Finca y viñedos de la bodega Alta Alella / CEDIDA

Finca y viñedos de la bodega Alta Alella / CEDIDA

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El vino catalán lucha contra la sequía con uvas ancestrales y sensores de humedad

Bodegas como Raventós Codorníu y Alta Alella e instituciones como el INCAVI ensayan medidas para combatir las dificultades climáticas

10 mayo, 2023 00:00

Las bodegas no se quedan quietas ante la sequía. La falta de lluvias en Cataluña, que amenaza las cosechas del sector vitícola en regiones como el Penedès, ha llevado a compañías como Raventós Codorníu y Alta Alella, pero también a las instituciones, a ensayar medidas innovadoras para combatir las dificultades climáticas.

Una de las acciones más prometedoras es la recuperación de las llamadas variedades ancestrales de uva. En conversación con un portavoz del Instituto Catalán de la Viña y el Vino (INCAVI), el organismo detalla que estas especies relegadas en el territorio podrían "estar mejor adaptadas al cambio climático que otras que vienen de fuera".

Cepas 'ultraresistentes'

El organismo ha puesto en marcha el proyecto Minorvin junto a 16 centros de investigación españoles para estudiar 51 de estas variedades, ocho de las cuales se hallan en Cataluña. "Está previsto continuar en esta línea con un nuevo proyecto competitivo presentado al Ministerio de Agricultura hace unos meses", ha adelantado la institución.

También desde la DO Catalunya, que engloba a la gran mayoría de municipios catalanes productores de vino, se está trabajando en este campo. Junto a las bodegas Albet y Noya se lleva adelante un proyecto de variedades resistentes a las enfermedades fúngicas y la falta de precipitaciones.

El Penedès, en problemas

En paralelo a la investigación sobre estas cepas ultraresistentes, las mejoras en las técnicas de riego son clave. Justamente es lo que hace Raventós Codorníu en las zonas de producción de su marca Raimat.

"Gracias a técnicas de última generación, podemos ir gestionando con el mínimo uso de agua la buena evolución de nuestras 2.000 hectáreas de viñedo. Los rendimientos de este año se prevén algo menores, pero dentro de un volumen óptimo", ha explicado Diego Pinilla, director de bodegas y operaciones del grupo.

Primeros vinos de la DO Penedès de Raventós Codorníu / CEDIDA

Primeros vinos de la DO Penedès de Raventós Codorníu / CEDIDA

¿Es tan grave la sequía?

El ejecutivo sostiene que la coyuntura es "dramática" en la comunidad, sobre todo en la comarca del Penedès, donde la compañía tiene muchas expectativas. "Afrontar una vendimia en sequía, con las plantas estresadas sin apenas reservas hídricas del año anterior, supone un panorama crítico para todo el sector", ha reconocido. Si bien el "modelo de aprovisionamiento con amplios márgenes de estocaje [del grupo] nos concede la cintura necesaria para afrontar esta situación sin tensión para el negocio".

Sin embargo, no hay unanimidad sobre la gravedad de la situación. Un portavoz de la Consejería de Acción Climática ha matizado a este medio el impacto de la sequía puesto que "la vid es de por sí un cultivo mediterráneo tradicional de secano". "No es un cultivo de regadío, aunque haya viñedos con riego de apoyo", ha añadido.

Alta Alella toma medidas

En este punto tercia la bodega Alta Alella, que también sobresale en la gestión hídrica. "El cultivo tradicional en nuestra zona es de secado. Por tanto, el marco de plantación, el tipo de poda, las variedades... están orientados a la sequía. Es interesante recalcar que en nuestro caso trabajamos mejor con sequía que no con acceso de agua. El cultivo de la vid siempre se ha destinado a zonas donde ha habido problemas de sequía ya que no había otros cultivos posibles", explica un portavoz de la firma.

Ahora bien, esto no significa que la bodega no tome medidas. "Trabajamos con cinco sensores de control de humedad repartidos por las parcelas" y "acumulamos agua de lluvia en balsas para tener reservas en las épocas más duras". Si hay menos agua, hay que cuidarla más.