Un barrio residencial en Estados Unidos / EFE

Un barrio residencial en Estados Unidos / EFE

Business

Pánico inmobiliario ante la "inminente" subida de las hipotecas

Empieza la cuenta atrás para una subida del precio del dinero para la que ya se preparan banqueros, inversores e inmobiliarios y que pondrá fin al crédito fácil para comprar un hogar

1 mayo, 2022 00:00

La oportunidad para comprar vivienda con financiación a muy bajo coste tiene los días contados. A las hipotecas baratas les quedan a lo sumo unas pocas semanas de vida, según apuntan fuentes del sector bancario, financiero e inmobiliario.

Los bancos todavía no han restringido de forma abrupta la concesión de crédito, pero se espera una subida de precios de un momento a otro. "Es inminente que los tipos fijos suban", sentencia José Manuel Fernández, subdirector general de UCI.

Tipo fijo del 3%

El responsable de la entidad financiera estima que los tipos fijos van a escalar hasta un 3% o incluso un 4% antes de que acabe el año. Miquel Riera, responsable de Hipotecas del comparador Helpmycash, se muestra más optimista y cree que se estabilizarán entre el 2,5% y un 3%.

"Cualquiera que quiera una hipoteca ahora mismo, que lo haga cuanto antes mejor", aconseja el portavoz. "Cuanto más tarde, más probabilidades tendrá de que le apliquen un interés fijo más alto", sintetiza.

La fecha dependerá del banco

En este caso, los intereses irán subiendo a medida que los bancos renueven los swaps, el seguro que contratan para protegerse ante posibles incrementos de tipos para poder ofrecer el mismo tipo durante años.

Las hipotecas variables ya se han ido encareciendo a medida que los mercados anticipan movimientos por parte del Banco Central Europeo y podrían alcanzar cuotas del 2,9%. A pesar de todo, Fernández cree que tener hipotecas a entre un 1 y un 3% seguiría siendo un "chollo" si se comparan con los intereses históricos.

Subidas en dos semanas

Joan Lluís Marigot, director de Engel & Völkers en la Costa Brava Sur, coincide en que el cambio de criterio "es inminente". "Por lo que me dicen los banqueros, de 15 días a tres semanas", puntualiza. "Todos están pendientes del BCE, pero lo dan por hecho".

El sentimiento que se extiende en el sector es que "esto ya se ha acabado", aunque también hay esperanzas depositadas en que el banco central no tomará decisiones drásticas: "Si las hipotecas subiesen al 5%, arruinan la economía en tres meses", alerta Marigot.

Contención del BCE

El consultor inmobiliario subraya que "no tiene ninguna lógica que el BCE haya mantenido los tipos al cero y ahora los suba una barbaridad, pero te puedes encontrar que cada seis meses suba medio punto". La previsión más extendida es que Christine Lagarde incrementará el precio del dinero 0,25 puntos en julio y otros 0,25 puntos antes de octubre, medio punto; aunque no se descarta que acabe escalando un punto entero antes de fin de año.

Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo (BCE) / EP

Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo (BCE) / EP

Miguel Uceda, director de inversiones de Welzia, apostilla que ha sido una "aberración" tener tipos negativos durante tanto tiempo. Un escenario cuyo final el fondo ve "cada vez más cerca", por más que el endurecimiento de la política monetaria se ha ido demorando: "Con la guerra, el BCE ha dicho que tiene que esperar a ver cómo afecta. Siempre van a poner excusas para ir más lento", advierte.

Recelos por la deuda

Hay mucho en juego: para combatir la inflación habrá que sacrificar al menos parte de la recuperación. Y tal vez más. "El problema de la subida tipos es que afecta a la sostenibilidad de la deuda", apunta el financiero, que recuerda que el bono italiano a diez años ya ha pasado de pagar un interés del 0,5% al 2,7%. "En las próximas semanas y meses se va a empezar hablar de sostenibilidad de la deuda", augura.

Según Uceda, hay "países muy endeudados que como tengan tipos muy elevados, van a sufrir por otra crisis como la periférica", lo que "incrementará la fragmentación entre países más endeudados y menos". Un nuevo foco de desunión en pleno pulso con Vladímir Putin, aunque el BCE ya ha previsto esta situación e intentará mitigarla.