Los olvidos de Susana Monje: dejó de pagar ocho nóminas a 200 de sus trabajadores
El grupo Essentium entró en concurso de acreedores en mayo de 2017 después de que la plantilla de su filial Assignia instara la quiebra por los impagos
11 julio, 2022 15:02La expresidenta de la constructora Essentium y extesorera del Barça, Susana Monje, ha asegurado este lunes en una entrevista en El Món a RAC1 que la quiebra de su grupo en 2017 se produjo tras una crisis de reputación que provocó el excomisario José Manuel Villarejo. En su relato, asegura que sufrió chantaje de la policía patriótica que buscaba que corroborase “mentiras” sobre la familia Pujol.
Lo que ha dejado de lado en su explicación pública es la crisis laboral que sufrió el grupo y que se originó tras impagar las nóminas de ocho meses a los casi 200 trabajadores de la filial Assignia. Esa fue la información que en su día publicó Crónica Global, medio que Monje ha citado para vincularlo al supuesto chantaje de un grupo de policías, un delito que nunca denunció como sí hicieron otras víctimas de esa campaña mafiosa.
De hecho, fuentes de la constructora aseguran que fue la respuesta de los sindicatos ante la acumulación de impagos lo que se llevó por delante un consorcio que abarcaba producción de cemento, energía, infraestructuras, materias primas, ingenierías, concesiones, promoción inmobiliaria y asuntos relativos al medio ambiente. Varios empleados de la filial instaron su quiebra y, poco después, los gestores de Essentium solicitaron el concurso de acreedores voluntario para todas las sociedades del grupo. La insolvencia recayó en el Juzgado Mercantil número 9 de Madrid.
385 millones de deuda financiera
El primer análisis que se hizo de la empresa mostraba un activo consolidado de 900 millones de euros frente a un pasivo de más de 400 millones. De esta cantidad, cerca de 385 millones era deuda bancaria. En el capítulo financiero nacieron los problemas de Essentium, mantiene la parte social. Aseguran que la imposibilidad de hacer frente a las obligaciones con las entidades y el fracaso en la novación de los créditos llevó al colapso del conglomerado.
Todo ello, en un momento en que la construcción estaba en horas bajas. Assignia no pudo hacer frente por primera vez al vencimiento de este crédito cercano a los 125 millones en el verano de 2015. Lo adeudaba a un pool de bancos encabezado por Bankia, que ya estaba intervenida y sin Rodrigo Rato al frente, y con Targobank y Banco Santander como otros acreedores de referencia. La propia Monje ha reconocido los problemas.
Pérdidas acumuladas
Fue en ese momento cuando se iniciaron los problemas de tesorería que derivarían con el colapso de todo el conglomerado empresarial, según las fuentes consultadas. La dirección de Essentium negoció durante casi dos años la aprobación de quitas y un calendario de pagos más llevadero, sin conseguir un acuerdo que le propiciara el oxígeno necesario.
En 2015, el último año con cifras reconocidas, el grupo presentó una cifra de negocios consolidada de 450 millones y un resultado negativo de 30 millones. Otros interlocutores conocedores de la insolvencia aseguran que la familia Monje jamás recuperó los beneficios. Añaden que para intentar buscar beneficios más allá de una España sumida en una doble crisis del ladrillo se potenció la actividad internacional. Manifiestan que esta decisión tensionó aún más la tesorería del grupo.
200 empleados en Assignia
En cuanto a Assignia, los 200 trabajadores de la filial tuvieron problemas para cobrar en tiempo y forma a lo largo de todo 2016. La paga extra de junio fue la primera que no se abonó. También se omitió el devengo de la nómina de julio, agosto, septiembre, octubre, noviembre, diciembre y la extra de ese mismo mes. Las primeras demandas de los trabajadores llegaron a los tribunales en octubre de ese año.
En mayo de 2017, el juzgado de Madrid nombró al letrado Miguel Ángel Clemente administrador concursal de todo el grupo. Se gestionó un expediente de regulación de empleo (ERE) y se liquidó todo el conglomerado, con la preceptiva venta de los activos, incluso industriales, que más interés despertaban en el mercado.
Udef y la filial de barcos de lujo
En cuanto al papel de la llamada policía patriótica y la Udef, la propia Monje manifestó que se le presionaba con facilitar una información que no poseía sobre los Pujol a finales de 2015. Pero en ningún momento se señaló a la constructora, sino a una filial que administraba dos barcos veleros propiedad de Essentium a través de una sociedad denominada Safehaven radicada en el paraíso fiscal de la isla de Man.
Monje aseguró en su momento que esa era la operativa habitual en el sector, que el único dinero que se movía a través de esta empresa era el indispensable para pagar la nómina de la tripulación de los dos barcos. El origen de sus problemas fue el despido de los trabajadores de uno de estos veleros, el Nuberu Balu, que denunciaron la operación ante un tribunal de Estados Unidos.
Quejas de Monje
La Udef sembró sospechas de que la offshore era una de las empresas que usaban los Pujol para blanquear capitales. La empresaria negó en todo momento las acusaciones y dejó claro que no tenía ni había tenido en el pasado ningún contacto ni con el expresidente de la Generalitat ni con su familia. Ahora, Monje mantiene que la chantajearon y afirma que incluso recibió una carta de Manos Limpias que le apremiaba a colaborar con la justicia. Algo que no podía hacer porque, simplemente, no tenía ninguna información al respecto.
Indica que la policía patriótica incluso siguió a su familia y le acusa de minar su credibilidad, hecho que imposibilitó conseguir una salida airosa de la complicada situación económica de Essentium. Con todo, ha pasado de puntillas por el capítulo laboral.