Jean-Marc Bolinger, consejero delegado de MB92, y Pepe García-Aubert, cargo saliente / LUIS MIGUEL AÑÓN

Jean-Marc Bolinger, consejero delegado de MB92, y Pepe García-Aubert, cargo saliente / LUIS MIGUEL AÑÓN

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Marina Barcelona 92 cambia de CEO con la concesión empantanada

Pepe García-Aubert culmina su trayectoria emulando a Jorge Ventosa, fundador de la instalación de 'refit', aunque sin cerrar la prórroga de la cesión del espacio, que termina en 2040

11 abril, 2022 00:00

Todo cerrado y el reconocimiento del sector, pero un fleco pendiente: la concesión. Pepe García-Aubert ha dejado la dirección ejecutiva de Marina Barcelona 92 (MB92), según ha informado la poderosa empresa de mantenimiento y refit de buques de la Ciudad Condal, la mayor de Europa. El directivo entrega el puesto de consejero delegado al banquero suizo de inversión Jean-Marc Bolinger con una trayectoria inmaculada, pero con una mácula en el expediente: la renovación de la cesión del terreno portuario, que termina en 2040 y que no ha conseguido ir más allá de esta fecha pese a que existían negociaciones entre la compañía y el Puerto de Barcelona. 

Es lo que destacan fuentes del sector náutico. Recuerdan que García-Aubert "cesa como CEO con una trayectoria colosal, pues ha levantado una empresa que factura 190 millones de euros al año desde un modesto taller de reparación de barcos en el que había una oficina anexa con un teléfono" en los años 90. En tres décadas, Marina Barcelona 92 se ha convertido en la mejor ciudad de cuidado de yates y astillero de Europa, con unas métricas e negocio fuertes, aunque tocadas por la pandemia, como explicó Crónica Global

La prórroga de la concesión, varada

Sin embargo, Pepe García-Aubert se marcha sin haber hecho todos los deberes. Las fuentes consultadas recalcan que queda una pendiente: el alargamiento de la concesión del terreno portuario, que vence en 2040. "Se marcha sin tenerlo pactado, pese a que estaba en negociaciones desde 2019", alertan directivos del sector. 

Pepe García-Aubert (2d) y Jean-Marc Bolinger (2i), con José Caireta (d) / CEDIDA

Pepe García-Aubert (2d) y Jean-Marc Bolinger (2i), con José Caireta (d) / CEDIDA

Lo confirma desde las dos partes. Un portavoz de Marina Barcelona 92 ha indicado que "la concesión vence en 2040", esto es, en 18 años, pese a las evidentes inversiones que ha hecho la instalación. Su recuperación depende de la prórroga, que se da por descontada, pero que por el momento no se ha sustanciado. ¿Qué dice el Puerto? A preguntas de este medio, que la concesión "está en plena vigencia y no debía ser prorrogada. De hecho, no caduca hasta 2040". En relación a las negociaciones para extenderla, desde la Autoridad Portuaria invitan a ponerse en contacto con MB92. Las dos versiones, pues, contrastan con lo deslizado por el propio García-Aubert a los medios. 

Un portavoz de la ciudad de reparación a grandes esloras ha matizado que si bien la concesión vence en 2040, "la intención" del concesionario es "renovarla", pues "ha invertido mucho en ella"

¿Quién pagó el Syncrolift de 48 millones?

Hay otro extremo de la gestión de García-Aubert que genera dudas en el sector náutico, y tiene que ver, precisamente, con la amortización de las inversiones. "El Puerto cofinanció el nuevo Syncrolift o Shiplift por valor de 48 millones de euros. El elevador de barcos con más capacidad de Europa. Puso a la dársena al frente de la carrera por el mercado de la reparación de grandes esloras, pero a costa de dinero público", recuerdan desde la industria. "Y es una condición que estaba pactada en el documento concesional. El Puerto, una empresa pública, pactó con una concesión privada participada por fondos de inversión". 

"No estrictamente por necesidades de mercado, que también. Lo hizo por las molestias que provocaba el anterior Syncrolift a los vecinos de la zona, pues cuando ascendía un barco zozobraban los edificios colindantes", narran los mismos interlocutores. Aseguran que el Puerto y sus tres presidentes implicados en aquel periodo --Jordi Valls, Sixte Cambra y Mercè Conesa, los nombrados por CiU-- "rescataron las deficiencias de una concesión gestionada por un privado con ánimo de lucro con dinero público". La obra ha agregado competitividad a la infraestructura y ha aupado a Marina Barcelona 92 como el refit más cotizado del continente. Es decir, ha tenido un sentido empresarial. 

Como Jorge Ventosa: reivindicado

Los dos lunares abiertos a interpretaciones no empañan la trayectoria de García-Aubert, navegante a quien se relaciona con el rey Emérito Juan Carlos I. "De una concesión discreta en la que solo había el barco de Javier de la Rosa levantó una empresa que factura casi 200 millones y tiene un impacto en puestos de trabajo de casi 3.000 personas", destacan otros interlocutores del sector consultados. Ahora, al final de su trayectoria, que desde el sector se atribuye a motivos de salud, desde el sector náutico se hace hincapié en que "García-Aubert se marcha de consejero delegado, pero sigue de presidente del consejo de administración, algo que ya gustaría a muchos CEO". 

Vista aérea de Marina Barcelona 92 / CEDIDA

Vista aérea de Marina Barcelona 92 / CEDIDA

La nueva posición del directivo es, también un homenaje. "A Jorge Ventosa, el malogrado expresidente de Marina Barcelona 92 --falleció en 2017--", subrayan las fuentes consultadas. De este modo, García-Aubert permanece como uno de los hombres que primigeniamente levantó MB92 antes de que su accionariado cambiara. 

Un fondo luxemburgués

El baile en las acciones de MB92 ha sido relativamente habitual en los últimos años. En 2015, la instalación pasó a manos del gigante turco Dogus Group, socio de BBVA en Turquía, en la primera gran operación de inyección de capital de la empresa. "Antes había sido de minoritarios, como el propio Ventosa, García-Aubert e inversores rusos a título individual, como Vagit Alekperov, presidente de Lukoil", explican las fuentes consultadas. "Los turcos entran porque ya operaban puertos en Anatolia y tenían naves en el de Barcelona", explican las voces consultadas. 

En 2019, MB92 pasó a manos del fondo de inversión luxemburgués Squircle Capital, que compró el 77,5% de la marina por 105 millones. El vehículo lo capitanea en España José Caireta, un empresario catalán que se mantiene en un discreto plano. Squircle también tiene mayoría en la vecina Marina Port Vell y es tenedor de la lujosa promoción de pisos de Francesc Macià 10, en la plaza homónima. 

Pese a estos cambios, García-Aubert, de quien los fondos han exigido históricamente que permanezca al frente de la empresa, mantiene una posición minoritaria en la concesión, apostillan las fuentes consultadas.