que más rebotan en estos 36 meses, tres son entidades financieras: Banco Sabadell (+208%), BBVA (+121%) y Caixabank (+98,8%). Bankinter y Unicaja Banco, por su parte, se anotan un 87% cada uno de ellos.